Andrea Vázquez denunció abusos y violencia. Señaló que sus tres hijos también fueron víctima de abuso por parte de su padre. Afirmó que el drama y el horror vividos se transformaron en el motor de su lucha. Desde hace años pelea para que se haga justicia y por recuperar a su hijo mayor, que aún vive con su ex marido.
Andrea, que es médica cirujana, relató en diálogo con Infobae los años de sufrimiento y de lucha que lleva adelante para que la justicia "patriarcal" -como ella la define, porque es víctima directa de ese sistema- la escuche y no la ubique en el lugar de victimaria ni a ella ni a sus hijos.
En el 2009 se separó de su marido y padre de sus tres hijos, y lo denunció por violencia doméstica. En total realizó 40 denuncias contra su ex pareja. En 2012, los jueces de familia que integraban el ex Tribunal de Familia 3 de Lomas de Zamora, María Silvia Villaverde, Enrique Quiroga y Roxana de Río ordenaron un operativo en el que policía armada irrumpió en su hogar y se llevó a sus tres hijos. "Secuestraron a mi hijos en el 2012", recordó Andrea.
Su ex marido la acusó de "impedimento de contacto". Es decir, de infringir la ley 24270. Y los jueces dictaron la medida bajo el fundamento del Síndrome de Alienación Parental (SAP), algo que fue rechazado tanto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como por la Asociación Americana y los colegios de Psicología en Argentina, entre otras entidades. Según ella misma remarca, el SAP fue inventado por un pedófilo confeso, Richard Gardner, creador de una página web que defendía la pedofilia.
Andrea fue absuelta de todas estas acusaciones en 2013. Pero un año antes ya había fundado Sumate Basta de Abusos, una organización no gubernamental que agrupa madres víctimas de violencias de género y cuyos hijos también son abusados y violados. Su caso llegó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El martes pasado, por orden de la titular del Juzgado de Garantías N° 6 de Lomas de Zamora, Pablo Ghisoni, el padre de sus hijos, procesado por abuso sexual gravemente ultrajante de sus tres hijos, fue detenido. Sin embargo, la Cámara de Apelaciones le concedió un hábeas corpus y lo liberó 48 horas mas tarde.
Hoy Andrea teme por ella y sobre todo por su hijo mayor, que vive aún con su padre. Mientras tanto, sigue reclamando que se modifique la Justicia y que haya capacitación y "formación de la Justicia en perspectiva de género".
-¿Cuáles son las novedades judiciales del caso?
-Hoy no tengo una buena noticia. La Cámara de Apelaciones le concedió un hábeas corpus y le dio la libertad, a pesar de que estaba detenido y procesado por abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo en concurso real prolongado en el tiempo, con un montón de agravantes. A pesar de eso, y que en la orden de detención la jueza de garantías (Laura Ninni) y la fiscal (Mabel Lois), que actuaron muy bien y con perspectiva de género, consideraron que había peligro de fuga.
-¿Por qué?
-Porque es una persona con un nivel económico holgado que tiene, por ejemplo, un piso en Punta del Este, una lancha, 14 propiedades en la provincia de Buenos Aires y además había violado la restricción perimetral. Él tenía impedido comunicarse incluso por cualquier medio con nosotros y lo hizo con mi hijo más chiquito que es víctima.
-Estamos hablando de tu ex marido y el padre de tus hijos, Pablo Ghisoni.
-Así es.
-¿Y ahora él estuvo detenido 48 horas?
-Lo que nosotros entendimos del proceso y de lo que estamos informados es que lo llamaban a declaración indagatoria. Es un artículo del Código que es el 308, un imputado pasa a ser procesado. Cuando lo llaman a indagatoria nos presentamos, mi abogada se presenta para ver si iba a presentarse a declarar o no que es un derecho de defensa del imputado, nos enteramos que lo habían detenido. No sabíamos de qué forma, solo que desde la noche anterior había estado detenido y se negó a declarar.
-Vos destacabas la acción de la jueza en este caso, que es la que ordena su detención.
-Sí, llamativamente, porque a lo que la justicia nos tiene acostumbrados, no solo de Lomas de Zamora sino en general, es a ser misógina, patriarcal y no tener en cuenta las características de las víctimas, a no creernos. Es un derrotero que venimos transitando desde el 2009. Mis nenes fueron secuestrados en 2012 mediante un operativo violento contrario al estado de derecho, por una orden de tres jueces que integran un ex tribunal de familia de Lomas que son Villaverde, Quiroga y del Río.
-¿Vos estabas en ese momento?
-Yo estaba trabajando en mi consultorio cuando ingresaron e irrumpieron en mi hogar y se llevaron a mi hijito de tres años y al mayor de 11 que todavía no lo recuperé. A mi hijo de 10 años lo secuestraron del colegio. Todo eso lo hicieron acusándome a mí de alienarlos bajo el Síndrome de Alienación Parental (SAP), que ha sido declarado inadmisible por la Organización Mundial de la Salud. Es inexistente. Las dos Cámaras de legisladores expresaron que es inadmisible en sentencias judiciales y de familia. Sin embargo lo utilizaron y me acusaron de impedir el contacto.
-¿Cómo fue tu situación judicial?
-Fui absuelta y elevada a juicio en una causa penal, o sea que no impedí el contacto. Sin embargo, mis tres chicos convivieron con el perpetrador durante cuatro años prácticamente sin que pudiera verlos. Yo tenía un perímetro de prohibición a 500 metros que me afectaba a mí, a familiares, amigos y allegados. Aprovechó esa situación de convivencia exclusiva y abusó de los tres chicos.
-Mientras tanto, la Justicia culpándote a vos y sometiéndolos a ellos a la situación de violencia extrema.
-Mis hijos están absolutamente indefensos. Previo a que los secuestraran habían explicado por qué no querían visitar, y mucho menos ir a vivir con él (su padre). Habían sido entrevistados por los jueces y explicado que el progenitor era violento, que les pegaba, que los duchaba con agua fría y con la luz apagada. Había más de 40 denuncias de violencia previa que, por supuesto, no tuvieron en cuenta y que me sentaron a mí en el banquillo del acusado.
-¿Sentís que por ser mujer tu testimonio vale menos que lo que el varón pueda decir?
-Sin ninguna duda. El testimonio es de una mujer madre y una mala víctima. Hasta han llegado a criticarme porque usaba tacos demasiado altos como para poder ejercer mi rol maternal, o por mi forma de vestir, o porque no lloraba. En lugar de poner los ojos en los acusados, los ponen en las víctimas, y a mis hijos, a los que son víctimas de estos delitos atroces no se les cree. Este Síndrome de Alienación Parental fue creado por un pedófilo confeso que fue Richard Gardner que decía que las madres les llenamos las cabezas a los niños de tal forma que se lo creen y mienten en las pericias, en los dibujos. Mi hijo tiene lesiones, en la causa penal hay pruebas que son irrefutables respecto a lo que le sucedió a mis hijos.
-¿Dónde sentiste que encontrabas la contención necesaria para sobrellevar y para seguir adelante con todo esto?
-Al principio estaba muy sola pero es maravilloso encontrarse con otras mujeres valientes y poderosas. Liliana Hendel, periodista y ahora amiga, hace mucho tiempo me creyó, me acompañó y se bancó montones de cosas, hasta sanciones por hablar de mi caso. A Mariana Vargas, abogada, Nora Schulman del Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención (Internacional sobre los Derechos del Niño) que fue quien denunció porque mi hijo lo contó haciendo terapia allí. A la licenciada Granica que en ese momento lo atendía. A Luciana Peker que escribió cantidad de notas y fue amenazada por este poderoso sujeto y por quienes lo acompañan.
-¿Cuál es el entorno de tu ex pareja?
-La familia judicial es poderosa y este señor es médico, hablando de medicos pedófilos como lo que pasó en el Garrahan. Es médico especialista en fertilidad, atiende en el Sanatorio Juncal y tiene un Instituto de Fertilidad que lleva su apellido. Ha tenido de pacientes a numerosas fiscales, secretarias, juezas. Entonces, el tráfico de influencias permitió que desde el año 2016 hasta ahora esa causa haya tenido muy poco avance. Recién ahora puedo decir que tengo una fiscal con perspectiva de género.
-¿Tus hijos cómo están?
-Dos de mis hijos están recuperándose, por supuesto que conmovidos por esta noticia. Voy a usar una frase de mi hijito de 10 años que me parece sumamente sabia: "¿Cómo puedo disfrutar, si sé que mi hermano mayor está padeciendo y sufriendo en este momento?" Este señor que ha cometido este delito atroz que tiene que ser de cumplimiento efectivo en cárcel, con penas que son arriba de 10, 12 años. Y mi hijo mayor esté corriendo un riesgo.
-¿Y por qué está ahí con el padre?
-Es muy difícil y tiene que ver con cuestiones en las que se encuentra una víctima. Él fue el que tuvo que tomar un rol de defensa frente a sus hermanos. En la causa hay razones por las que mi hijo vio cómo fue sometido, qué es lo que le hizo y de qué manera él entiende que nos está protegiendo.
–Sería algo así como él se banca estar mal para defender a sus hermanos.
-Sí, hay muchos casos similares en los que incluso les hacen creer a las víctimas que son victimarios y que se identifiquen con ellos. Este señor ha llegado a tuitear que yo acusé a mi hijo mayor de haber abusado de su hermanito. Eso es una barbaridad. Mi hijo es una víctima más.
-¿Vos no podés hablar con él?
-No, este señor controla absolutamente todo. Las comunicaciones son escasas. A los chicos se lo llevaron en 2012, a mí me pusieron una perimetral, he pedido visitas de miles de formas, sin embargo no tenía contacto con mis hijos. Si yo hubiese estado presa por haber matado…
-Te hubieran podido ir a visitar más seguido.
-Que si estuviese internada en un neuropsiquiátrico que tendría una asistente social. Yo no los vi durante cuatro años y medio, y mis hijos no tenían a quién recurrir, y veían el despliegue de poderío de este sujeto.
-¿Qué pasa con el resto de la familia de tu ex marido y el padre de tus hijos?
-No lo llamaría padre porque padre es quien protege, es quien cuida y ama. Esto es un genitor. Sí, existe una familia, una familia que es cómplice.
-Que están al tanto y saben.
-Sin ninguna duda, Pío Ghisoni sigue hostigándome por Twitter, sigue defendiendo a este sujeto. También poseen un gran tráfico de influencia.
-O sea, está blindado familiar y judicialmente ¿Sentís ahora que se abre una puertita en la justicia?
-Creo que sí porque al menos fue detenido, duró poco, pero si uno lee lo que la jueza escribió, ella le creyó a mis hijos y me creyó a mí, y entiende que el delito se cometió, que hay indicios vehementes, por eso lo procesa y ordena la detención.
-¿Tenés un poco de miedo ahora a partir de que está libre de nuevo?
-Tengo miedo porque tiene a mi hijo mayor al que ha utilizado como elemento de daño. ¿Qué daño peor se le puede hacer a una madre, que se digne de su condición de tal, que hacerle saber que sus hijos son torturados, abusados, violados, maltratados? Él lo hizo durante mucho tiempo y me torturó de esa manera. Tiene a mi hijo y de eso no hay forma de mitigar el dolor y el terror que tengo. Una persona que fue capaz de hacer lo que hizo es capaz de cualquier cosa.
-¿Te arrepentís de haber salido a reclamar justicia por lo que implica la exposición, sobre todo en una sociedad que tiende a desconfiar de la mujer?
-No me arrepiento de ninguna manera. Sí padecí y padezco el señalamiento, la desconfianza, el descrédito en todo sentido, hasta de otras víctimas. No me arrepiento porque no podría mirar a los ojos a mis hijos si no hubiese hecho todo lo que está a mi alcance. Y a cualquier mamá que está en esta situación le aconsejo que haga lo mismo porque me parece que es digno sin importar por lo que tengamos que pasar. Hay mucha gente que gracias a mí sigue luchando. Yo les digo que no abandonen nunca y que vayan siempre acompañadas. No hay que denunciar nunca solas, siempre en Red. Juntas somos visibles.
-¿Sentís que hoy se habla más de estos temas?
-Ahora este tema está mucho más en agenda que en el año 2012 cuando a mí me pasó que era la loca del megáfono, porque me encadené e hice manifestaciones en Tribunales. Hice todo lo que estaba a mi alcance, siempre pacíficamente, como lo estamos haciendo las mujeres que somos un ejemplo y una revolución pacífica.
-¿Qué sentís que hace falta o se necesita en la justicia para estos temas?
-Sin ninguna dudas formación en perspectiva de género, porque este sufrimiento y dolor se podrían haber evitado. Creo que su detención fue una excepción de la jueza y la fiscal que tuvieron perspectiva de género. Yo formé una organización no gubernamental que se llama Sumate Basta de Abusos, que nuclea a madres víctimas del patriarcado y a cuyos hijos también son abusados, violados y son sentadas en el banquillo de los acusados.
-¿Los casos que llegan a tu ONG están atravesados por una justicia sin perspectiva de género?
-Esto es una constante, cientos de miles de casos de violencia silenciosa que se permite por complicidad judicial y del estado. El año pasado la Secretaría de Niñez consideró que había riesgos de peligro inminente como para tomar una medida de abrigo. Mi hijo tenía menos de 18 en ese momento y deberían haber actuado. Sin embargo, cuando fueron a buscarlo no podía abrir la puerta. Un chico de 17 años encerrado, que no pueda abrir la puerta, que tenga que llamar y consultar con el perpetrador, y recién ahí hacer pasar al equipo que lo entrevista con el tipo merodeando. Eso es no saber nada acerca de lo que es una víctima de violencia.
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