Cinco años después de conocer la sentencia contra su padrastro y abuelastro, castigados a ocho años de cárcel en un juicio abreviado por abusar de ella y de sus dos hermanas, Mariana Gómez escuchó este viernes de boca de la jueza Marta Yungano, titular del Tribunal Oral Criminal N°26, su propia condena: un año de prisión en suspenso por resistencia a la autoridad.
Después de 20 meses de "investigación", el caso llegó a su fin justo el mismo día en que se celebra el Día Internacional del Orgullo LGBTI+. El 2 de octubre de 2017 Mariana Gómez se despedía de su esposa, Rocío Girat, mientras fumaban en la estación Constitución cuando fue arrestada por dos agentes de la Policía de la Ciudad.
Esa situación derivó en una acusación contra la joven de 26 años por resistencia a la autoridad y lesiones leves, por tirarle del pelo y arrancarle un mechón a la policía Karen Villarreal.
Este viernes, la jueza Yungaro la condenó por el primer delito. Los argumentos de su decisión se conocerán el 5 de julio. Ese día, el abogado de la mujer, Lisandro Teszkiewicz, apelará la medida ante la Cámara. "Si es necesario iremos hasta la Corte Suprema", advirtió el defensor a Infobae.
"Los pedófilos tienen que estar en cana, no nosotras", gritó Mariana Gómez apenas escuchó la condena, un instante antes de caer presa del llanto. Fue en la sala de audiencias de los tribunales porteños de la calle Paraguay. Detrás suyo estaba su madre, Celeste, y a su lado su esposa, Rocío.
Minutos después, Gómez se descompensó y se desmayó tras sufrir un ataque de nervios cuando salía de la sala de juicio. Fue asistida por su gente. La ambulancia del SAME tardó media hora en llegar. Cuando apareció, Mariana se había ido a tomar un café con su familia y amigos, ya recuperada.
"Esta es una condena adoctrinante para el colectivo. Vamos a dar pelea y hacer visible que la jueza Yungano es discriminadora y lesboodiante. No esperábamos este fallo. Ahora vamos a tener que andar con cuidado un año porque Mariana podría ir a la cárcel", dijo Girat, luego de que Gómez se recuperara.
Mariana no irá a prisión. Las condenas menores a tres años suelen quedar en suspenso; es decir, el condenado mantiene una vida normal y en libertad. Aunque la fiscal del juicio, Diana Goral, no había especificado que fuera en suspenso cuando pidió dos años de prisión.
El veredicto se conoció este viernes, pero estaba previsto que fuera el martes pasado. La jueza Yungano lo había suspendido por los "ruidos" de la militancia LGBTI+ que había ido a acompañar a la acusada. Los mismos "ruidos" que se escucharon este viernes no impidieron la lectura de la condena.
En una actitud por lo menos polémica, Yungano se burló de la activista Lía Ghara que, al salir de la sala, le dijo de manera educada a la magistrada que era homofóbica. Infobae fue testigo de cómo la jueza le sonrió con sorna y la saludó con la mano de manera irónica.
La jueza Marta Yungano había anunciado la audiencia de este viernes para las 10. Llegó media hora más tarde y le dio lugar a Mariana Gómez para que dijera sus palabras antes de la sentencia.
Visiblemente tensa, Gómez le habló directamente a la jueza: "Agradecerle y decirle que yo ese día me defendí de un acto discriminatorio y violento de la Policía de la Ciudad. Estoy muy nerviosa, eso. Gracias".
Mariana miró como pidiendo disculpas a Teszkiewicz, quien pareció contenerla con una sonrisa. Pero su rostro volvió a modificarse, esta vez con un gesto de estupor, cuando escuchó a Yungano avisar que estiraba la resolución hasta las 11.30. Incluso se le escapó un "uh".
De fondo se escuchaban los gritos de las mujeres que llegaron hasta los tribunales para apoyar a Gómez: "Para Mariana absolución", cantaban.
La fiscal Diana Goral miró en silencio la secuencia y salió detrás de la jueza, que al pasar la saludó con una sonrisa y apoyó su mano en uno de sus hombros.
En la audiencia del martes, Goral había pedido una pena de dos años de prisión para Gómez por los delitos de resistencia a la autoridad y lesiones leves. Concretamente, la representante del Ministerio Público acusó a la mujer de 26 años de no haber hecho caso a los policías cuando le pidieron que apagara un cigarrillo y de haber tirado de los pelos a Villarreal, a quien le arrancó un mechón.
Esa agresión, que para la ART de la Policía de la Ciudad le valió seis días de licencia a la agente, justificó el pedido de Goral. "Todas sabemos lo que cuesta que nuestro cabello crezca", dijo la fiscal, en un argumento digno de una comedia. Este viernes llegó a la audiencia vestida con un tapado negro, que hacía juego con la vincha negra que sostenía su rubio platinado y planchado.
Gómez, no obstante, nunca negó el agarrón del pelo de la policía, pero aseguró que no fue un ataque intencional, sino que para evitar caerse, extendió su mano y se agarró de donde pudo.
En su declaración ante la jueza, Mariana aseguró que ella intentó irse del lugar cuando los policías le pidieron que no fumara. Pero aseguró que Rojo le puso una mano en el pecho, la trató de "pibe" y le dijo que iba a ser "detenido", lo que desató el forcejeo entre ambos. Además, les pidieron la libreta de casamiento, lo que la pareja Gómez-Girat consideró un acto discriminatorio.
De acuerdo con lo que relató Gómez, Rojo avisó vía handy a Villarreal del episodio. Cuando la agente llegó, el policía varón le torció el brazo a la chica y la tiró para atrás, por lo que Gómez agarró del pelo a Villarreal "para no caer".
Los dos agentes finalmente la detuvieron y la trasladaron a la estación policial de la estación Boedo de la Línea E, donde estuvo seis horas detenida. Allí, denunció Gómez, fue obligada a desnudarse y abrir las piernas, algo que no está permitido hacer en las comisarías con los detenidos.
Teszkiewicz había asegurado en los alegatos de defensa que "no están dadas las pruebas ni los criterios necesarios para acusar a Mariana ni de resistencia a la autoridad".
Para él, Rojo no podía detener a Mariana porque la fuerza pública puede intervenir solo para requerirle al fumador que apague el cigarrillo o que se retire del lugar. Aquel día de octubre de hace dos años, Gómez sostiene que incluso le indicó al policía Rojo que fumaba porque no había visto cartel que lo prohibiera.
En el entorno de Mariana creyeron que la suspensión de la audiencia del martes era un "gesto" de la jueza Yungano para darle relevancia a un fallo donde, suponían, protegería a la acusada. "Sin embargo, fue todo lo contrario, es una mujer con muchos ovarios", ironizó un allegado a Gómez.
"Este es un reflejo de la justicia patriarcal. Yungano es una jueza que es mujer y no nos representa. A Marian le han dicho Mariano. Este veredicto muestra que es urgente la ley Micaela en el Poder Judicial. No hay perspectiva de género. Los 20 meses de Mariana sometida a proceso son una muestra del machismo de las instituciones en Argentina", dijo la esposa de la condenada, Rocío Girat, cuya historia también es dramática: su padre Marcelo, suboficial de la Armada, está preso por haberla violado sistemáticamente durante cuatro años de su infancia y adolescencia.