"Cada rincón de la casa respira historia", asegura a Infobae uno de los nuevos propietarios de la casa de la localidad bonaerense de Chascomús donde vivió Raúl Alfonsín entre 1957 y 1972. Allí ejerció sus primeros años como abogado, allí creció su familia y allí hizo la fiesta de casamiento de su hija Ana María, entre otros grandes momentos de la historia familiar del primer presidente desde la vuelta de la democracia en Argentina.
La vivienda ubicada en Lavalle 227 es actualmente La Casona Hotel Museo, una especie de hostal atendido por sus dueños, Matías Andia y Lucrecia Barnetch, la pareja que compró la propiedad "de casualidad" en 2017.
"Estábamos buscando una propiedad y apareció esta casona a la venta. Es un orgullo estar acá", confiesa el joven, que se convirtió en el segundo propietario de la casona después de Alfonsín y que cada día intenta resguardar la memoria de las paredes que vieron al hombre detrás del político y al padre detrás del presidente.
"Alfonsín vendió la casa para bancar la campaña electoral"
Si bien Raúl Alfonsín es el hijo pródigo de Chascomús, Matías desconocía detalles de la vida del ex mandatario argentino, por lo que al estar en esa casa tan llena de su historia comenzó a indagar entre los vecinos que lo conocieron.
"Me contaron que Alfonsín vendió esta casa para bancar los gastos de la campaña política, en los '80, cuando se postuló a presidente. Además, decidió mudarse a un lugar más chico luego de que sus hijos se fueran porque la casa quedó enorme", revela Matías.
Indagando en los orígenes de la vivienda supo que para comprarla el ex presidente pidió un crédito y que, además, la propiedad fue hipotecada.
Al abrir la puerta por primera vez los nuevos dueños encontraron tres habitaciones (la principal con un baño externo, otra habitación y una tercera con un baño privado donde dormían las hijas), un comedor muy amplio, dos patios (uno con un aljibe hermoso) y una cocina enorme.
Además, había un sector que en el plano dice "costura", el lavadero, una habitación de servicio, el estudio que Alfonsín usó en sus primeros años de abogado y el garaje.
"La gente que llega viene maravillada. ¡Apenas entra se emociona muchísimo! A nosotros nos causa mucho honor y orgullo estar acá", reconoce a Infobae el actual propietario.
Pese a que la casa refleja el estrecho vínculo del ex mandatario con su ciudad natal, recién en 2010 fue declarada como "Edificio de Valor Patrimonial por la Ordenanza Municipal nº 4290/10", un año después de que muriera.
"Está ubicada en pleno corazón de Chascomús —cuenta Matías— en la zona de estilo colonial de veredas angostas, casas antiguas que conservan la fachada de la época, las esquinas sin ochava y calles de adoquines".
A pocos metros están la plaza principal de la ciudad, la catedral, el Teatro Municipal Brazzola, el Club de Pelota Paleta y el edificio municipal. A 200 metros, el centro comercial y tres cuadras está la conocida laguna de Chascomús.
Una casa estilo colonial con mucha historia
La casa representa un gran valor para la ciudad, pero lo fue mucho más para el ex presidente: Alfonsín soñaba con la casa propia en la cual vivir con su esposa y criar a sus hijos.
"No éramos pobres, pero tampoco de clase adinerada", solía decir el mandatario sobre sus orígenes. Y agregaba: "El futuro era un espacio a la espera. Un desafío, algo que debía ser construido, ladrillo a ladrillo… Como una casa".
"Para los chascomunenses es el lugar con el que se lo identificó ciertamente a Alfonsín y a su familia por un largo tiempo, y en épocas en que el ex presidente comenzaba a ganar un reconocimiento como político a nivel provincial y nacional. Su figura trascendía las fronteras pueblerinas y su prédica era una voz fuerte en el radicalismo", apuntan los actuales propietarios de la casa.
Es que allí pasaron buena parte de su adolescencia y juventud los hijos del matrimonio que en 1949 había constituido Raulito, como le decían, y María Lorenza Barreneche.
Otro dato histórico de la casona: a pocos metros, el Capitán de Blandengues Pedro Nicolás Escribano fundó el Fuerte de San Juan Bautista y a pocos metros se encuentra la Iglesia que rinde devoción a la Santísima Virgen de la Merced, patrona en el pueblo lagunero.
Además de haber sido la vivienda de la familia Alfonsín antes de la presidencia, la casa guarda otros recuerdos de la floreciente vida política del mandatario.
"Los acontecimientos que aumentan el valor patrimonial de este sitio son varios, y no dejan de llamar la atención cuando toman carácter histórico, como lo relatado por Jorge Francisco Nimo, quien fue colaborador y amigo de Alfonsín a lo largo del tiempo", revela el escritor y estudioso de la vida del dirigente político, Fernando Rubén Pieske.
"En la casa de Lavalle 227 ya estábamos en 1962. Yo atendía la oficina en el frente y Raúl estaba escribiendo un artículo para una revista, y ese día, de pronto, tocaron el timbre y fui a atender. Me sorprendió cuando en la puerta vi que estaban Arturo Illia y Ricardo Balbín. Querían conversar y saludar a Alfonsín", le dijo el propio Nimo a Pieske.
En el living rodeado de bibliotecas color roble empotradas estaba sentado Illia y comenzó a toser. "No se lo veía bien, tosía repetidamente. A un punto tal que Marcela, la hija de Alfonsín que era chica, se acercó y le dijo: '¿Doctor, quiere que le compre algo para la tos en la farmacia?'", recordó.
Otra referencia sobre la histórica casa es de 1930. "Allí funcionó la Pensión de Cerviera, como se conoció popularmente a un hospedaje que fue uno de los pocos que en esa época había en Chascomús", contó al historiador Adela Mendiburu de Bigatti, amiga personal de la familia Alfonsín.
La mujer recordó a Pieske: "Raúl vendió la casa porque era demasiado grande y los hijos comenzaban a tener sus propias familias".
El sueño de la casa propia
Según cuentan los investigadores, para el líder radical tener una casa "fue un propósito de resguardo como hábitat familiar". "Pero en los vaivenes económicos de alguien que no le daba demasiada importancia al dinero, Alfonsín compró su casa cuando pudo, alquiló cuando no podía comprar y también vivió en casas que le prestaron generosos amigos cuando no podía ni comprar ni rentar", revela el escritor Pieske.
En ese tono asegura: "Transcurrían los inicios de los años 50, enmarcado estaba el diploma universitario del flamante abogado y su presencia en el pueblo no pasaba desapercibida".
¿Dónde vivía cuando, en octubre de 1983 cuando fue elegido presidente de la Argentina?
"Los chicos eran grandes. Todos se habían casado y la casa de la calle Lavalle 227 les resultaba enorme —cuenta Pieske— Como ocurrió a lo largo de su extensa carrera, la actividad política o legislativa lo mantenía alejado de Chascomús y con María Lorenza vivían prácticamente en Buenos Aires".
Era por eso que Alfonsín aceptó, con el apoyo de su entrañable amigo Omar Alejo Goñi, mudarse a una nueva casa provisoriamente. Allí vivió hasta que se trasladó a la Quinta Presidencial de Olivos. "En Buenos Aires lo aguardaba un nuevo espacio de trabajo. Una gran Casa Rosada, ubicada en Balcarce 50", dice Pieske.
La elección de Alfonsín significó el fin del gobierno de facto de la dictadura militar. También el fin de los golpes de Estado en Argentina.
El hombre que conmovió a los argentinos recitando el preámbulo, luego de años de terror y sangre, murió el 31 de marzo de 2009. Una multitud salió a las calles para despedirlo.
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