Convertir la basura orgánica en compost es una de los caminos para comenzar a reducir la enorme cantidad de desechos que se entierran diariamente en los rellenos sanitarios del conurbano bonaerense.
En la Ciudad de Buenos Aires, donde diariamente se generan unas 6000 toneladas de residuos, más de la mitad del total corresponde a la fracción húmeda. Es decir, restos de comida.
Para tratar de disminuir el volumen de este tipo de basura, se estudia una iniciativa que propone generar un programa de compostaje comunitario en el que aquellos vecinos que se plieguen a la iniciativa reciban un descuento en su tasa de ABL.
Se trata de un proyecto de ley que ingresó en la Legislatura que busca instalar, en principio, una Estación de Compostaje Comunitario por cada comuna. Las mismas tendrían al menos 6 composteras de un metro cúbico de capacidad, donde los vecinos podrán darse de alta como usuarios.
"Los primeros 5000 usuarios inscriptos recibirán un kit de compostaje, compuesto por un cesto para compostables, 40 bolsas de bioplástico biodegradable y compostable y una guía para la correcta separación de residuos orgánicos destinados al compostaje", explicaron a Infobae en la Comisión de Ambiente, donde se debate el proyecto.
Luego, el inscripto deberá acercar los residuos a la estación más cercana, donde serán verificados y pesados. Una vez acreditados los residuos orgánicos compostables, el vecino recibirá una compensación a modo de descuento sobre el ABL del año siguiente. Si estuviera exento del mismo, podrá acreditarlo en su tarjeta SUBE, también a partir del año siguiente.
El compost obtenido será utilizado para el mantenimiento de los espacios públicos y si hubiera un excedente, podrá ser comercializado y los fondos obtenidos serán destinados al mantenimiento del programa.
"Hace más de 10 años que nuestra Ciudad se propuso iniciar un camino progresivo hacia la minimización de los residuos que terminan en rellenos sanitarios. Una de las etapas previstas era la separación de los residuos orgánicos y su posterior valorización, algo que hoy no se realiza en el ámbito domiciliario", explicó Maximiliano Ferraro, diputado del bloque Vamos Juntos.
"Tenemos la buena noticia de que este año se reguló a nivel nacional la producción, registro y aplicación del compost, lo que permite que pueda ser utilizado e introducido en el mercado. Es por ello que la creación y puesta en marcha de un primer Programa de Compostaje que transforme ciertos restos de comida en abono para nuestros suelos y que contemple incentivos para sus usuarios es el próximo paso natural en el camino hacia esa meta de basura cero a la que queremos llegar", agregó el legislador, quien impulsa el proyecto junto a Claudio Cingolani y Hernán Reyes, también de Vamos Juntos.
Es que, como figura en los argumentos del proyecto, la normativa a la que hace referencia el legislador es la resolución conjunta 1/2019 de la Secretaría de Control y Monitoreo Ambiental y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA).
La misma estableció el Marco Normativo para la Producción, Registro y Aplicación de Compost, cuya finalidad es la de "definir las posibles aplicaciones y establecer los requisitos necesarios que debe cumplir el compost elaborado a partir de residuos orgánicos separados en origen y recolectados de manera diferenciada, a efectos de su registro, asegurando una gestión sustentable y promoviendo su producción, uso y aplicación en las distintas jurisdicciones provinciales".
Otras experiencias
Además de experiencias a nivel mundial, en varias localidades argentinas ya se han puesto en práctica iniciativas similares. El municipio de La Plata lanzó el programa "Cuentas verdes" que incluye un 10% de descuento a la tasa de la propiedad a los vecinos que participen de los procesos de selección, clasificación y reciclado de los residuos. También en Corral de Bustos, en Córdoba, se diseñó un modelo parecido.
En Rosario, en tanto, la municipalidad creó la Red de Hogares Verdes por la cual lleva entregadas más de 4.000 composteras domiciliarias. Este programa se lanzó durante la primera gestión de la intendenta Mónica Fein, en 2011, pero aumentó notoriamente su participación en el último año. De los 1.000 integrantes que tenía en 2014, en la actualidad forman parte 4.237 familias.
A nivel global, también existen experiencias exitosas: en Milán, Italia, ya se realiza una recolección diferenciada de los residuos orgánicos en bolsas de bioplástico biodegradable y compostable.
San Francisco, en los Estados Unidos, se diferencia de otras ciudades de dicho país al haber logrado que el 80% del total de los residuos no sea dispuesto en rellenos sanitarios, cuando en ciudades como Nueva York o Chicago estos porcentajes son del 21% y 10%, respectivamente.
En el caso de San Francisco, la fórmula no es ningún secreto. Desde el año 2009 tanto los hogares como los comercios están obligados a separar sus residuos orgánicos en origen. Otros ejemplos internacionales son los de Madrid, que lleva a cabo un programa de compostaje comunitario, y algunos distritos ("arrondissements") de París, que han implementado una prueba piloto de separación y recolección diferenciada de residuos orgánicos.