Por años fue uno de esos misterios que nadie podía resolver. Cuando Eduardo Madero, el hombre que pasó a la historia por su proyecto que diera origen al puerto que terminaría llevando su nombre, se encontraba buscando datos en los Archivos de Indias en España para su libro Historia del Puerto de Buenos Aires descubrió un documento curioso que le llamó la atención. Se llamaba "Plan que manifiesta el método de las operaciones que el nuevo gobierno provisional de las Provincias Unidas del Río de la Plata debe poner en práctica hasta consolidar el grande sistema de la obra de nuestra libertad e independencia", título textual de lo que en realidad era la copia de una copia.
En él, se describían instrucciones políticas, económicas y militares, así como los métodos para alcanzar los objetivos propuestos. El escrito contenía conceptos por demás extremistas, como cuando afirmaba que "los cimientos de una nueva república nunca se han cimentado sino con el rigor y el castigo, mezclado con la sangre derramada de todos aquellos miembros que pudieran impedir sus progresos". Pese al tono, por aquellos tiempos fue adjudicado al entonces secretario de la Junta, Mariano Moreno.
Tras el hallazgo, Madero le alcanzó una copia del Plan al general Bartolomé Mitre quien, cuando se la reclamaron tiempo después, contestó sin pudor que la había extraviado.
El documento, mientras tanto, siguió generando dudas. El que aportaría una cuota de esclarecimiento sobre su autenticidad sería el escritor, educador y bibliotecario francés Paul Groussac, quien se había radicado en estas tierras desde mediados de 1860. Ejerció diversos cargos públicos y fue el primero en remarcar, cuando estuvo al frente de la Biblioteca Nacional, que el documento era apócrifo y aportó los indicios en ese sentido.
"Digamos sin demora que la conclusión más exacta y justiciera que de su estudio sacará cualquier perito es que el autor del Plan, a no ser un mistificado o un demente, tenía un alma de malvado apareada a una inteligencia de imbécil", afirmó. Claro que el carácter hosco, intratable y ácido del francés hicieron desear a más de uno que el erudito estuviese equivocado. Años más tarde, en 1921, otro destacado historiador Ricardo Levene, también se pronunció en el mismo sentido a partir de hallar similitudes entre la caligrafía del documento con otros generados en España.
Hubo otro indicio que entonces no fue sopesado en su justa dimensión. En 1829 el historiador español Mariano Torrente, en su Historia de la Revolución Hispanoamericana, aseguraba que le había llegado, de manera fortuita, un informe secreto elaborado por Moreno.
"Se estremece el alma al considerar los atroces y bárbaros atentados de que es capaz una cabeza excéntrica, exaltada por el estúpido mito de republicanismo", escribió en esa obra, pensada para demostrar la maldad de los americanos de querer emanciparse. Pero nadie en estas tierras reparó en su trabajo.
El interés de un médico
La polémica y la duda quedaron por años en el pugilato historiográfico. Hasta que un médico recogió el guante.
Diego Javier Bauso es un neurólogo de 50 años, casado, con dos hijos. En una charla en su consultorio, le contó a Infobae que cuando estudiaba medicina en la Universidad del Salvador, en su tiempo libre solía cruzar avenida Callao al desaparecido local de la editorial Plus Ultra. Un día, en la mesa de saldos, descubrió un ejemplar del Plan de Operaciones, y lo compró.
"Siempre me interesó el proceso de lo que fue la Revolución de Mayo. Cuando leí el Plan, me llamó la atención, porque la primera impresión que tuve es que era una pieza rarísima, extraña. Enseguida noté que su contenido no iba en consonancia con el espíritu de Mayo. Y ahí comenzó mi interés por desentrañar su origen", explicó.
Su curiosidad lo llevó, durante décadas, a leer todo lo que se había publicado al respecto. Comenzó en la época anterior a internet, por lo que se valió de fotocopias de textos, muchos de ellos consultados en bibliotecas públicas. Esos textos solían brindar subtramas que abrían nuevos abanicos de investigación, y que Bauso seguía con persistente minuciosidad.
Posteriormente, navegar por la web le brindó la posibilidad de continuar indagando en otras fuentes, aunque siempre en forma intermitente. "Mi profesión me lleva el 90% de mi día", aclaró.
Cuando buscaba comparaciones entre el texto del plan y piezas de autores franceses, su investigación lo condujo a un trabajo publicado sobre un diario mexicano de 1811, El Mentor Mexicano, de Juan Wenceslao Barquera, donde un texto le llamó la atención. Fue un artículo del 22 de enero de 1811 en el que, en forma de diálogo, se discutían los principios fundamentales de la felicidad social. Decía: "El mejor gobierno es el que hace feliz al mayor número de individuos. Cuando la constitución del Estado afianza a todos el goce de sus derechos sin consentir su abuso, ha resuelto el gran problema del contrato social". Bauso descubrió que idénticas palabras estaban escritas en el Plan de Operaciones. Al final del artículo, su autor aclaraba que las citas habían sido tomadas de una obra publicada en Valencia, llamada El Cementerio de la Magdalena.
Esta novela había sido publicada en París en 1800 por Jean Joseph Renault-Warin y fue traducido al español, en cuatro tomos, a mediados de 1810. La trama giraba en torno al derrocamiento y ejecución de los reyes borbones, durante la Revolución Francesa y, en medio de un relato de ficción repartido en doce noches, se contaban hechos reales, como fueron los años del terror jacobino. Es muy interesante conocer los detalles de la publicación de esta obra, que no pocos dolores de cabeza le trajeron tanto a su autor como a su editor.
Todo en una novela
"Menciones en el prólogo, sobre cómo se elaboró el plan, párrafos enteros de una obra de ficción estaban reproducidos en el Plan. Según la historia oficial, Moreno lo habría escrito entre julio y agosto de 1810, y la traducción en español salió en agosto, y el último tomo en noviembre, siempre de 1810. Es imposible que Moreno haya tenido tiempo de leer la novela, extraer párrafos, copiarlos y elaborar el documento", afirmó Bauso.
La obra le había venido como anillo al dedo a los que buscaban desacreditar a la Junta de Gobierno de Buenos Aires. Según destaca Bauso, allí "se hace hincapié en los excesos, verdaderos baños de sangre, cometidos por los republicanos franceses –a quienes supuestamente emulaban los del Río de la Plata- para someter al partido realista. La novela contiene todos los elementos necesarios para desacreditar a los juntistas de mayo y, principalmente, para inquietar a cualquier jefe contrarrevolucionario que se asomara a sus páginas".
"Me enfrasqué en ese análisis, con la idea de que, tal como lo hice yo, otros llegarían al mismo resultado", señaló. Sin embargo, el médico cayó en la cuenta de que, luego de un par de años, nadie había descubierto lo mismo. Entonces escribió un libro, que tituló Un plagio bicentenario. El 'Plan de Operaciones' atribuido a Mariano Moreno que posee argumentos y pruebas contundentes. Allí el investigador fundamenta la falsedad del Plan de Operaciones y logra cerrar una polémica histórica que ya llevaba más de un siglo.
Es un libro que revela una completa investigación donde ningún detalle queda librado al azar. Desgrana las sorprendentes similitudes –plagios, en realidad- entre la novela en cuestión y el famoso Plan.
Además Bauso analiza el contenido de este histórico documento, dejando al descubierto inconsistencias, como cuando supuestamente Moreno escribe: "…y los conocimientos que me han franqueado 25 años de estudio…". Haciendo cálculos, esos estudios el prócer de Mayo los habría comenzado a los 5 años, algo imposible. El autor también desgrana otros puntos que hasta el momento generaban dudas y sostiene, después de un meticuloso trabajo, que ninguna de las firmas de los miembros de la Primera Junta que aparecen en el documento son auténticas.
Creo que fue entre 1813 y 1814. Los contrarrevolucionarios necesitaban un arma para sus propósitos. Entiendo que el documento circuló por muchas manos en las cortes de España y de Brasil. Sorprendentemente, en Buenos Aires, nadie lo conocía. No hay menciones sobre él ni en memorias ni en correspondencia pública o privada
El libro no sólo remarca párrafos enteros al mejor estilo del copy paste sino que se deja al descubierto hechos que se mencionan en el plan pero que ocurrieron después de 1810.
Bauso hizo lo que no todos hacen: publicó en el libro su dirección de e-mail, para recibir críticas, sugerencias o nuevas líneas de investigación. "Sólo encontré muy buena recepción de los historiadores, como Marcela Ternavasio, Gabriel Di Meglio, Noemí Goldman o Felipe Pigna entre otros. Aún sin ser historiador, muchos fueron generosos conmigo, me invitaron a charlas y a exponer mi investigación", aseguró.
El médico tiene su teoría sobre cuándo fue elaborado este plan. "Creo que fue entre 1813 y 1814. Los contrarrevolucionarios necesitaban un arma para sus propósitos. Entiendo que el documento circuló por muchas manos en las cortes de España y de Brasil. Sorprendentemente, en Buenos Aires, nadie lo conocía. No hay menciones sobre él ni en memorias ni en correspondencia pública o privada", aclaró. En el mismo sentido, arriesga quién podría haber sido el autor de este documento.
Ahora, Bauso, redobla la apuesta. Porque también descubrió que algunos textos atribuidos a Mariano Moreno son, en realidad, apócrifos. Halló las verdaderas fuentes de esos escritos y promete contarlo en un nuevo libro. Hay que darle crédito: ya terminó con una polémica centenaria.
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