Nacho Figueras y Delfina Blaquier, los confidentes argentinos que conocen todos los secretos del príncipe Harry y Meghan Markle

"Los quiero, chicos. No presten atención. No saben de lo que hablan. Ustedes representan la amabilidad, la consideración y el amor", escribió Delfina Blaquier (38) en su cuenta de Instagram para apoyar en público al príncipe Harry (34) y Meghan Markle (38). Acompañó el posteo con una foto de ella y su marido, Ignacio "Nacho" Figueras (42), junto a los duques de Sussex durante la premiación en un partido de polo en el Berkshire Polo Club, de Windsor.

Y demostró que si la prensa critica al hijo menor de Lady Diana por tomarse un avión para vacacionar en Niza, sus amigos argentinos, los Figueras, estarán ahí para defenderlos.

No fue la primera vez. Lo mismo hizo Nacho –polista y modelo- en mayo. A Harry lo acusaron de "mal padre" por viajar a Roma para jugar un partido de polo a beneficio cuando Archie, su primogénito, tenía quince días de vida. "El mundo piensa que conoce todo de este hombre. Yo he tenido la suerte de pasar suficiente tiempo con él como para entender que es una persona amable, generosa y compasiva que está pensando todo el tiempo en hacer del mundo un lugar mejor", escribió el polista en su cuenta de Instagram para defenderlo.

Y con la foto de un abrazo entre ambos, remató: "Me siento honrado de ser su amigo. Sigamos luchando porque el amor siempre gana".

La historia de la amistad entre Harry y Figueras data de 2007. Corría la primavera inglesa y el polista argentino se encontraba en las islas para jugar un partido, como la mayoría de sus colegas de nuestro país. Con 6 goles de hándicap (no demasiado si consideramos que el máximo es 10 y en nuestro país hay 9 polistas con puntaje ideal) Nacho conoció a Harry y "pegaron buena onda", como afirman los íntimos del argentino. No es raro que se hayan hecho amigos si consideramos que desde fines del siglo XIX nuestro polo –con toda la maquinaria de caballos, jugadores y equipos que lo acompaña– fascina a la realeza británica.

Pero, ¿quiénes son los Figueras? Ignacio desciende del coronel santiagueño Artemio Gramajo, ladero de Julio Argentino Roca y artífice del revuelto de huevos que lleva su nombre. Nacido en la localidad bonaerense de 25 de Mayo, dónde todavía tiene campos, se dedicó al polo desde chico y por tradición familiar.

En uno de los viaje que realizó gracias a su deporte, el gran fotógrafo Bruce Weber lo descubrió en una fiesta en Nueva York. Y le propuso ser modelo. Nacho empezó posando para Ralph Lauren y pronto encontró la beta para hacer de su imagen toda una marca. Desde entonces se mueve como pez en el agua en el jet set internacional.

Tenía –y tiene– al lado, y no es un detalle menor, una mujer rubia, alta y espléndida, con las mismas habilidades para manejarse en ese mundo. Descendiente de una familia de la aristocracia argentina -padre, Eduardo Blaquier Nelson; madre, Delfina Frers Serralunga Langhi– Delfina Blaquier supo lucirse como atleta en su adolescencia y se inclinó por la fotografía una vez que terminó el colegio. Heredó el nombre, además de la belleza, de su madre, un ícono del modelaje en los años 80, que además corría automovilismo.

Pero además su apellido paterno refiere a una de las familias aristocráticas más ricas de nuestro país. Y de hecho, la ligazón del polo con Inglaterra tiene en su abuela materna, Malena Nelson Hunter de Blaquier, una protagonista excluyente. Cuenta la leyenda, que la empresaria agro ganadera porteña tuvo algo más que un rato de simpatía con el príncipe Felipe de Edimburgo –marido de la reina Isabel II y abuelo de Harry– cuando lo recibió en La Concepción, su estancia de Lobos, durante un viaje de polo, allá por 1962.

Como fuera, ahí fue justamente dónde Delfina se casó con Nacho, su novio de siempre, en 2005 y cuando ya tenían juntos dos hijos, Hilario (18) –lo había tenido a los 19 años– y Aurora (16). La ceremonia resultó una gran fiesta campestre chic para más de 500 invitados. Unos años después nacieron Artemio (9) –que así se llama por el prócer– y Alba (6).

Delfina y Nacho supieron hacerle honor a sus antepasados aristocráticos y forjaron vínculos con la realeza que van más allá de un partido de polo. Con #WeAreFigueras o #LosFigueras como hashtag en Instagram encarnan el "aspiracional" por excelencia, en materia de moda, elegancia, tendencias y buen vivir. Mientras Nacho cuenta con 159.844 seguidores, Delfina llega a 137.583. Cada posteo es una postal perfecta, entre la campiña inglesa, las casonas de los Hamptons, las montañas de Aspen, las playas de Santa Bárbara e incluso los campos de nuestra pampa húmeda. Siempre viajando, con sus hijos y rodeados de naturaleza.

Representante de marcas como Veuve Clicquot y St. Regis, además de Ralph Lauren, Figueras tiene un equipo de polo Cria Yatay, comercializa sus caballos (como la mayoría de sus colegas polistas) y maneja una consultora de diseño pensado para cuidar el medio ambiente. Además, con Delfina impulsan la marca de ropa femenina Ácheval Pampa. Son amigos de Chris Martin, líder de Coldplay, que cuando viajó a nuestro país en 2016, con su mujer de entonces, la actriz Gwyneth Paltrow, se alojó en su campo de 25 de Mayo.

Como si fuera poco, desde 2013 y por decisión de Harry, Nacho es embajador de Sentebale, la ONG que creó el príncipe en honor a Lady Di para asistir a los niños africanos con SIDA.

Reacios a dar notas para la prensa argentina, Nacho y Delfina suelen aparecer en revistas como Vanity Fair -siempre están en la lista de los más elegantes-o en programas como el de Ellen Degeneres y Oprah Winfrey. Además, él puede jactarse de haber actuado en un capítulo de Gossip Girl con Blake Lively. Y si bien pareciera que la prensa argentina no les suma demasiado para dar a conocer sus negocios y sumar al marketing familiar que construyeron, ¿por qué debían negarse a hablar con los grandes medios internacionales?

"Fue un momento increíble, en un lugar increíble y un hecho histórico", aseguró Nacho a Harpers Bazaar en mayo del año pasado, cuando le preguntaron por su presencia en el casamiento de Harry y Meghan Markle. Porque el polista y su mujer no sólo fueron invitados a la ceremonia en la capilla San Jorge y a la recepción en el Castillo de Windsor, sino que además formaron parte del festejo para los íntimos, en Frogmore House. "Se trataba simplemente del casamiento de mi amigo y por eso disfruté de estar ahí", agregó y con un guiño aseguró no recordar nada sobre la segunda fiesta, la más privada.

Además, en esa época se sentó ante los conductores de CBS This Morning y ofreció detalles sobre la primera vez que el príncipe le habló de Meghan.

"Hacía mucho tiempo que Harry, Delfi y yo conversábamos acerca de cómo podía encontrar una buena chica. Hasta que un día fuimos a comer y nos dijo que acababa de conocer a alguien. Entonces, Delfi, que es mujer, se dio cuenta al toque. Era ella. Lo podía ver en la cara de Harry", confió Nacho.

En un partido de polo de junio de ese mismo año, agregó: "Es una maravilla que Harry haya encontrado con quien pasar el resto de su vida. Comparten entre otras cosas el amor por el trabajo filantrópico".

Delfina agregó: "Sé que Harry es más feliz que antes. Ha encontrado su amor. Te das cuenta por cómo la mira. Te derrite el corazón. Estoy muy feliz por él. De hecho, se lo comenté y sonrió".

En julio, dos meses después del casamiento, cuando Delfina y Nacho escoltaron a los príncipes en un partido a beneficio de Sentebale, en el Royal Country of Berkshire Polo Club, en Windsor, el polista posteo en Instagram: "No son sólo una historia de amor. Están aquí para cambiar el mundo".

Por eso no sorprende que un año después del casamiento, Delfina y Nacho sean unos de los primeros amigos en conocer a Archie, el bebé de Harry y Meghan que ahora tiene tres meses de vida. Y que el encuentro se haya dado en la intimidad de Frogmore House.

"Lo vi muy feliz. Es que le encantan los chicos", aseguró consultado por la revista People, pero se negó a dar detalles.

"Le he visto interactuar con niños durante mucho tiempo con todas nuestras iniciativas (solidarias) en África y no me sorprende que sea un padre increíble", agregó.

Entonces es posible que Delfina, que tiene la edad de Meghan pero se convirtió en madre casi veinte años antes y hoy tiene cuatro hijos, le haya dado algún consejo de maternidad. Tal vez incluso, cuando los Figueras se reúnen con los Windsor hablan de Buenos Aires, ciudad que la actriz americana conoce muy bien, porque vivió un par de meses en 2002 –plena crisis– cuando hacía una pasantía para la embajada americana. O de Lobos, la localidad que Harry visitó cuando vino a jugar al polo en 2004 y todavía no era amigo de Nacho. Pero además, siendo tan amigos, es posible que Harry y Delfina se hayan reído al comentar los rumores sobre el supuesto affaire entre el abuelo de él y la abuela de ella.

Porque si de polo, aristocracia argentina y realeza británica se trata, ni la Reina de Inglaterra se salva. Los Figueras lo saben.

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