(Desde Chubut) Los vidrios todavía rotos de la Legislatura, la entrada bloqueada con maderas, el hollín en las columnas. El Ministerio de Educación vacío y un graffiti que grita: "¡Oid mortales!" en el frente. Una Casa de Gobierno blindada. Un cementerio con pastos largos y herramientas que quedaron en el último lugar en que fueron apoyadas hace varias semanas. Un basural que crece a las afueras; son los síntomas de que Rawson se detuvo.
—El último mes y medio tuve que hacer 35 muertos solo. Pedirle a los familiares que me ayuden a levantar los cajones y meterlos en el nicho. Algunos no quisieron ayudar.
—Y en tierra es imposible hacerlo solo.
—En tierra no hay más lugar. Por suerte.
El que habla con Infobae es el único empleado que quedó a cargo del Cementerio Municipal de Rawson. Sus seis compañeros están de paro y hace dos meses que no van. Pero él no quiso. "Si paro yo, ¿quién va a hacer los entierros de la gente?", dice. Tiene la cara y las manos zurcadas, se mueve lento. Hace dos semanas cobró el sueldo de agosto. Se lo ve cansado.
En el cementerio, una mezcladora quedó a 45 grados atrás de dos lápidas. Un poco más adelante se alcanza a ver una carretilla azul antigua y despintada. También azulejos cortados de diferentes tamaños, una placa con un nombre y algunas herramientas. Es el mediodía y si no se hubieran caminado ya las calles vacías de Rawson, visto los edificios deshabitados, el campamento lleno de frazadas y de mate, podría pensarse que es la hora del almuerzo.
Sin embargo, el pasto que le gana terreno a las cruces y los yuyos que empiezan a sobresalir entre las baldosas dan cuenta de los dos meses en los que un hombre hizo el trabajo de mantenimiento de siete y recibió 35 cuerpos, solo.
Una pareja entra y camina por el corredor central entre las tumbas. Minutos más tarde una mujer lo hace sin compañía. Todos saludan al empleado cuando pasan y él devuelve el gesto. Nadie se muestra sorprendido por el abandono, ni amaga a quejarse. Rawson es una ciudad chica. La capital provincial con menos habitantes del país.
Pero por estos días Rawson siente en carne propia su infierno grande. El pasado 20 de agosto el Consejo Deliberante de la ciudad dictaminó un juicio político a quien hasta ese momento era la Intendente, Roxana Artero. Asumió en su reemplazo la primera Concejal del oficialismo, Araceli Di Filippo, y lo primero que hizo fue desplazar a todo el gabinete que había acompañado a Artero. Pero el problema de los pagos siguió sin solucionarse.
"Rawson tiene conflictos, no puede pagar los sueldos desde hace varios meses. Viene con problemas, pero no por falta de aportes de parte de provincia. Lo que no tenemos en esta crisis es la herramienta como para poder darle el espaldarazo", le explicó a Infobae el Ministro de Coordinación de Gabinete de Chubut, Federico Massoni.
Massoni habló con este medio en una de las oficinas de la Casa de Gobierno de la provincia del Chubut, que hoy se encuentra totalmente vallada luego de que en la madrugada del miércoles manifestantes prendieran fuego uno de los frentes del edificio.
Tanto adentro como afuera se ven policías, mezclados con miembros del Grupo de Intervención Rápida (G.I.R.) equipados con armas largas a pesar de que las calles, con excepción del acampe frente a la Legislatura y la carpa que se inauguró ayer frente al Hospital Santa Teresita, están desoladas.
El drama de la basura
En las últimas dos semanas la recolección de basura volvió a funcionar en la ciudad de Rawson. Sin embargo, antes no hubo servicio por casi dos meses. Durante ese tiempo varios vecinos optaron por cargar sus deshechos domiciliarios en autos particulares y a tirarlos a un lado de la Ruta 1, en un camino de piedra y poca circulación. Si bien algunos admiten que siempre fue un lugar donde se arrojaron cosas, en este último tiempo el predio se desbordó y el hedor comenzó a llegar hasta la primera línea de casas.
A la vera de la ruta, con las casas que marcan los límites de la ciudad al fondo, Infobae pudo comprobar que continúa hacinada la basura que durante meses muchos decidieron tirar en ese lugar. Hay quienes se acercan a buscar materiales u objetos de descarte entre los deshechos. También se ve algún animal muerto que alguien decidió abandonar ahí.
Fuentes cercanas al municipio comentaron a Infobae que el deterioro de los espacios públicos es otra de las consecuencias de la situación que se vive: "al estar frenado todo lo que es obras públicas, generó también cierto estado de abandono en los espacios públicos. Las plazas, los bulevares, no tienen el verde que deberían tener. La plaza principal, por ejemplo, tiene signos de este abandono por las medidas de fuerza".
Visto de cerca, el frente la Legislatura de la provincia de Chubut genera una sensación apocalíptica. De lejos, el edificio moderno de efecto envolvente contrasta con el acampe que montaron los docentes sobre calle Bartolomé Mitre. Dos arquitecturas irreconciliables, en medio de posiciones encontradas.
Es el lugar de la ciudad donde se ve más movimiento. Hay asambleas, rondas de mate. Algunos traen ollas para cocinar, provisiones y son recibidos con aplausos.
Pero a pesar de esas escenas, ahí también la ciudad se detuvo. La sensación es la de una espera incierta. De una solución que no da señales de aparecer pronto.
"En toda lucha uno tiene que renunciar algo, por ejemplo vos dejás a tus hijos, a tu familia, pero yo también estoy acá por mis hijos y mi familia. Mis hijos dependen de mi sueldo. Ellos no están yendo a la escuela. Estando acá pensamos también en los chicos. En los chicos en escuelas que no están en condiciones, con peligro de electricidad, con el frío. Hay un montón de cosas que no se dicen, no es sólo el sueldo", le subrayó a Infobae en el acampe Gina Figueroa , de 42 años, docente de la Escuela Nº 220 de Trelew, sobre un reclamo que apunta a la provincia, pero que se hace sentir en Rawson.
Los trabajadores del Hospital Santa Teresita de Rawson inauguraron ayer al mediodía una carpa frente a la entrada principal, que bautizaron con ironía: "Centro de Atención Precaria de la Salud". Abajo, un cartel más pequeño -una hoja A4 impresa- apuntaba en el mismo tono al Ministro de Coordinación, Massoni, y al gobernador provincial, Mariano Arcioni. Adentro, los pasillos están empapelados de carteles que hablan de lucha. Los médicos no pueden dejar de atender, pero el servicio es limitado.
"El hospital de Rawson no se ha sumado a ningún paro y continúa atendiendo la importante demanda que recibe diariamente. Hay que entender que es el único hospital de la capital de la provincia y está recibiendo a la población que no cuenta con la cobertura de la obra social del estado. Para visibilizar nuestro reclamo hemos implementado esta modalidad de asamblea y retención de servicio", le había explicado en la previa de la inauguración a Infobae uno de los trabajadores del Santa Teresita, el psicólogo (MP 688) Aníbal Aguaisol.
En 1899 una serie de lluvias intensas, sumadas a deshielos extraordinarios que coincidieron ese año en la cordillera causaron inundaciones en casi todos los valles patagónicos. El 28 de julio Rawson desapareció bajo un evento que pasaría a la historia como "la gran inundación". El agua destruyó casas de familia, comercios y hasta la Casa de Gobierno. Hubo que mudar la incipiente capital provincial a Trelew hasta el año siguiente. De un día para el otro la ciudad dejó de estar ahí.
120 años después, otra sucesión de acontecimientos que se superponen, de factores que coinciden en los momentos menos oportunos, más relacionados a los hombres que a los desastres naturales, vuelven a poner a la capital de Chubut en pausa.
Fotos: Maxi Jonas
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