La puja por la tenencia de terrenos valuados en miles de dólares entre dos hermanas que se casaron con dos hombres 60 años mayores y una hija extramatrimonial sumó una nueva contienda judicial.
La intrincada historia se conoció en marzo de este año y lleva ya años de disputa. Por un lado está Normi Titti, a quien los medios presentaron como la mujer que trabaja como empleada doméstica y en un kiosco, y reclama una herencia millonaria. Ella es hija de Pedro Titti, uno de los tres ancianos fallecidos cuyo legado son 362 hectáreas de campos en la localidad cordobesa de La Para, a 150 kilómetros de la ciudad de Córdoba.
Del otro lado están las hermanas Nilda (30) y Liliana Basualdo (35), que pelean por una herencia que -sostienen- les pertenece.
Las mujeres están enfrentadas desde hace ya 14 años, incluso por fuera del ámbito judicial, con encontronazos en la calle, cruces en las redes sociales y llamados intimidatorios entre una infinidad de capítulos de una "novela" que tiene atrapados a los más de 3.500 habitantes del poblado. El último fue muy grave y ocurrió en la madrugada del martes.
El lunes pasado Liliana Basualdo se encontró con Normi Titti en el cementerio donde están los panteones de los hermanos Titti y del padrastro de Normi. Se acercó a hablarle. "Le fui a preguntar por qué mintió en los medios. Me respondió que era una ignorante y que iba a pagar lo que le había hecho", contó Liliana a Infobae, tal cual figura en la exposición de constancia policial que realizó horas más tarde.
Lo peor llegó después.
Alrededor de las 3 de la madrugada del martes, la vivienda que Liliana comparte con su esposo e hijos fue atacada a balazos. La familia no estaba en ese momento. Fue el casero quien los alertó y llamó a la policía. "Cortaron los alambres y tiraron cerca de diez tiros", relató Liliana.
Los disparos impactaron contra la pared y las ventanas. Atravesaron persianas de metal, rompieron vidrios y terminaron algunos en el interior dando contra una alacena o una puerta placa.
Pero no fue todo. Además en el portón del frente apareció colgada una bolsa de consorcio con tres cráneos presuntamente humanos junto a un mensaje amenazante: "Dejen de investigar. Ya están muertos. Los observamos", se lee en la nota hecha con letras recortadas de diarios y revistas.
Desde la policía Departamental Río Primero confirmaron a Infobae que la denuncia se radicó en la Comisaría de La Para e intervino la Fiscalía de Instrucción Distrito Judicial N° 2, turno 6, de la ciudad de Córdoba. "Se están haciendo las averiguaciones e investigaciones correspondientes del caso", informaron.
Liliana no tiene dudas: para ella se trata de una intimidación por la disputa de fondo que comenzó 14 años atrás.
En 2005, Normi supo por su padre adoptivo que era hija de Pedro Titti. Ella lo conocía: hasta ese momento era un amigo de su familia que visitaba su casa con frecuencia. Inició, entonces, un proceso de filiación que posteriormente determinó que eso era efectivamente cierto.
Resulta que Pedro Titti poseía, junto a sus hermanos Isidro y Ciriaco, una extensión de terreno de 362 hectáreas, abarcando montes, ríos y zonas aptas para la siembra y el cultivo, con un valor aproximado de entre 8 mil y 10 mil dólares la hectárea, según consta en el expediente del Juzgado Civil y Comercial Nº 8.
En el campo se dedicaban a la producción agropecuaria. Trabajaban la tierra, ordeñaban vacas, vendían leche. Las hermanas Basualdo, hijas de peones que cumplían funciones en un tambo ubicado en el mismo predio, los ayudaban desde muy pequeñas. En el caso de Liliana, los conoce desde los 9 años y trabajó con ellos desde los 15 haciendo tareas domésticas, cortando leña y cuidando animales, entre otras tareas de campo.
En 2008, a sus 22 años, Liliana se casó con Isidro Titti, que en aquel momento tenía 80. Tuvieron una hija, que hoy tiene 9. A los dos años su esposo falleció y a Liliana le quedó la porción del campo de su marido. También en 2010 murió Ciriaco, quien previamente había firmado una escritura de donación en la que le legó a Liliana su parte del terreno. La mujer, entonces, se convirtió en la administradora de dos tercios del total de las tierras.
Actualmente, Liliana tiene a su nombre 176 hectáreas, las cuales tiene alquiladas hasta 2021. La renta es su fuente de ingresos. Después, hay 40 hectáreas de monte y áreas improductivas para el cultivo. El resto fue vendido. "Lo tuve que vender para pagar abogados en todos estos años", explicó.
Durante todos esos años y desde que se enteró de su vínculo, Normi dice que mostró interés en mantener una relación con su difunto padre y reconstruir un lazo que siempre había sido de amistad, pero asegura que esto siempre le fue impedido. Culpa de ello a las hermanas Basualdo.
Con el tiempo las rispideces entre las mujeres se fueron acrecentando. En 2016, al ya tenso vínculo se le agregó otra arista en el fuero civil: un tribunal declaró inhábil a Pedro Titti por una "afectación psicocognitiva" y restringió su capacidad de administrar y disponer de sus bienes. Por entonces Pedro tenía 84 años. A los pocos meses, Nilda Basualdo se casó con él.
Enfadada, Normi pidió la nulidad del matrimonio, con la firme convicción de que su padre nunca prestó consentimiento. Con el proceso judicial en trámite, Pedro falleció en junio del año pasado. Dos meses después, un juez de familia le dio la razón a Normi y anuló el casamiento. La Cámara de Familia de 2° Nominación se expidió en junio pasado y ratificó el fallo.
En forma paralela, Normi inició acciones legales contra las hermanas Basualdo por el delito de defraudación por circunvención de incapaces, causa que se tramita en el Juzgado Civil y Comercial de 37º Nominación y que tiene cinco imputados: las hermanas, el abogado de ellas, el empresario agropecuario que alquila una porción de campos y el cobrador de los arrendamientos.
Las hermanas Basualdo respondieron a mediados de abril último con una presentación para cuestionar la filiación de Normi, otra causa que permanece abierta. Su sospecha es que el proceso para extraer la muestra de ADN de Pedro Titti estuvo plagado de irregularidades. "No sabemos si es la hija, la paternidad está en duda", sostuvo.
La resolución de la denuncia por circunvención de incapaces desenmarañará la enroscada historia. También esclarecerá la porción de campo que correspondía a Pedro Titti, ya que de su testamento se desprende que le pertenecían 41 hectáreas. Pero los abogados de Normi reclaman por 88 hectáreas, de acuerdo a un estudio de títulos que realizó un perito judicial.
Por lo pronto, Liliana y su familia, que hasta ayer ocupaban la casa de los Titti, decidieron mudarse luego del episodio del martes. Esperarán esa ansiada resolución en otra vivienda.
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