Más hacia los años 50, cuando el peronismo empezaba a hacer agua y se sumaban opositores, en un discurso sobre ese tema (existe un video que no deja dudas), Juan Domingo Perón dijo: "Agradezco a las madres que les enseñan a sus hijos a decir 'Perón' antes que 'Papá'. Es un poco exagerado, pero…".
En realidad, nada exagerado. Ya eran obligatorios los libros escolares del ciclo primario que, con las consabidas ilustraciones, decían, por ejemplo: "Perón ama a los niños", "Perón te ama", "Perón y Evita te aman", etcétera…, ¡en los ejercicios de aprendizaje de lectura!
Más tarde, y como reacción al estallido de un explosivo en una boca de subte de la Plaza de Mayo, Perón les declaró la guerra "a los contreras" (nombre genérico dado a los opositores políticos y no políticos).
El enfrentamiento del peronismo con la Iglesia –de la que al principio fue aliado e impuso la enseñanza religiosa en los colegios primarios y secundarios–, coincidió con una gran huelga universitaria, desatada el cinco de octubre de 1954 cuando la policía entró a machetazo limpio en el patio de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales –Perú 222–, con la excusa de que el lugar era "una cueva de comunistas".
Algo que Mariano Grondona, del Centro de Estudiantes de Derecho, desmintió de plano: "De la huelga participó todo el espectro. Yo militaba en la Corriente Independiente (conservadora), pero estaban también los Humanistas Católicos, los Reformistas –defensores del movimiento de 1918–, y también radicales, socialistas, comunistas, anarquistas".
Además de los agentes de policía, irrumpieron, según todos los testigos, "cien matones armados con pistolas y cachiporras, que golpearon brutalmente a los estudiantes".
Pero nadie, en ese contexto explosivo, se atrevió a tanto como Raúl Mendé, ministro de Asuntos Técnicos, que dijo en la Escuela Superior Peronista, de la que era jefe: "Cristo también tuvo el defecto de su gran corazón. En esto corren parejos Perón y Cristo, aunque Cristo se conformó con proponer al mundo el cristianismo. Perón le sacó ventaja. Realizó el cristianismo. ¡Nada de contentarse con sermoncitos! Cristo, palabras. Perón, hechos. Por eso Perón es el rostro de Dios rutilando en la oscuridad de las tinieblas de esta hora. ¿Qué somos nosotros al lado de Perón? Menos que nada. Sólo Perón tiene luz propia. Todos los demás nos alimentamos de su luz. El peronista debe atribuirse a sí mismo todos los fracasos y los errores. Pero los triunfos, los merecimientos, ¡ah!, esos son siempre de Perón. Fundé esta escuela, antes que nada, para enseñar a amar a Perón. Porque seremos mejores cada día si tenemos el pensamiento puesto en Perón. Cada noche, al acostarnos, debiéramos examinarnos: ¿He imitado yo en este día a Perón? Porque Perón no se equivoca ni puede equivocarse jamás. Porque los genios y los grandes hombres, todos han padecido errores y defectos. Todos, menos Perón".
¿Quién era Raúl Antonio Mendé? Antes del 8 de noviembre de 1949, día en que Perón lo nombra ministro de Asuntos Técnicos…, casi un desconocido. Nació como Mende (el acento "é" fue idea de Eva Perón) en Egusquiza, departamento de Castellanos, Santa Fe, el 11 de marzo de 1918. Bachiller en 1935, se recibió de médico en la Universidad Nacional de Córdoba y fue presidente del Centro Universitario: tal vez una pequeña incursión en la política.
Se especializó en Cardiología en 1942, y estaba en la santafesina Colonia Esperanza el 4 de junio de 1943: la revolución que llevaría a Perón, tras varios pasos y peripecias, a la presidencia de la República…
Se plegó ideológicamente a él, y por amistades en personajes de su gobierno se mudó a la Capital y –escritor y poeta al fin, bajo el seudónimo de "Jorge Mar", aunque de escasa trascendencia–, fue Secretario de Cultura del municipio porteño, y desde el 10 de noviembre del '49 el presidente lo nombró ministro de Asuntos Técnicos: una cartera de gran influencia que le permitió cobrar poder sobre temas educativos y científicos, y trabajar en la redacción del Segundo Plan Quinquenal.
Último cargo, pero de gran poder de adoctrinamiento ideológico: primer director (marzo de 1951) de la Escuela Superior Peronista.
Dejó su sillón a fines de agosto de 1955, y luego del golpe militar de 1955 conoció la cárcel, y más tarde el exilio en Paraguay, donde retomó su profesión de médico.
Volvió a la Argentina, y murió en diciembre de 1963.
Poco será recordado de él y su paso por el gobierno. Pero ese discurso no sólo lo define: lo condena.
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