Todo comienza con un venezolano caminando solo por las calles de Buenos Aires. Es el año 2017 y ese venezolano se llama Omar Zambrano. Llegó al país apenas un año antes, en el 2016, después de dejar su país por la crisis. Intentó adaptarse, dejar atrás la nostalgia, pero no alcanzaba con aislar los pensamientos: a cada paso que daba se encontraba con otro venezolano en la misma situación.
Un día vio a un compatriota tocando música en una estación del subte D. Como él, aquel otro también era músico. Y como ellos, decenas alrededor de Buenos Aires. ¿Habían perdido el derecho a dedicarse a lo que más sabían? ¿Tenía que ser la música tan solo un oficio ambulante para ellos? Zambrano pensó que no, pensó que un músico de carrera debe ser un músico de carrera. Y entonces empezó a organizarlos.
El primer paso fue rastrearlos, ponerse en contacto. No fue difícil: según los últimos reportes en nuestro país viven más de 150 mil venezolanos. Así que ese mismo año nació la Latin Vox Machine, orquesta que al día de hoy tiene más de 120 músicos latinoamericanos, mayormente de Venezuela pero también de Paraguay, Chile, Colombia, Argentina, Ecuador, Bolivia, Uruguay, El Salvador y Perú. Además, hay también un músico de Siria.
"Aquí el fin es que podamos hacer comunidad, y que podamos hacer familia", dijo Zambrano en un documental y agregó: "Somos inmigrantes y somos exiliados, eso no se puede negar, pero nadie nos va a robar nuestra identidad". El repertorio varía concierto a concierto, pero la identidad, esa de la que habla su creador, es clara para cualquiera que los vea. El nombre por otro lado es intencionalmente moderno. Según Zambrano, la única manera de que la gente consuma la música de orquestas es hablando con las palabras esa gente.
Con el tiempo, se fueron haciendo conocidos. No solo por la originalidad de su propuesta y la calidad de sus músicos, sino porque de las historias de cada uno de sus ellos brotaba otro sentido. Juntos, habían recuperado un poco su país, su sentido de pertenencia. Y algo más, invaluable para todo artista: un público.
Durante 2017 y 2018 tocaron en el Centro Cultural Kirchner, en el Teatro Colón, en el Teatro Coliseo; tuvieron directores de lujo invitados, recorrieron nuevamente los subtes de Buenos Aires haciendo notas y fueron además acompañados en todo el camino por la Agencia de Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR). En abril de este año la orquesta fue nombrada como Embajadora de Paz por la organización internacional Mil Milenios de Paz.
"Ciertamente hay realidades más crueles de lo que uno cree, y más cerca de lo que uno cree, pero el arte es un vehículo poderosísimo, uno se integra en cualquier lugar en que uno esté", dice José Antonio Viedma, violoncellista de la Latin Vox, mientras invita a la gente a asistir al concierto de Día del Refugiado.
En la misma línea, María Andreyna, violinista venezolana también perteneciente a la orquesta, dice: "El concierto servirá para concientizar sobre la realidad que se vive en el mundo y ayudará a que el arte y la música sigan siendo apoyos cada vez más grandes para este fin".
El concierto de hoy comenzará a las 20 horas en la Sala Sinfónica del Centro Cultural Kirchner (Sarmiento 151, CABA) y tendrá dos directores: Enmanuel González y Oneyde Puentes. Tendrá lugar, además, la presentación oficial del proyecto coral Latin Vox Choir, un ensamble vocal propio de la orquesta. Será, de algún modo, un homenaje a todos los refugiados del mundo el mismo día en que la ACNUR difunda el último estudio sobre las personas desplazadas forzosamente a lo largo del 2018.
Hace menos de un mes, cuando la Latin Vox Machine se presentó en el anfiteatro del Parque Centenario, sobre el final del concierto bajó un mapa de Venezuela. Hubo un error técnico y el mapa bajó torcido. Pasó menos de un minuto cuando los técnicos lograron corregir el error, mientras los músicos seguían tocando.
Después del final, Zambrano apareció en el escenario y dijo las palabras finales: "Venezuela también está torcida, pero nosotros la enderezaremos". Todos se pusieron de pie y aplaudieron. Y la orquesta, ya lo saben todos, la orquesta siguió tocando.
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