A partir de hoy los usuarios de las líneas C y D del subte podrán utilizar un nuevo acceso a la red en la zona del Obelisco ubicado en la calle Sarmiento, entre Suipacha y Esmeralda. La obra permitirá llegar a las estaciones 9 de Julio -sentido Catedral- y Diagonal Norte -sentido Constitución- y busca aliviar la congestión de gente en uno de los puntos más saturados.
El denominado Nodo Obelisco presenta graves problemas para la circulación debido a que fue construido hace 90 años cuando el flujo de pasajeros era muchísimo menor que el actual. Allí confluyen las estaciones Carlos Pellegrini, de la línea B, que tiene 340 mil pasajeros por día; Diagonal Norte, de la línea C, con 200 mil usuarios, y 9 de Julio, de la D, que traslada a 310 mil viajeros. De hecho, los primeros proyectos para mejorar la conectividad en esta zona del centro porteño datan de la década del 60.
Por estos motivos, se encaró en 2016 una obra de USD 26 millones dividida en tres etapas. La primera consistió en la construcción de un túnel de hormigón armado con sus respectivos empalmes con las líneas D y C. Luego, en segundo término, se hizo el nuevo acceso que se inaugurará mañana. Y la tercera etapa, que ya fue licitada y comenzará en noviembre, consistirá en la ampliación del espacio del andén en la estación 9 de Julio y la construcción de un pasillo paralelo para poder combinar directamente entre las líneas B y C, sin pasar por la D.
Hoy en día la combinación entre las líneas B y C representa un serio problema de congestión y de seguridad debido a que obliga a miles de usuarios a caminar por el andén de la estación 9 de Julio de la D.
Según explicó a Infobae el ministro de Desarrollo Urbano y Transporte, Franco Moccia, la construcción de los nuevos accesos es fundamental debido a que para avanzar con la tercera etapa será necesario cerrar momentáneamente algunas de las entradas actuales, por lo que era necesario contar con nuevos puntos de ingreso alternativos. Además, estas obras se enmarcan en un plan de renovación de toda la línea D que permitirá mejorar la frecuencia a 2 minutos y 15 segundos entre formaciones. "Como se van a sumar unos 60 mil usuarios más, necesitamos los viejos accesos y los nuevos para que no colapse la línea por exceso de gente, las estaciones se tienen que vaciar al mismo ritmo que van llegando los trenes", aclaró.
Para simplificar la explicación, el presidente de Subtes de Buenos Aires (Sbase) Eduardo de Montmollin recurrió a una metáfora gastronómica: "Es como querer cambiar un mantel con la gente comiendo, tenemos que hacer las obras sin afectar a los miles de usuarios que viajan por día, por eso cada etapa depende de la anterior", señaló.
El plan de modernización de la línea D costó USD 105 millones que fueron financiados con un crédito del Banco Europeo de Inversiones. Para fines de 2019 todas las formaciones tendrán aire acondicionado, para lo cual se está aumentando la potencia eléctrica de la red, y también podrán viajar más juntas entre sí -para mejorar la frecuencia-, que requiere un recambio en el viejo sistema de señales.
Sin embargo, el nuevo acceso permitirá recuperar algo del dinero utilizado. La ciudad de Buenos Aires compró el terreno -que da a la parte trasera del teatro Gran Rex- y comenzó la edificación del acceso al subte. Pero una vez terminada la obra, construirá un edificio de ocho pisos en la parte de arriba que luego será vendido para financiar parte del proyecto.
Además, se construirá en la parte aledaña a los ingresos el primer estacionamiento exclusivo para motos y un espacio público con locales.
Al igual que en las nuevas estaciones de la línea E, que fueron decoradas con obras de las reconocidas artistas plásticas Marcela Cabutti, Gachi Hasper y Marta Minujín, en el nuevo acceso se montó una pieza llamada "Inmersión" del artista Hernán Marina.
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