"En el currículum directamente no se pone la dirección", confió Silvina, de 26 años, estudiante de Nutrición, sobre apenas un detalle en el que se sospecha una de las muchas trabas que se encuentran a la hora de salir a buscar trabajo si se tiene domicilio en el Barrio 31.
Ella es una de las tres vecinas, junto con Diego, de 20, y con Verónica, de 19, que serán empleados en la que es la primera sede de un banco privado en uno de los barrios más estigmatizados de la Ciudad de Buenos Aires, la ex Villa 31 de Retiro.
El barrio vive el desembarco de cada vez más empresas y con ellas, de oportunidades que antes no existían. El asentamiento, con más de 40 mil habitantes, además de la sede del banco Santander Río que se inauguró este lunes, tendrá un local de comidas rápidas que está en construcción, entre otros emprendimientos hasta no hace mucho impensados.
"Lo primero que hacemos es evaluar si esa comunidad quiere que estemos en el barrio. Por eso hablamos con los líderes sociales y, en la medida en que la respuesta es positiva, nos ponemos a trabajar", le dijo a Infobae el presidente de la entidad, Enrique Cristofani.
En el frente de la sucursal, en la intersección de las calles Carlos Perette y Rodolfo Walsh, el edificio exhibe la réplica de un mural que todavía existe en uno de los pasillos. Se distingue al padre Carlos Mugica, referente eterno de la ex Villa 31, un martillo que habla del trabajo y una frase: "Por tu eterna compañía y lucha por nuestras tierras".
"Siempre existen muchos prejuicios por vivir en el barrio y la palabra principal en todo esto es 'oportunidad', la oportunidad que se nos da con esto", resume Diego, uno de los tres nuevos empleados del banco, estudiante de tercer año de la Licenciatura en Administración, y que hasta hace unas semanas era cajero en un local de comidas rápidas.
"Apenas me dijeron me ganó la emoción, un poco por caer en la realidad de que uno de mis grandes sueños se estaba cumpliendo", describió en cambio Verónica, estudiante de Administración de Empresas y Contador Público en la UADE.
"Tengo ahora el trabajo cerca, la facu cerca, es muchísimo tiempo ganado", se sumó por último Silvina, estudiante de Nutrición en la UBA, que tras ocho años en una empresa, consiguió el que alguna vez creyó un empleo poco probable. En blanco, cerca de su casa y de los suyos.
"Las personas son del barrio porque es fundamental que conozcan la zona y a los vecinos", explicó en esa línea Cristofani, que tras la inauguración, recorrió junto a otros representantes del banco y al secretario de Integración Urbana y Social de la Ciudad de Buenos Aires, Diego Fernández, los nuevos emprendimientos que se edifican en el barrio.
De 2012 a esta parte la empresa inauguró cinco Sucursales de Integración Social. A la del Barrio 31 se suman las de los barrios La Juanita (La Matanza), Castelar Sur (Morón), Santa María (San Miguel) y Don Orione (Almirante Brown), todas ellas ubicadas en la provincia de Buenos Aires.
Además en lo que queda del 2019, adelantaron que planean abrir otras cinco: Villa Carlos Gardel (El Palomar), Villa 20 (Villa Lugano), Villa Itatí (Quilmes), Villa Jardín (Lanús) y Maquinista Savio (Escobar).
"Básicamente vamos a lugares en los que no hay oferta financiera, hacemos una oferta financiera por un lado, pero lo que hemos aprendido en los últimos años es sumarle formación digital y tratar de combinar esa formación con empleo", quiso agregar el empresario.
Hasta esta inauguración, fuentes de la entidad indicaron que ya se acercaron servicios financieros a 240 mil personas en zonas vulnerables mediante las Sucursales de Integración Social. Y se han otorgado créditos a 12 mil clientes de zonas vulnerables por 83 millones de pesos, entregando 14 mil tarjetas de crédito y débito.
Fotos: Adrián Escandar
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