Por Florencia "China" Freijo
Miss Bolivia es una de las cantantes principales de la segunda edición del Festival GRL PWR, un encuentro cultural producido y protagonizado íntegramente por mujeres que nació en Córdoba bajo el lema "no faltan bandas de chicas, faltan festivales girl power", con la necesidad de visibilizar el talento femenino en los escenarios de Argentina en un contexto desigual, dominado por hombres.
El evento se realizará el próximo jueves 18 de abril con más de 20 artistas -nacionales e internacionales- entre las que se destacan también Marilina Bertoldi, Sara Hebe, y la cantante franco-chilena Ana Tijoux. Pero los motores ya están en marcha porque la previa arranca esta noche con un show de Pussy Riot, el colectivo punk feminista reconocido por sus letras de protesta y por llevar sus caras tapadas. Las rusas vienen de una exitosa performance en Niceto Club, en Buenos Aires, y se preparan para tocar en Córdoba en Club Paraguay junto a Tranki Punki; Terror Manija y Mili Burton.
Falta muy poco para el festival y las expectativas son grandes, no sólo por las artistas que van a tocar sino también porque en la primera edición que se hizo en agosto de 2018, se agotaron las entradas. La convocatoria fue creciendo a tal punto que tuvieron que desdoblar el festival en dos jornadas y mudarse a un lugar con mayor capacidad. Y si bien aún quedan entradas para el jueves (para hoy ya no) todo parece indicar que las productoras volverán a colgar el cartelito de "sold out".
El festival se vuelve cada vez más interesante porque presenta nuevas lógicas de producción y gestión que marcan el cambio de época impulsado en parte por la nueva ola del movimiento feminista. Quienes asistieron a las fechas anteriores coinciden en que hay "una energía especial, poderosa y empoderadora".
Con este clima de efervescencia y a días de su participación en la capital cordobesa, Paz Ferreyra, más conocida como Miss Bolivia, habló con Infobae y remarcó la importancia del GRL PWR: "Para mí este festival también es un gesto político", aseguró.
"Tiene que ver con poner en acción las cosas que decimos y militamos. Me parece que este tipo de festivales son importantísimos porque son pasajes a la acción, más allá de quejarse, y son una forma de militar activamente para generar cultura, usinas de expresión y creación. Le da cuerpo a enunciados y a una lucha que nos atraviesa", agregó.
La intérprete de "Tomate el palo" consideró también que el power femenino, el talento y la unidad son claves: "Lo que energéticamente pasa y se siente, como artista y como público, es que hay algo mucho mayor a la suma de las partes, de la energía de cada artista. Hay un aura superior que tiene que ver con un mensaje que resalta lo colectivo y comunitario por sobre lo individual y genera una luz superadora", expresó.
Además opinó sobre la situación actual en su profesión y el reclamo para que se apruebe el proyecto de ley de cupo femenino que exige que haya al menos un 30% de presencia de mujeres en los festivales que se realizan en el país.
"El contexto ya cambió un poco, por un lado hay un montón de proyectos y festivales que sin que sea ley están respetando este porcentaje. Antes esto no era un tópico, ahora se instaló la pregunta y se expuso de manera organizada. Y muchos productores lo empezaron a hacer directamente, y eso ya es un montón. Aún resta pasar al plano formal y jurídico, pero desde el punto de vista simbólico ya se vienen generando transformaciones. Hay vicios patriarcales porque se consume eso, si la ley sale va a brindar un respaldo para que se corten los loops de invisibilización y se muestre mucho más el talento femenino y otras realidades, a que se le dé espacio a otros proyectos", comentó.
A pesar de su mirada positiva, los números actuales distan mucho de esa paridad de género que se anhela. Según un relevamiento impulsado por Celda Mel Gowland -ex vicepresidenta del Instituto Nacional de la Música (Inamu)- junto otras colegas, el porcentaje promedio de mujeres incluidas en las programaciones de los 46 principales festivales de Argentina, es inferior al 15 por ciento.
A esto se suma que de 37.346 artistas que figuran en el Registro Nacional Único de Músicos del Inamu (junio 2018), el 80 por ciento del total representan hombres. La cifra ubica a la Argentina dentro de los países más desiguales de Latinoamérica en este aspecto.
El reclamo se vuelve imperioso, por eso para hoy se prevé una movilización al Congreso para pedir a los senadores que traten el proyecto que ingresó en septiembre de 2018 y aún no presentó avances.
La convocatoria surge de la "Campaña Más Músicxs en Vivo" que lleva adelante Mel Gowland y también se extiende al plano de las redes sociales donde piden que circulen vídeos exigiendo que hoy se debata este tema, con la posibilidad del mejor desenlace: la media sanción.
"Me siento orgullosa del calibre de visibilidad, de cuerpo, bloque y organización que toda la lucha está tomando. La fuerza y la potencia estuvo desde un principio pero me siento muy motivada cuando pienso en el tipo de organización, como se está tomando la movida", dijo MissBo.
Y también profundizó en otras cuestiones como su mirada acerca de "los feminismos" y no "el feminismo"; y también sobre la importancia de las alianzas feministas, el rol de la música y la actitud de los hombres ante este nuevo escenario.
-¿Cuál es la importancia de las alianzas entre mujeres?
-En estos tiempos las alianzas son muy importantes, creo muchísimo en el tejido de redes transversales que le den consistencia, fuerza, potencia y hagan bloque para que toda la lucha pase al plano de la acción real y concreta.
-Una de tus últimas alianzas fue con Jimena Barón en el nuevo tema que sacaron juntas, "Se quema", ¿cómo fue la experiencia de la producción con ella, cómo surgió?
-La canción surge luego de leer este verano el libro "Putita golosa" de la periodista Luciana Peker que me inspiró muchísimo. Era un tema que tenía ganas de escribir hacía mucho. La fui escribiendo, me costaba que aparezca el estribillo hasta que un día bajó. Y desde principio la pensé como una colaboración y con Jimena. Veníamos hacía un tiempo amagando que teníamos que hacer algo juntas, nos cruzamos varias veces y tenemos muy buena onda, así que me pareció que estaba buenísimo hacer efectiva la invitación. Le mandé un pedazo de la canción, al toque me dijo que sí que se re copaba. Escribió su parte y grabamos, es muy profesional y talentosa. Lo hicimos con Nehuen, productores de trap que trabajan con cantantes como Duki. Para mí fue un desafío también salir de mi zona de confort y de mi zona de registro.
-Y este tema tiene un fuerte contenido antipatriarcal ¿Cuál crees que es rol de la música en esta lucha?
-El rol de la música y del arte como expresión social y cultural es sumamente importante, urgente y necesario, porque es un registro por donde se puede comunicar muchas cosas de diferentes formas con poder y paciencia. La música es un territorio de circulación de poder y es vital en este momento poder documentar, transmitir y resignificar a través de estas herramientas tan poderosas que son las canciones.
-Sos una militante feminista muy activa y referente, ¿qué opinas del movimiento?
-Creo que es mejor hablar de feminismos más que del feminismo porque son movimientos que están en constante transformación. Estamos asistiendo a un proceso de alta efervescencia y expansión de los feminismos que está generando cambios en todas las aristas de la sociedad. Los feminismos son motores que impulsan todo tipo de movimiento que lleva a la justicia social, así que realmente me siento muy asombrada y muy feliz de formar parte activamente.
-¿Qué pensás acerca de este proceso en América Latina?
-Hay un efecto dominó en Latinoamérica, pero considero a la Argentina como un polo importantísimo de lucha, organización y resistencia. Y siento que las hermanas latinoamericanas… mejor dicho les hermanes latinoamericanes, porque prefiero hablar en inclusivo como gesto político, estamos cada vez con más fuerza. Hay un nivel de contagio increíble.
-¿Cómo ves la postura de los hombres ante este nuevo escenario?
-Me encuentro con distintas posturas: por un lado varones que asumen roles diferentes de compañeros, pero también están los "feministos" que no soportan no ser agentes activos en esta transformación y necesitan participar todo el tiempo. Por suerte hay quienes comprenden y pueden diluir un poco sus egos, dejando de lado el hacer y empezando a escuchar más a quienes tienen al lado.
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