La historia viral del hijo de 5 años de una actriz: una patología “irreversible” en un ojo y el cuadro que cambió su vida

Antonella Costa relató en su cuenta de Twitter la experiencia que vivió Félix, su hijo, cuando fue diagnosticado con una enfermedad que empezó a deteriorar su visión durante la infancia

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La actriz compartió el trabajo que realizó con su hijo cuando éste tenía cinco años
La actriz compartió el trabajo que realizó con su hijo cuando éste tenía cinco años

Cuando mi hijo tenía 5 años tuvo una enfermedad rara en un ojo. Se le estaba formando una nubecita en la córnea. Además de otros síntomas molestos como la fotofobia, su visión se estaba deteriorando rápidamente. Se sabía muy poco acerca de su patología. Estábamos desesperados”, escribió la actriz Antonella Costa en su cuenta de Twitter, en donde detalló la historia de Félix, su hijo, quien actualmente tiene 15 años.

Costa hizo todo lo que estaba a su alcance: consultas a los más prestigiosos oftalmólogos de la Argentina, y un sinfín de terapias alternativas, psicología, y rezos. "Yo dormía poco y comía mal. La angustia crecía a cada minuto. Félix, a pesar de su corta edad se portaba muy bien. Escuchaba con atención a cada especialista y colaboraba con nosotros en las molestas aplicaciones de antibióticos locales e ingestas de tecitos. Le dolía pero no se quejaba nunca, y mantenía siempre la calma y su buen humor”, continuó.

Una tarde, en la sala de espera de un oftalmólogo, a Félix le llamó la atención un cuadro en la pared. Era una reproducción de “El falso espejo” de René Magritte. "'Tiene una nubecita, igual que yo’, me dijo. Yo, tratando de sonreír, le dije lo primero que se me ocurrió: ‘Es el ojo del artista’. Él se quedó mirándolo”, contó la mujer de 39 años, quien recientemente estuvo nominada como mejor actriz protagónica en los premios Sur por su trabajo en la película Dry Martina.

Costa tiene 39 años y publicó el relato en su cuenta de Twitter
Costa tiene 39 años y publicó el relato en su cuenta de Twitter

“El pronóstico esa tarde no fue bueno. Según el doctor la nube de Felix había crecido bastante, y eso no iba a tener solución ya que, según me explicó, el tejido de la córnea no se regenera. Al salir yo lloraba, y Felix le echaba una última mirada al ojo nublado de Magritte. Una semana después, entre gota y gota de colirio medicado, con Félix nos pusimos a modelar porcelana fría. Me pidió ayuda para concretar un proyecto especial. Quería hacer su versión del ojo del artista. La hicimos y, al terminarla, me miró a los ojos y me dijo ‘ya está’", indicó.

La obra en cuestión (Le faux miroir, 1928) es uno de los trabajos más destacados del artista belga, el cual se expone en el Museum of Modern Art (MoMA) de la ciudad de Nueva York. Se trata de un lienzo (54 x 81 cm.) pintado al óleo en el cual el cielo representa el iris del ojo.

Terminamos el tratamiento y nos dieron de alta, dejando claro que serían indispensables controles semestrales de por vida, para evitar desastres. Félix iba a tener que convivir para siempre con su nube y con el riesgo de una nueva tormenta que empeorara las cosas. A los 6 meses le dije que esa tarde íbamos a ver al doctor, para que controlara su nube. Me miró extrañado y me dijo ‘ya no está más’. ‘Sí mi amor, el doctor sigue atendiendo en su consultorio, vamos a verlo hoy’, le contesté. ‘Mi nube no está más’", ratificó el niño.

“Fue a su habitación, y trajo su ojito de porcelana. ‘La nube la pusimos en el ojo del artista’, me aseguró. Me dio ternura la idea que se había hecho del asunto. Le di muchos besos. En la consulta, me puse más seria y el doctor también: ‘Quizás lo diagnosticamos mal’, empezó. ‘Esto es imposible para la patología de él. La mancha parece haberse reducido a la mitad’. Felix mantenía la barbilla apoyada en el estrafalario artefacto de rigor, inmutable. Yo no entendía nada”, sostuvo Costa, quien publicó la historia a las 10:44 del jueves, la cual generó retuits y likes en más de 8 mil personas.

"El falso espejo" (René Magritte, 1928)
"El falso espejo" (René Magritte, 1928)

La actriz concluyó: “No voy a decir que lo que pasó fue magia, pero les aseguro que fue muy bello. Con el tiempo la nube se retiró, dejando sólo un puntito sutil, como un ínfimo sello de agua, sobre el iris color café de uno de mis ojos más amados. Es lindo, una vez por año, visitar al doctor que, con un guiño, nos vuelve a confirmar que está todo bien”.

Infobae se contactó con Costa, quien prefirió no ahondar en el relato y exponer únicamente lo exhibido: “La historia tiene mil aristas y detalles, se trata de la enfermedad de un hijo. No quisiera que degenerara en algún tipo de polémica con respecto a la ciencia o algo similar”, completó.

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