Tres hombres encapuchados y con armas de fuego ingresaron el domingo pasada la medianoche al parque temático Campo de Cielo en Chaco y se llevaron tres meteoritos de gran tamaño: dos piezas de 25 kilos cada una y otra de 18.
Según informó la policía, los ladrones sorprendieron a la guardaparques poco antes de que se fuera a dormir. La tiraron al piso, le colocaron un precinto en las manos, le ataron los pies con una soga y la encerraron en una habitación. En pocos minutos escaparon con los tres meteoritos.
La mujer logró liberarse, salió por una ventana de la habitación y corrió hasta una casa, ubicada a unos 1.500 metros, donde finalmente pudo dar aviso a las autoridades. Al parque llegaron efectivos de la ciudad chaqueña de Gancedo, quienes hallaron una moto marca Honda -propiedad de la empleada de seguridad-tirada cerca del portón del parque en medio de la maleza y otros elementos de valor para la causa.
Los investigadores creen que los delincuentes escaparon en otras motocicletas que dejaron en las inmediaciones de la entrada. La causa quedó a cargo del fiscal Hugo Baigorrí.
Desde la Asociación Chaqueña de Astronomía (ACHA) expresaron su repudio a este hecho vandálico contra su patrimonio y esperan "que esto se esclarezca y se recuperen las piezas sustraidas".
Según estimaciones hechas por las autoridades, el precio de un meteorito en el mercado negro es elevado. Se calcula que el gramo de una pieza puede ascender a los 200 dólares, por lo que si se calcula el peso de lo robado, el botín tiene una gran valor.
Campo del Cielo está postulado a convertirse patrimonio de la humanidad, debido a sus características particulares. Se trata del único predio que cuenta de cráteres múltiples en el planeta, producto del ingreso a la atmósfera de un gran meteorito de hierro, que se desintegró en fragmentos Es por que esto no se trata del primer robo que sufre.
Según consigna Diario Norte, hubo un intento de comercializar la pieza más grande, que pesa cerca de cuatro toneladas, en 1990. Ese año, un hombre santiagueño quiso venderle la pieza por un precio de 200 mil dólares a unos ciudadanos norteamericanos que vinieron desde Arizona. La operación fue interrumpida a tiempo.
En 2015, por ejemplo, la Gendarmería frustró el intento de robo de 215 piezas, en un control a la altura de General Pinedo y que fueron incautadas en un arenero.
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