Dice que un libro es como un hijo. Y como es el primero que escribe, explica que es una felicidad "novedosa y muy grande". De hablar pausado, casi quirúrgico, es uno de los presidentes de River Plate más admirado de la historia por la seguidilla de títulos y por el equipo que conformó con el técnico Marcelo Gallardo. Rodolfo D'Onofrio está presentando "Parar la pelota", una suerte de recorrido personal desde su infancia hasta su actual momento como titular del equipo de Nuñez y por ello conversó con Infobae. Aquí, la entrevista completa
— ¿Qué se siente con el hijo nuevo?
— Bueno, es una enorme felicidad. Es una sensación muy particular. Te sensibiliza mucho también, porque bueno, de alguna manera casi uno se está desnudando en público, poniendo en papel lo que son los pensamientos y las ideas de uno. Que a veces no las vertís o están puestas de costado en algún momento. Pero una satisfacción enorme porque es volcar un poco las experiencias. Y bueno, tener este hijo por primera vez, el primer hijo que tengo, y bueno, feliz, muy feliz.
— Me imagino. ¿Enseña el estar en la dirigencia del fútbol a pensar en otra cosa que sea más trasladada a la comunidad y al Estado mismo?
— Sí, te enseña. Pero creo que también tiene que ver con mi vida. Es decir, yo en realidad llego a River pero soy una persona que tiene todas estas características distintas. Me ven por ahí como un gran hincha, fanático, no, soy hincha y lo quiero a mi equipo, pero no fue mi vida llegar a River, mi vida tuvo otras cosas y otros caminos, otro desarrollo donde después llegar River. Tiene que ver con mi infancia, tiene que ver con que yo nací en Ramos Mejía, nací en un lugar donde tenía mis amigos del barrio, fui a una escuela primaria del Estado con un guardapolvo y con maestras que me enseñaban y un día decidí a los 12 años ir al Nacional Buenos Aires, tomaba un tren y un subterráneo en una hora y pico de Ramos Mejía hasta Once, de Once hasta Plaza de Mayo, y después en la Universidad de Buenos Aires. ¿Entonces qué es lo que a mí me hizo y me formó? la educación pública. Y la educación pública en ese momento era igualitaria, yo soy el caso típico de que cuando hay una educación igualitaria podés llegar. Hoy no pasa eso, eso hoy no ocurre.
— Lo contás en el libro, cómo la educación pública te permitió esa movilidad social ascendente, esta cosa de ir creciendo por el esfuerzo.
— Claro, es así. Lo de River sin dudas es una experiencia, y es una experiencia, extraordinaria. ¿Por qué? Porque River es trasversal, a mí me toca estar como presidente de River en la reunión más elegante y más linda y me toca estar en el lugar más vulnerable de la sociedad. Y voy a todos lados, porque es la manera de asimilar y de absorber. Yo siempre digo que cuando tengo una persona inteligente enfrente, y tengo una charla, me enriquezco, me llevo algo. Lo malo es cuando no me pasa eso y yo dejo todo porque me voy vacío y no me llevo nada. A mí River me da mucho todo el tiempo en todos los aspectos. Reconfirmó que las ideas que uno tenía que había que trabajar, que había que tener un proyecto, que hay que tener un equipo, es fundamental, eso es clave. Entonces eso sí se reafirmó. Y después lo que siempre sentí, que es una sensibilidad para no mirar para otro lado la realidad que nos toca vivir. Y River te la hace vivir todo el tiempo.
— Vos sabés que viendo tu libro, y hace unos días lo entrevisté a Mario Ledesma, el hombre de los Pumas, y hay un denominador común que es propósito, equipo, trabajo colectivo, los trabajos individuales pueden ser descollantes pero no mueven, y tenacidad, esta cosa de la persistencia en el objetivo.
— Sin dudas. Las individualidades son importantes en un conjunto, tenés que tener un equipo. Es decir, el equipo y un proyecto y un plan, tenés que tener un plan estratégico. Sin un plan estratégico y sin una idea, después viene el equipo. El equipo es el que realmente hace que todo sea factible y posible, no hay, si estamos esperando un mesiánico, alguien que llegue para, estamos equivocados. Es decir, mi queja a veces que hago de la política es que empezamos al revés, empiezan por el presidente, después nos dicen cuál es el equipo si nos cuentan y después nos dicen cuál es el proyecto. Y yo creo que es exactamente al revés, primero un proyecto, un equipo y por ahí dentro de ese equipo está el presidente, o el jefe de la Ciudad o el gobernador, el que sea. Y después de ahí, de ese equipo, por ahí no está ahí el presidente o quien sea, se lo busca de otro lado. Pero tiene que haber un equipo, si no no se llega a nada.
— En algún momento circuló la posibilidad de que te incorporaras a la política, ¿qué pasó?
— No, yo tengo un compromiso con River durante dos años y medio más. Es probable que después sí haga y me dedique a la política porque me atrae. Pero me atrae porque quiero comprometerme más con la sociedad, estoy comprometido con River que es una manera de estar comprometido con la sociedad, porque hacemos mucho trabajo social. Pero quiero colaborar, quiero ayudar realmente a cambiar la realidad ésta. Y de alguna manera lo hablo, lo hablo con mucha gente, lo converso con mucha gente. Yo tengo que agradecer porque casi todos los movimientos más importantes que hoy hay, los dos o tres que van a disputar, me han invitado a participar y yo agradezco infinitamente que me hayan invitado, pero creo que no es el momento en el cual yo tengo que participar. Sí voy a ayudar desde el lado que sea, porque si hay algo que me va a caracterizar siempre en la vida es tratar de colaborar y en lo que podamos de alguna manera quienes estamos en la vida de civil, social, sin estar en un ámbito político, podemos colaborar también.
— Hoy parece que la disputa es otra vez macrismo-kirchnerismo. ¿Cómo ves eso?
— Mirá, yo aquí voy a decirte lo que yo pienso bajo el punto de vista de política nacional y no partidaria, y te cuento por qué. Yo como presidente de River fui elegido por gente que va a votar o votó al macrismo, al socialismo, al cristinismo, y cuando yo me pongo en la posición de dar una opinión muy favorable respecto de uno me dicen "pará, pará, yo te voté para presidente de River", así que en esto tengo que tener mucho cuidado. Por eso el límite de lo que te voy a dar como respuesta.
A mí lo que no me gusta nada, nada, nada, porque lo digo en el libro y lo digo en la vida diaria, es la grieta, eso me parece que la grieta nos termina llevando a todos a un pozo. Eso se va a abrir y vamos a terminar todos hundidos. No hay posibilidad de que tengamos un futuro de país si no llegamos a un acuerdo, si no llegamos a entendimientos. Y si cada vez lo que vamos a hacer es una grieta más grande y cada vez nos vamos a separar más y cada vez nos vamos a pelear más yo me pregunto en un país democrático donde hay que ir a un Congreso, donde hay que ir a una Cámara de Diputados, hay que ir a una Cámara de Senadores, donde haya acuerdos para políticas de Estado, si estamos enfrentados como estamos enfrentados, yo me pregunto cómo va a hacer a partir de diciembre quien gane para solucionar los infinitos problemas que hay.
— Pensando en este contexto, vos hacés muchísimo hincapié en el tema de la educación, que muchas veces se cree desvinculada del ámbito deportivo. ¿Por qué esto?
— Yo soy un producto de eso, te lo decía. A mí me formó el Estado y logró que yo pudiera hoy estar desempeñándome en distintos ámbitos de la vida con la capacidad que me fueron dando todos los que de alguna manera aportaron, como mi padre y los contribuyentes y demás para que yo pudiera educarme. Entonces creo que eso tenemos que darle a todos. Creo que la manera de poder cambiar a la Argentina es realmente si algunos de los déficits grandes que tenemos, de salud y educación, le buscamos una solución. No podemos vivir en un país donde sabemos que de cada diez chicos cinco viven en ambientes de pobreza como es lo que establece la Universidad Católica Argentina.
Eso nos tiene que doler, tenemos que decir "esta es una realidad que tenemos que cambiar". ¿Y cómo se cambia? Y se cambia desde este lado, desde el lado realmente de la educación, de tener planes concretos, a largo plazo. Fijate que la 1.420, fijate las leyes en la Argentina, 1.420, esa ley estamos hablando de 1880, ahí se estipuló que había que tener por lo menos la educación primaria y que era obligatoria. Después a partir de ahí llegamos hasta el desarrollo secundario, universitario, todo, ahí se formó la Argentina. En la época mía gracias a esto, y en los años anteriores, lo que había en la Argentina y nos envidiaba toda Sudamérica era que vos tenías la posibilidad de ascender, de crecer, de pasar de un estado a otro mejor dentro de la sociedad y de tu situación económica, sociocultural. Hoy es al revés, hoy te pasa que van para abajo, no van para arriba. ¿Qué nos pasa? No te voy a llevar a Finlandia que es un caso extraordinario, pero vamos acá a Sudamérica, vamos a Chile, vamos a lugares más cercanos. ¿Por qué ellos pudieron? ¿Cuál es la diferencia? ¿Qué es lo que nos pasa? ¿Por qué discutimos lo que no tenemos que discutir? ¿Por qué estamos buscando todo el tiempo qué es lo que nos separa?
— Vos hablás mucho del tema del liderazgo y en el caso de River, de este River tuyo, de este momento, aparecen dos grandes liderazgos: el tuyo propiamente como dirigiendo el club y el de Gallardo que genera como una empatía. Definime a Gallardo.
— Es un líder. Los líderes no se fabrican, los líderes son líderes porque llegan a esa situación producto de que quienes los rodean entienden que es la persona a la cual lo que les está vertiendo, lo que les está diciendo, el proyecto que les está contando, la idea que tienen que desarrollar los convence. Que es una persona que tiene valores. Tiene valores y tenemos valores muy parecidos, valores que tienen que ver con honestidad, con humildad, con ver al otro cuando tiene un problema acercarse, pero no tenés por qué dentro de ese equipo tenés que hacerte el amigote ni tenés que ser el duro, tenés que saber cuál es el momento para estar cerca del que tiene un problema. Y tratar de que funcione como equipo.
Nosotros trajimos hace un año y medio a James Kerr, que escribió el libro respecto al tema justamente de los All Blacks, ya que me lo nombraste a Ledesma. Y Kerr es uno de los que armó y estructuró lo que fueron los All Blacks, es el equipo más exitoso que hay en el mundo de cualquier deporte, es el que más ganó todo. Y vino a dar una charla nada más que para Enzo, para Gallardo, para mí, y nos enriqueció mucho porque hablaba de eso, del equipo, de la idea, de la simpleza que ahora yo veía en un Mundial de fútbol donde la gente estaba asombrada porque los japoneses en su vestuario cuando se iban lo limpiaban. Eso lo hacen los All Blacks, los mejores jugadores de rugby del mundo. ¿Qué hacen en su vestuario? Terminan y no les dejan las cosas para los asistentes que levanten la ropa tirada, no, ellos mismos lo hacen. Y vos dirás, ¿y eso tiene importancia? Sí, esos son valores. Eso es darse cuenta que los que los están rodeando son iguales, son pares. Que a mí me toca jugar pero a él le toca hacer otra función y esto es un equipo. Y para mí eso es fundamental. Y en la vida política, en la vida empresarial, en la vida que vos quieras, yo creo que eso es fundamental.
— Como presidente de River te pregunto respecto de la AFA. ¿Cambió algo desde el 38-38?
— No. Lamentablemente River no está en el Comité Ejecutivo de la AFA, nosotros en ese momento votamos en blanco y no participamos, no estamos en la Dirección de la Asociación del Fútbol Argentino. Yo creo que lamentablemente no ha cambiado. Algunas cosas se han modificado pero como criterio general me parece que necesita todavía un cambio profundo que no se ha hecho.
— ¿Lo que pasa con la Selección es la expresión de esta falta de cambio o es nada más que mala técnica, mala táctica, mala suerte?
— Yo creo que las cosas no ocurren por casualidad, tienen causalidad. Puede ocurrir que el seleccionado argentino, y tengo mucha confianza y fe porque son grandes jugadores, y pueden llegar a la final, lo pueden hacer. Ahora, me parece que los jugadores están padeciendo esta Argentina desorganizada, donde también es la Asociación del Fútbol Argentino. Si vos tenés una estructura organizada las cosas funcionan distintas. En River, por ejemplo, yo creo que no es, hay que tener suerte un poco en la vida también eh, pero las cosas no tuvieron casualidad, tienen causalidad. Es decir, Gallardo es un hombre que maneja el equipo y tiene la responsabilidad pero también tiene de parte nuestra toda una estructura que lo está apoyando, tiene a alguien que le está diciendo de qué manera poder trabajar o darle todos los elementos para que él pueda llegar a los objetivos. Y yo lo que creo es que el seleccionado argentino un poco, digamos, está como necesitando eso ¿no? Una estructura más sólida de parte de todos los dirigentes del fútbol argentino que realmente esté corporizado como que es algo que importa y mucho. Porque yo escucho que importa, pero me da la sensación que no importa tanto porque seguimos manteniendo algunas cosas que deberían tener ya un cambio.
— ¿Tu próxima meta en lo personal?
— En lo personal seguir trabajando en lo que estoy haciendo y sobre todo comprometido con la sociedad en lo que hace a la parte social. Mi obligación como presidente es seguir que el club ande bien económicamente y ganar campeonatos, porque si no la gente se pone mal. Pero seguir en el proyecto que estamos porque nosotros tenemos más de cincuenta lugares en el país donde por River pasa, nosotros en cada lugar, hay mucha gente que la gente no conoce que son héroes anónimos que están en un lugar muy vulnerable, y viven en ese lugar vulnerable, y donde hay una canchita de fútbol o algo que hace que la utilicen para sacar a los chicos y tengan recreación y tengan en el ocio algo que sea más interesante que la droga o que cualquier otra cosa que les pueda pasar. River tiene cincuenta lugares. Cincuenta lugares que los vamos haciendo a través del recorrido que hacemos. River va a jugar a una provincia, en esa provincia que vamos, en esa ciudad, buscamos, ya llegamos a un acuerdo, vamos a ese lugar vulnerable, llevamos a los jugadores, uno o dos jugadores, voy yo también. Les llevamos elementos para jugar y todo. Tenemos una charla, les hablamos de valores. Pero no termina ahí, porque si no es un día de alegría. Después lo que hacemos una o dos veces al año vienen a Buenos Aires esos tres héroes anónimos de cada uno de estos cincuenta lugares, y van a ser cincuenta y uno y serán cincuenta y dos, y tienen durante tres o cuatro días donde viven, comen, hacen todo dentro de una organización que tenemos, pero tienen psicólogos, profesores, tienen jugadores que les hablan sobre los valores. Es decir, se llevan una mochila de elementos como para poder seguir trabajando. Creo que el deporte es muy importante porque te permite que el chico se acerque y a partir de ahí vos puedas, si el Estado funciona, darle educación, darle un montón de cosas que hoy no están teniendo.
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