Entre los amantes del fútbol hay deseos que se repiten desde el mismo momento que la pasión por el deporte se enciende y se apodera de los sentimientos: ver al equipo campeón, sacarse una foto con el ídolo, conocer el estadio del club que uno sigue.
Este último era también uno de los sueños de Danilo Sansone, una de las víctimas de la masacre de San Miguel del Monte que murió la madrugada del 20 de mayo pasado, en medio de una persecución fatal que también terminó con la vida de Aníbal Suárez, Gonzalo Domínguez y Camila López, y dejó gravemente herida a Rocío Quagliarello, la única sobreviviente.
Danilo era hincha de Boca y anhelaba visitar por primera vez la casa del Xeneize. Quería caminar sobre los escalones de las tribunas de La Bombonera, palpitar sus "latidos" un día de partido y -por qué no- también recorrer los pasillos, pasar por el vestuario, sentirse un jugador saliendo por el túnel. De alguna manera, su familia cumplió esos sueños.
El pasado 6 de julio, dos de sus nueve hermanos, Nazareno (17) y Dylan Sansone (9), pudieron ir hasta el barrio de La Boca y a la cancha de Brandsen 805 como parte de una iniciativa de las agrupación "Por un Boca mejor", que, con la colaboración de "La Previa Irala", invitó a comedores de Cañuelas y San Miguel del Monte.
Dylan fue con la comitiva del merendero social "Los Niños del Monte", cuyos dueños, Carlos y Patricia, le habían comentado a la familia Sansone de la excursión y le habían propuesto unirse al viaje, conociendo el fanatismo por el club de la Ribera de los hermanos. Nazareno, por su parte, se les unió en el camino, ya que vive en el barrio porteño de Caballito junto a su abuelo.
Portando unos carteles armados con cañas de bambú y cartulinas de cartón con las fotos impresas de Danilo -y de los otros de los chicos muertos-, además de una bandera con los rostros de todas las víctimas, la delegación aprovechó la ocasión para pedir justicia.
"Estuvo buenísimo. Llevamos una imagen de cada uno de los chicos fallecidos en la masacre para sacarle una foto en la cancha. Mi hermanito Dylan lloraba de la emoción", recordó Nazareno en diálogo con Infobae.
Tal como les sucede a los fanáticos que viven del interior del país o, como en este caso, por fuera del Conurbano en la provincia de Buenos Aires, Danilo no llegó a conocer La Bombonera.
"Quería conocer la cancha pero nunca se nos dio la oportunidad para ir. No teníamos la plata ni los medios para hacerlo porque somos muchos y se complica", contó Nazareno, el mayor de los diez hermanos.
Y agregó que Danilo soñaba con ser futbolista y vestir la camiseta de Boca algún día: "Él quería llevar a toda la familia a la cancha y decía que de grande lo iban a ver jugar ahí".
Nazareno y Dylan cumplieron el sueño de su hermano, un sueño que coincidía con el de otro de los chicos asesinados: Aníbal Suárez, también hincha de Boca, oriundo de Misiones y que vivía en San Miguel del Monte con su tío Hugo.
Blanca, la mamá de Aníbal, contó a Infoabe que su hijo le había pedido a su hermano Hugo visitar ese templo del fútbol. "Me había dicho que quería ir a ver un partido allá, incluso le había pedido a su tío que lo acompañara", recordó. En el homenaje, Aníbal también estuvo presente.
El recorrido terminó con una cena en la sede de La Previa Irala. Después de la comida, Dylan y el resto de los visitantes se volvieron a San Miguel del Monte. Nazareno, en cambio, se quedó a mirar el partido amistoso entre Boca y Chivas de México antes de marcharse. Al cabo, ambos se fueron conformes con haber realizado la pretensión de su hermano.
La madrugada del 20 de mayo pasado, Aníbal Suárez, de 22 años, conducía un Fiat Spazio 147 de color blanco que transportaba a los otros cuatro chicos de 14 y 13 años: Gonzalo Domínguez, Camila López, Danilo Sansone y Rocío Quagliarello.
Murieron todos menos Rocío, en un episodio que comprendió una persecución policial, disparos, un furibundo choque contra un camión estacionado, encubrimiento y connivencia de la cúpula de la comisaría local. El juez de garantías que tomó el caso catalogó lo ocurrido como masacre.
Los policías Rubén Alberto García, Leonardo Daniel Ecilape, Manuel Monreal y Mariano Alejandro Ibáñez permanecen detenidos acusados de "homicidio agravado por abuso de función como miembro de las fuerzas policiales calificado por el empleo de arma de fuego consumado y en tentativa".
En tanto que están con prisión preventiva Franco Micucci, José Manuel Durán, Melina Blanco y José Alfredo Domínguez, imputados por "falsedad ideológica de instrumento público agravado, encubrimiento agravado, abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público".
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No aguantó las ganas de ir a La Bombonera, tenía pedido de captura y lo detuvieron