Sentido homenaje por el levantamiento del Gueto de Varsovia del Centro Simon Wiesenthal

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Ariel Gelblung representante para América Latina del Centro Simon Wiesenthal
Ariel Gelblung representante para América Latina del Centro Simon Wiesenthal

Con la presencia del representante para América Latina del Centro Simon Wiesenthal en el acto realizado en la provincia de San Juan, se recordó y se rindió homenaje a aquellos héroes que participaron del Levantamiento del Gueto de Varsovia el 19 de abril de 1943. De la ceremonia realizada el pasado jueves participaron representantes del gobierno y de la comunidad local.

"Nos juntamos para decir que no olvidamos", dijo en el comienzo de su discurso Ariel Gelblung responsable de la organización ante la audiencia. En su misión, el director de la reconocida institución indicó que su misión es la búsqueda continua de "justicia y no venganza" y "aprender las lecciones que nos dejó el holocausto para aplicarla a la vida cotidiana, al fortalecimiento de la democracia, a hacerle frente al odio, al racismo, a la discriminación, a la xenofobia, al antisemitismo y enriquecer la convivencia en la diversidad".

Entre octubre y noviembre de 1940, a poco de que las tropas nazis aplastaran a Polonia –primero de septiembre de 1939–, todos los judíos de su capital, y de otras regiones, fueron confinados a lo que sería el Gueto de Varsovia. Pleno centro y sobre las ya invisibles ruinas de un gueto similar, pero de la Edad Media. En total quedaron atrapados en un rectángulo de 8 kilómetros cuadrados 300 mil judíos, que llegarían a 500 mil en el apogeo de la devastadora guerra.

Custodiados por miembros de la despiadada SS y la policía polaca, todos los cautivos debían llevar de manera visible la estrella de David. Despojados de sus viviendas de forma violenta y privados de toda libertad, debieron soportar burlas y humillaciones. Pero en enero de 1943 comenzaron las primeras muestras de resistencia que se intensificarían en abril, sorprendiendo a los escuadrones de la muerte nazis.

"Un 19 de abril de 1943, una primera noche de Pésaj, un grupo de jóvenes judíos resolvimos en el Gueto de Varsovia que no nos entregaríamos. Que no seríamos cosificados ni tratados como ganado. Que los judíos no permitiremos que nos exterminen impunemente. El Levantamiento del Gueto de Varsovia fue nuestro Nunca Más", dijo el principal orador del encuentro.

"Si algo debemos aprender de estas efemérides es a no cejar", alentó Gelblung durante su mensaje en San Juan y recordó: "Recién el año pasado, volvimos a ser la misma cantidad de judíos en el mundo que la que había antes de la oscuridad. Y no solo nos mataron a uno de cada tres. Intentaron deshumanizarnos, nos cambiaron el nombre por un número tatuado en la piel. Dejaron de alimentarnos. Nos expusieron a las más espantosas enfermedades sin acceso a algún paliativo. Nos esclavizaron, experimentaron con nosotros, nos quitaron todo. Y no solo los nazis y sus voluntarios colaboradores en otros países".

El representante latinoamericano del Centro Simon Wiesenthal hacía referencia a la experiencia que debieron atravesar aquellos que lograron sobrevivir a los campos de exterminio. "Cuando los sobrevivientes volvimos a nuestros lugares de origen fuimos rechazados y se nos recriminó haber sobrevivido".

Sobre el final de su mensaje, Gelblung lanzó un interrogante para la reflexión. ¿Para qué estaban allí reunidos y recordaban a los héroes del gueto?: "Mi mensaje es para Ud., que se considera una buena persona, con valores muy claros, porque, como también decía Wiesenthal, 'Para que el mal prospere, solo es necesario que los buenos no hagan nada'".

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