"La pasión es el inicio del éxito", definió el célebre economista estadounidense Robert Kiyosaki. Y Agustina Frontini, también economista, pero ahora Chef Pâtissier, siguió esa misma consigna para cambiar el rumbo de su vida.
Agustina tiene 29 años, está casada con Santiago -su novio desde quinto año del colegio-, y desde hace dos dejó su vida de oficinista para poder seguir algo muy diferente a créditos y débitos, y más dulce: la pastelería.
Las horas en la cocina de su casa no tienen fin. Trabaja hasta madrugada para poder cumplir con los pedidos de sus clientes. "No lo cambio por nada. Mi trabajo en finanzas me gustaba, y toda esa experiencia la aplico en este proyecto… pero la motivación es otra".
Hija de un abogado y una ingeniera, ella –la mayor de tres– nació en San Isidro y estudió en el Colegio San Andrés. Hasta ahí, establishment puro…
Allí conoció a Santiago.
Al terminar el secundario, el mandato familiar acaso la imaginara abogada. Sin embargo, rompió el molde, pero no demasiado: Economía.
En cuatro años, ya era licenciada en en Economía egresada de la Universidad Di Tella.
"Mis hermanos también son economistas. La verdad es que disfruté de mis años de facultad. Es más, trabajé en dos grandes empresas, primero Fiat y después Cencosud. No pensaba en hacer otra cosa".
En paralelo con su vida laboral, había algo que nunca dejó de lado: los huevos, la harina, la manteca, la leche, y mucha azúcar…
"El amor por la cocina lo heredé de mi padre. En mi casa era él que se encargaba de hacer los asados, las pastas y las recetas más elaboradas. En cambio, mi mamá no sabe cocinar".
En su casa, la comida siempre fue la excusa para las reuniones: "Mi rol era preparar los postres- Lo hacía como un hobby. Creo que era mi forma de dar amor ". Cualquier ocasión social la motivaba: "Llevaba desayunos al trabajo, tortas para la hora del té, y si no traía algo ¡me lo reclamaban!"
La dedicación para hacerlo, la tenía…sin embargo la idea de asumirlo nunca se le cruzó por la cabeza."En realidad no me animaba".
Hasta que Santiago, su gran amor, la animó. "Me dijo:' Tenés que hacerlo la repostería te encanta. Lanzate, hacélo, después ves que pasa'".
Ese fue el primer paso hacia la felicidad. "Me inscribí en la carrera de pastelería en el Instituto Argentina de Gastronomía (IAG). Estar en contacto con la comida, y su manera de preparación, confirmó mi vocación. Buscaba la manera de no tener que volver a trabajar en relación de dependencia y poder dedicarme a la pastelería".
Y así fue. Puso en práctica sus conocimientos en finanzas, su visión creativa y su amor por la repostería. En pocos meses dio vida a Batido Pastelería. "Armé el sitio online, creé las redes sociales y empecé a vender".
El corazón de este proyecto es la calidad y el amor. En sus propias palabras: "Batido tiene diseño, me preocupa lo estético sin descuidar el sabor. Quién lo pruebe diga ¡qué rico! y que no se olvide del bocadito que probó".
Tiene como referentes a colegas como Osvaldo Gross, Antonio Bachour y Juliana Lopez May.
Con un lema claro: " Llevamos una pastelería diferente a la puerta de tu casa".
Hoy Agustina tiene mucho más trabajo que cuando estaba 'haciendo números'. Pero no se inquieta: "No me importa quedarme hasta tarde preparando mis pedidos, porque disfruto de cada paso detrás de las recetas. Adoro hacer lo que hago. Soy plenamente feliz".
Santiago es su gran apoyo en este camino. "Cuando me siento abrumada con la cantidad de pedidos o cosas, él no deja de incentivar. El es mi motorcito: me ayuda a seguir…"
-¿Es tu gran juez ?
-¡No ! Pero no le gustan los platos dulces. Así que a él le cocino siempre algo salado.
Agustina supo que no se había equivocado: "Hay muchas cosas que me gustan, pero sólo una me apasiona de verdad: hacer Batido"
Sus recetas:
Las más clásicas: "No puede faltar un rogel, un cheescake y la famosa chocotorta. Al principio me negaba hacerla, pero es el must de la mesa de cumpleaños, hice mi propia versión".
Las más sofisticadas: "Una cheescake de matcha o la torta paraíso de chocolate".
Las que son tendencia: "Las naked cakes y las de diseño de números".
Una receta para hacer en casa: budín de banana y coco
Ingredientes
3 bananas bien maduras
160g de crema de leche
220g de azúcar negra
112g de aceite de canola o girasol
2 huevos
1 cdita de esencia de vainilla
50g de coco rallado
310g de harina
7g de polvo de hornear
1 cdita de sal
Preparación:
-Precalentar el horno a 170 grados, enmantecar una budinera grande o dos chicas.
–Pisar bien las bananas (se puede usar el mixer) y mezclar con la crema. Agregar el azúcar, el aceite, los huevos de a uno y la esencia de vainilla. Unir bien.
-Agregar los secos (harina, polvo de hornear y sal) tamizados y el coco.
-Volcar la preparación en el molde y cocinar entre 40 y 45 minutos. Si insertamos un palillo en el centro, debe salir limpio.
Si usamos budineras chicas, debemos poner el horno a 180 grados. El tiempo de cocción será menor.
-¡Dejar enfriar antes de desmoldar!
SEGUÍ LEYENDO