De escaparse de un internado y hacer saltar la banca en el casino a mediático estrella: ¿qué es de la vida de Jacobo Winograd?

La increíble historia de uno de los personajes televisivos argentinos más sorprendentes. Su dura infancia, el abandono de su madre y las anécdotas más curiosas del hombre que asegura que "billetera mata galán"

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Si Adolf Eichmann no hubiese vivido en Argentina, si el Mossad no lo hubiese encontrado cuando se bajó del colectivo 203 en Bancalari una noche de mayo de 1960, Jacobo Winograd no sería Jacobo Winograd. O sí.

—Mis papás se escaparon de Auschwitz. Se escaparon del hijo de puta de Hitler. Fueron a Chile y nacimos nosotros. Cuando salió la noticia, Eichmann estaba en Argentina y Mengele en Brasil, mi mamá se volvió loca. Nos abandonó a los 4. Nos mandaron a un asilo.

Hijo de Marta Messing, alemana, y Saúl, un polaco que vendía ropa de casa en casa apenas llegó a América, Jacobo es el único varón de los cuatro hijos que tuvieron los Winograd en Santiago de Chile. Tenía 6 años cuando se instalaron en el barrio de Mataderos en Buenos Aires y unos más cuando vio por última vez a su mamá. "Mi papá, el hombre que más amé en la vida, no nos podía cuidar. A mí me puso en el asilo de Burzaco de la AMIA y a mis hermanas en un colegio de mujeres. Mirá, ¿quién es?", pregunta y extiende su teléfono celular sobre la mesa ratona del living de su casa, un chalet de Villa Urquiza. En pantalla, una foto.

—Gerardo Sofovich.

—Seguí.

—Guido Kaczka.

—Seguí. ¿Este quién es?

— Vos.

—Un año en Telefe, Polémica en el bar. Me echaron por defender a Menem.

Winograd nació en Chile
Winograd nació en Chile

Según Wikipedia, Jacobo Winograd nació hace 63 años, el 16 de agosto de 1955. Según Jacobo, Wikipedia dice cualquier cosa; tiene 58. A los 14, luego de estar pupilo 5 años, escapó del asilo junto a tres amigos.

—¿Dónde vivías?

—En casas de amigos. Nos escondíamos. Hasta que hablé con mi papá. Estuve tres, cuatro años viviendo con él. A los 19, 20 años dije: "Me voy al centro. Me la juego".

—¿A hacer qué?

—A buscar la vida. A conocer gente. Mujeres grandes. Amigos. Mujeres siempre. Gracias a Dios, Pinocho no. Y me fue bien. Tuve mujeres poderosas, grandes.

— Tenías 19 años, ¿las mujeres qué edad tenían?

— Me ayudaron las mujeres grandes. Me ayudaron, era pintón… no era Amigacho ni El Mago sin dientes. Conocí mujeres. No te puedo contar todo.

—¿A tu mamá no la viste más?

— No la vi nunca más. Mis hermanas se veían con ella, la perdonaron. Yo no fui al velorio. Me arrepentí. No me lo perdono. Yo odiaba a mi mamá hasta que entendí que estaba enferma. A mis hermanas las vi cuando eran grandes.

—¿Cuando volvías los fines de semana a tu casa ellas no estaban?

—No, por orden de los psicólogos iban un fin de semana ellas y yo otro. Cuando nos conocimos fue fuerte. Nos miramos, "tus hermanas, tu hermano", dijeron. No entendía nada yo. Ahí me escapo del asilo y me voy a la puerta de los teatros de revista. Vendía diarios en Lavalle y Carlos Pellegrini. En los semáforos vendía diarios. Y después chocolatines, pastillas y caramelos a la salida de los boliches. Dale.

Jacobo comenzó a conocer a los famosos de joven, cuando se acercaba a los teatros
Jacobo comenzó a conocer a los famosos de joven, cuando se acercaba a los teatros

—¿Qué hacías en la puerta de los teatros?

—Le abría la puerta a los más importantes. Calabró me dio de comer, Moria Casán también. Juan Carlos me preguntaba: "¿Comiste rusito? Vamos a comer la pizza". Estaba la pizzería Iguazú frente al Maipo. Dale.

—¿Cuánto tiempo te quedabas en la puerta?

Carmen Barbieri me compró mucha ropa. Recién empezaba, tenía 20 años. Entraba con el padre, con Alfredo. Desde las 8 de la noche hasta la 1.30. Después iba con los diarios a los semáforos y a las 4.30, 5 a vender chocolatines a los boliches. El Facha Martel y muchos me pagaban el desayuno. Submarino con las facturas. Esa era mi vida. Hasta que crecí. Me instalé, me fue bien y ahí arranco con los coches. Y me voy a Necochea. Yo viví en Necochea. Viví 5 años. Era muy amigo del papá de Guillermina Valdes. Lo sabe Guillermina. El abuelo de Guillermina, Babi, era mi escribano. El papá, que murió, amigo mío. Y a Guillermina la tuve a upa.

—¿Por qué te fuiste a Necochea si te iba bien en Buenos Aires?

—Porque salía con la hija de un jefe policial en la época de la dictadura. Me estaban buscando. Me fui a vivir a Necochea por miedo. Me quedé seis años. Y ahí me fue muy bien, ahí empezó mi carrera con los coches.

—¿Qué era lo que hacías con los coches?

— Alquilaba los coches. Estuve 15 años en el Sheraton con la empresa de rent a car. Car Rental. Le alquilé a Bo Derek, John Derek, Rod Stewart, Tina Turner, Joe Cocker, David Bowie, Eric Clapton, George Kennedy, Esther Williams la nadadora. Todos me llamaban a mí.

—Tenías tu flota de autos

— (Interrumpe) Eso fue a los 24, 25 años. En cuatro años hice mucha plata. No voy a contar todo porque… qué querés que te diga… hice fortuna. Empezaron todas conmigo. Hoy "billetera mata galán" molesta a todo el mundo. Es la frase número 1 del mundo. ¿De quién es esa frase?

—Tuya.

—Ah. ¿Cómo salió la frase? Porque saltó la banca del casino y me descubre Jorge Guinzburg en La noticia rebelde.

En febrero de 1986 las tapas de los diarios hablaban del retiro de José Luis Batata Clerc del tenis profesional y de la Unión Soviética, que había logrado poner en órbita la estación espacial MIR. En Mar del Plata, "Violencia en el carnaval: habitantes de un edificio descargan baldazos de agua sobre los transeúntes. Hubo incidentes y fueron detenidas 30 personas". La misma noche de los baldazos, Jacobo saltaba la banca del casino.

—¿Con cuántas personas jugaste?

— 40 personas. Yo la estudié la jugada. Gané durante 35 días y guardé todo. Llamé a los choferes míos, de mi empresa, la única con Mercedes Benz y BMW, le alquilé a todos los presidentes cuando vinieron a la asunción de Menem. Le alquilé a Ayrton Senna antes de que se matara. A la gente más importante del mundo le alquilaba yo. Llamé a todos y les dije: 'Esta noche vamos a jugar todos a una bola. Vamos a jugar todos al 32'.

—¿40 tipos jugando en varias mesas?

—Todos en la misma mesa. Al 26, al 29 y al 32. Y vino el 32. Y cobré casi 4 millones de dólares. Era época del austral, a 0,5 el dólar.

—En las notas de la época decías que eran 3 millones y medio.

—Me descontaron el 35 de Ganancias. Al otro día me aplicaron el derecho de admisión. Mandé a todos a jugar de nuevo. Me subí a un árbol con el walkie talkie. Hicieron la misma jugada. Salió el 29. Me caigo del árbol, me rompo el huesito dulce. ¿Qué hace la Municipalidad de Mar del Plata? Poda el árbol.

— ¿Qué hiciste con la plata?

— La invertí. Compré muchas propiedades. Un chalet en Los Troncos, en Mar del Plata, muchas propiedades en Necochea, en Capital, era mucha plata. Jugué.

—¿Al equipo cómo le pagaste?

— Le di una propina muy importante. Había como 500 personas en el casino porque era verano. Compré sánguches de miga y champagne para que todo el mundo comiera.

—¿Por qué jugabas esos números?

—Porque toda la vida jugué eso. Amo el 23. Lo había identificado con la mujer más linda de ese momento: Teté Coustarot. Yo había identificado al 23 y decía: "¡Vamo' Teté Coustarot, vamo' Teté Coustarot!".

—¿Pero por qué el 23 con Teté?

—Porque amaba a Teté porque era la mujer más linda, fina, de tantos gatos, tantos pumas que veía en mi vida la veía como una lady de verdad.

Estuve 15 años en el Sheraton con la empresa de rent a car. Car Rental. Le alquilé a Bo Derek, John Derek, Rod Stewart, Tina Turner, Joe Cocker, David Bowie, Eric Clapton, George Kennedy, Esther Williams la nadadora. Todos me llamaban a mí

La revista Gente tituló "Jacobo no va maaas" la entrevista que le hizo esa misma semana de 1986. En la foto a doble página que abre la nota, un joven Jacobo de camisa azul y saco blanco mira a cámara mientras apoya una ficha sobre una mesa de casino que pusieron en medio de la playa para la producción fotográfica. De fondo, entre el mar y sus espaldas, hay un Mercedes Benz color plata estacionado.

Jacobo se mostró interesado por el célebre auto de Carlos Menem

Cuatro años después, el 3 de enero de 1991, el presidente Carlos Menem hacía Olivos-Pinamar en dos horas a 190 kilómetros por hora y sin pagar peajes en la Ferrari que le había regalado Massimo dal Lago, un empresario italiano. Poco después el auto se subastó y ocho años después se sancionó la ley de Ética en la Función Pública que prohíbe a los funcionarios recibir regalos.

En YouTube se ve cómo, en el hall del Banco Ciudad, el periodista del noticiero de América no pudo dar con el nuevo dueño, Juan Nápoli, pero sí con el segundo oferente de la subasta: "Soy amigo de Menem. Yo amo, yo adoro. Me pongo muy contento. Se ha vendido muy bien, quedó más plata para el país. Que el muchacho que la compró la disfrute mucho. Acá un amigo mío me preguntó y le dije que no vale, una '92 no vale esa plata, no es una Testarossa, es una TB 348 que es la más barata. Pero está bien".

—¿Por qué querías la Ferrari de Menem?

—Yo alquilaba coches importados. Con la Ferrari de Menem podía ganar mucha plata.

—¿Por cuánto se te fue?

—10 mil dólares.

(Archivo General de la Nación)

— ¿Cuánto tiempo después la pudiste comprar?

—La tuve. Y la entregué para una rifa. Dale.

— ¿La anduviste?

—Sí, la anduve, tuve varias Ferrari.

— ¿Y?

—Pasa que yo defendí a Menem seis meses pero cuando me di cuenta de que destruía el país con la convertibilidad le empecé a pegar y atacar. Con respeto. Macri fue la persona que más me censuró a mí. Siempre critiqué al padre por el Correo, Socma. Una parte del kirchnerismo me mató. Néstor no. Ni macrista mi kirchnerista: yo soy alfonsinista. Estoy prohibido en todos los canales por defender a los jubilados, a los maestros, a las amas de casa.

Suena su celular. Los acordes de la guitarra son inconfundibles: el ringtone es Canción del mariachi (Morena de mi corazón). Si lo dejara sonar unos segundos, diría así: "Soy un hombre muy honrado/Que me gusta lo mejor/Las mujeres no me faltan, ni el dinero, ni el amor". Pero Jacobo atiende rápido: "Armando, querido". Es Armando Pérez, el ex interventor de la AFA.

— ¿Tenés la nacionalidad argentina?

—No.

—¿No quisieras tenerla para votar?

—No le creo a ningún político.

Winograd fue parte del elenco estable del mítico programa "Zap"

En Mediodía con Mauro opinó sobre el caso Coppola en 1996. En 2011 Samanta Farjat fue una de las invitadas al cumpleaños de 15 de su hija, Nazarena. También fueron los Calabró, Hernán Caire, Jaqueline Dutra, las hermanas Xipolitakis, Danny La Muerte, Marcela Tauro, Roberto Piazza y hubo show de Marcelo Iripino. En tiempo de bajísimos presupuestos y crisis fue parte de Zap, el programa que conducía en 2002 Marcelo Polino, acaso el programa en el que más vasos de agua se han servido y revoleado en la historia de la televisión argentina. En ese escenario Jacobo peleaba con Guido Süller y El Larva. Habitué de sketches de Showmatch, hizo teatro con Ricardo Fort y "14 temporadas en Mar del Plata sin ser actor". "Ni yo sé lo que soy. Hacía monólogos. La gente quería ver a Jacobo", asegura.

Macri fue la persona que más me censuró a mí. Siempre critiqué al padre por el Correo, Socma. Una parte del kirchnerismo me mató. Néstor no. Ni macrista mi kirchnerista: yo soy alfonsinista. Estoy prohibido en todos los canales por defender a los jubilados, a los maestros, a las amas de casa

Hoy no mira tele. "Solo veo en teatro a Fátima Florez que es la única que no me dio la espalda y la está rompiendo con Fátima es mágica, en el Astral", sostiene. Con ella planea un regreso: "Voy a vender chocolatines entre el público. Para donar todo a un hospital de chicos, como con los libros". Escribió tres: Billetera mata galán, Jacobo (toda mi verdad, toda la verdad) y Algunos tienen noche y a otros se les hace tarde.

Winograd escribió tres libros: “Billetera mata galán”, “Jacobo (toda mi verdad, toda la realidad)” y “Algunos tienen noche y a otros se les hace tarde”
Winograd escribió tres libros: “Billetera mata galán”, “Jacobo (toda mi verdad, toda la realidad)” y “Algunos tienen noche y a otros se les hace tarde”

Cuando aún le sale humo por la nariz y apaga el tercer cigarrillo, Jacobo enciende el cuarto, pita y dice:

—Kellogg's. Kellogg's estaba fracasando con los chizitos. Los demás productos andaban bien. Silvia (Süller) y yo la estábamos rompiendo; me dijeron: "Jacobo hay tanta plata". Tengo un maní, tengo un poroto: dame la plata. La tengo bien, no tengo el Tren de la costa pero la tengo normal. Ganamos fortunas.

Carmen Barbieri me compró mucha ropa. Recién empezaba, tenía 20 años. Entraba con el padre, con Alfredo. Desde las 8 de la noche hasta la 1.30. Después iba con los diarios a los semáforos y a las 4.30, 5 a vender chocolatines a los boliches. El Facha Martel y muchos me pagaban el desayuno. Submarino con las facturas. Esa era mi vida. Hasta que crecí. Me instalé, me fue bien y ahí arranco con los coches

—¿Qué es un mediático?

— Nosotros empezamos la televisión basura pero hoy hacen las cosas peor. Nosotros no hablábamos de enfermedades ni de homicidios ni de drogas. Hoy cuanta más sangre haya, mejor. Esta tele es peor que la que hacíamos nosotros. Denigran personas.

—Dijiste haber sido el inventor de los books de los hoteles de lujo.

—La gente me alquilaba coches. Iban chicas a cenar como presencia. Yo no sé lo que pasaba después. Dale.

Jacobo vive con su hija y asegura: “Desde que nació es mi casino, guardo todo para ella”
Jacobo vive con su hija y asegura: “Desde que nació es mi casino, guardo todo para ella”

—¿Con quién vivís?

—Con mi hija. Desde que nació es mi casino, guardo todo para ella. Nunca conviví con una mujer. Baño mata amor, convivencia mata amor. Para mí la mujer no va al baño.

—¿Teté Coustarot no va al baño?

—Sueño que no va al baño.

—¿Te hubiera gustado tener más hijos?

—Me hubiera encantado. Pero ya no. Me mantengo bien; nunca tomé alcohol, nunca me drogué.

—¿No probaste cocaína?

—Nunca probé cocaína. Acá vivió el Facha Martel un año y medio, le di una suite. Estaba en la calle, durmiendo en un auto. Era mi amigo, me pagaba el café con leche cuando yo era pobre. Alcohol nada, no me gusta. Fumo nada más.

“Nunca probé cocaína. Acá vivió el Facha Martel un año y medio, le di una suite. Estaba en la calle, durmiendo en un auto. Era mi amigo, me pagaba el café con leche cuando yo era pobre”, sostiene el mediático
“Nunca probé cocaína. Acá vivió el Facha Martel un año y medio, le di una suite. Estaba en la calle, durmiendo en un auto. Era mi amigo, me pagaba el café con leche cuando yo era pobre”, sostiene el mediático

—¿Por qué te echaron de la confitería Tabac?

—El gerente decía que los transeúntes me pedían foto y a los clientes top, a los millonarios, les molestaba. Antes tuve un problema con uno que me dijo judío de mierda y le pegué. Salió en todos los medios. Estuve detenido 15 horas. Dale.

—¿Siempre en las mesas de la calle?

—Sí.

—Ahora vas a una confitería en Libertador y Lafinur, desde Villa Urquiza. ¿Por qué? ¿No te queda un poco lejos?

—Porque me gusta ir a tomar café. Porque me gusta comer la tortita de Aversa. Voy a La Rambla y ahí. A La Rambla voy a comer el lomito más rico del país. Después voy a bailar, salgo.

—¿A dónde vas a bailar?

—Kika, Ink. A un montón de lugares. Me gusta salir con mujeres. Tengo un defecto, soy muy infiel. Pero se lo digo a la mujer antes: me gustan todas, me aburro. Hoy estoy con vos y mañana no quiero verte más o quiero verte dentro de 50 días. No me des bola, no te convengo, vamos a comer, divirtámonos. Me aceptás así o no me aceptás. Muchas me aceptan, otras no.

—¿De tu edad?

—Más jóvenes. Todavía me mantengo bien y me dan bola. Duermo 11 horas por día.

Me gusta salir con mujeres. Tengo un defecto, soy muy infiel. Pero se lo digo a la mujer antes: me gustan todas, me aburro. Hoy estoy con vos y mañana no quiero verte más o quiero verte dentro de 50 días. No me des bola, no te convengo, vamos a comer, divirtámonos. Me aceptás así o no me aceptás. Muchas me aceptan, otras no

—¿11 horas?

—Duermo bien. Salgo a la tarde, después vuelvo y duermo una petit siesta.

—¿Una petit siesta?

—De 9 de la noche a 12 de la noche. Soy nocturno, como Drácula. Me acuesto a las 6 de la mañana todos los días.

Winograd asegura que duerme 11 horas por día
Winograd asegura que duerme 11 horas por día

—¿De 12 a 6 qué hacés?

—Voy a comer algo, a tomar algo, veo gente. No te voy a contar todo. Paseo. Veo la luna. Las estrellas. Dale.

Zulma, la mujer que plancha su ropa y tiende sus sábanas desde hace más de 15 años lo mira desde la cocina y le responde que sí, que vaya que ella se queda 10 minutos más para despedir al equipo de Infobae.

— ¿Ahora a dónde te vas?

— A Aversa a comer un alfajor de chocolate y a tomar algo. Dale.

Video y fotos: Lihue Althabe

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