María Inés Uriarte, la primera almirante de la Argentina: "La mujer no tiene ningún tipo de impedimento para formar parte de la Armada"

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María Inés Uriarte es en la actualidad la contraalmirante más antigua de la Armada Argentina. Egresó como teniente de fragata ingeniero el primero de enero de 1982. Hoy ocupa el puesto número 4 en el escalafón de marina de guerra del país.

En materia de historia naval, hay registros fehacientes que datan de al menos 26 siglos y conocimiento certero de actividad marina muy anterior. De corsarios y piratas devenidos luego en almirantes de diferentes armadas, de vikingos y otomanos, de Colón a Américo Vespucio y hasta del máximo prócer naval de Argentina Guillermo Brown, profusa información puede encontrarse a pocos segundos de abrir el navegador en cualquier medio electrónico conectado a la web.

Si de mujeres marinas se trata, la cosa es más complicada, aunque la dificultad va en franco retroceso: la incursión femenina en el medio natural de los "caballeros del mar" es cada vez mayor en casi todas las Armadas y Marinas Mercantes del mundo.

La mujer y la Armada

"Creo que soy una de las primeras almirantes femeninas en la región, conocí a una almirante en Venezuela, pero no tengo en claro si ascendió antes que yo", indica Uriarte al iniciar el diálogo con Infobae. Este medio pudo constatar que la venezolana Carmen Teresa Meléndez obtuvo su estrella de almirante en 2013, mientras que la contraalmirante Uriarte lo hizo en 2015.

La profesión naval, por la propia naturaleza del medio en donde se desarrolla, fue tradicionalmente un espacio netamente masculino. Siendo Uriarte miembro de la primera promoción de profesionales mujeres que ingresó a la Armada, la pregunta es obvia: ¿cómo se le ocurrió ejercer su profesión de ingeniera química en una fuerza militar?

"En realidad no tengo en mi familia ningún antecedente militar. Lo que sí puede haberme marcado es el hecho de que durante varios años viví en la Base Naval de Puerto Belgrano, ya que mi madre que era directora de escuela fue destinada al establecimiento que estaba dentro de esa unidad militar. Ese fue el primer contacto que tomé con la Armada".

La contraalmirante Uriarte cuenta a Infobae que en 1981, siendo ya una joven ingeniera química, ingresó al CUINA (Curso de Integración Naval) que se dicta en la Escuela Naval Militar. En 1982 egresó como teniente de fragata del cuerpo profesional. Fue parte de una promoción en la que, sobre 45 alumnos, solo había cuatro mujeres.

"Toda la expectativa de la Armada estaba puesta en nosotras cuatro. Lógicamente fue duro, hubo que superar muchas adversidades, pero las fuimos superando de ambos lados", reconoce Uriarte.

—Transitando ya los últimos tramos de su carrera, ¿cree usted que ha de alguna forma contribuido a moldear la adaptación de una fuerza militar a la presencia femenina en sus filas?

—Evidentemente hemos acompañado la evolución de la Institución y en cierta manera contribuido también a esa evolución. Creo firmemente que en muchísimos aspectos el aporte de la visión de la mujer a determinadas cuestiones le da a las acciones que se adoptan un valor agregado.

En forma risueña, hace un breve punteo de distintos escollos que le tocó atravesar junto a sus contemporáneas femeninas. "Desde el diseño del uniforme, hasta las condiciones de habitabilidad de los distintos alojamientos, los sanitarios y tantas otras cosas que el personal femenino que ingresa hoy a la Armada tiene resuelto, para nosotras eran verdaderas conquistas. Fuimos modificando y generando espacios aptos para que la mujer pudiera desarrollar su labor profesional", sentencia.

Sin dejar entrever la menor duda, afirma: "Han pasado 39 años y hoy por hoy la Armada no duda en absoluto de la capacidad de la mujer para encarar las distintas tareas que se les confían. La mujer no tiene ningún tipo de impedimento para formar parte de la Armada. Si bien a veces creo que he sido una privilegiada, hoy las puertas de la Institución están abiertas de par en par para la mujer".

La labor profesional

—¿Cuál es su función concreta como contraalmirante en el presente?

—Me desempeño como directora general de Investigación y Desarrollo. La historia de este organismo naval es muy rica y tiene muchísimos logros en su haber, especialmente en el desarrollo de sistemas de apoyo a la navegación de buques y submarinos. Muchos trabajos que se han hecho en los últimos años tienen que ver con la investigación de campo y en el desarrollo de soluciones para distintos problemas que se van presentando durante la evolución de las operaciones navales, especialmente en los sistemas de armas. Un aspecto fundamental, por ejemplo, es todo lo relacionado con la acústica submarina.

Como complemento de sus declaraciones, Uriarte deja en claro que muchos proyectos se realizan a partir de directivas emanadas del Ministerio de Defensa y que se relacionan con temas que tienen resolución a corto plazo. Otros son proyectos de envergadura mayor que abarcan el mediano o largo plazo. Asimismo, existen programas implementados y financiados directamente por el ministerio que guardan relación con la investigación y desarrollo para la defensa. Existe en tal sentido una convocatoria anual de la cartera ministerial para que investigadores públicos y privados pueda participar de los mismos.

Un tramo especial en su carrera

Previamente a su ascenso a contraalmirante, Uriarte tuvo un particular destino pocas veces alcanzado por una mujer a nivel internacional. Fue designada agregada naval a la embajada argentina en España. "Sin lugar a duda es uno de los destinos que atesoro con mayor cariño", señala la militar. También resume que habiendo sido la única mujer en el concierto de todos los agregados militares extranjeros que se encontraban cumpliendo funciones en Madrid en aquel momento, era muy claramente la que más atención recibía. "Hasta su majestad el Rey estaba pendiente de mi desempeño", concluye.

Ya en la parte final del reportaje y volviendo a poner el foco en su condición de mujer, Uriarte echa por tierra la creencia de que no es posible llevar adelante una carrera militar y ser madre al mismo tiempo. Reconoce el apoyo incondicional de su esposo y confía en haber criado a sus tres hijas como lo hubiera hecho cualquier madre. En el último tramo de la charla, sostiene que el próximo desafío a vencer se dará cuando las actuales oficiales de comando comiencen a alcanzar las jerarquías que las pongan al mando de las unidades navales de mayor porte.

Periodista y militar

Dentro de la estructura del Departamento de Comunicación de la Armada Argentina, y desde hace varios años se han incorporado con jerarquía militar profesionales del área de ciencias de la comunicación, precisamente participando en su rol profesional de la entrevista a la contraalmirante Uriarte se encuentra la joven teniente de navío Evangelina González, quien también aporta su propia visión de la actividad militar de la mujer.

"Lo que hace que un profesional como yo ingrese a la Armada es entre otras cosas la posibilidad de vivir distinto, tal como reza uno de los lemas de la Institución. Además de contar con una gran vocación de servicio, es fascinante la posibilidad que brinda una entidad como esta para poder romper con la rutina y hacer cada día algo distinto. Navegar, volar, estar en una oficina y de pronto ir a una actividad en una escuela de montaña", detalla González.

La periodista de uniforme es plenamente consciente de la importancia que tiene para una fuerza militar poder tener en sus filas a profesionales que ayuden a que la sociedad en general conozca de la forma más certera posible cuáles son las actividades de una fuerza militar como la Armada. De la misma forma sostiene que –a nivel interno- se le explica permanentemente al personal de comando que es muy importante brindarse a la requisitoria periodística para transmitir cuáles son los lineamientos y propósitos de la actividad militar. "Los periodistas son nuestros amigos", indica.

En plena etapa de constantes descubrimientos de nuevos horizontes y actividades relacionadas con su labor profesional, manifiesta su admiración por la actividad antártica y ante el requerimiento de este cronista acerca de qué argumento utilizaría para tentar a una joven a incorporarse a la fuerza expresa: "No van a vivir un día igual al anterior y tendrán una muy interesante salida laboral". Ya fuera del aire reitera por sobre todas las cosas el amor por la patria.

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