Se abren las puertas del Hipódromo de San Isidro. De pronto, un montón de chicos copan el campo y se distribuyen por los cinco escenarios. Cada cual en busca de lo suyo, individualidades que se pierden y se juntan. Y de pronto, un elemento común. Los que lo llevan, lo entienden. Los que no, comienzan a hacerse la pregunta: ¿qué significa ahora el color amarillo?
Es que en el primer día de festival apareció una ola amarilla que tomó el predio. Chicas con las caras pintadas, ropa con cinta adhesiva amarilla pegada en forma de cruz o armando líneas, pañuelos atados en las piernas o en los brazos, dedos pintados de amarillo.
¿Es en apoyo al gobierno de Cambiemos?, preguntamos a Florencia Otero, una joven de veinte años vestida de amarillo. Se ríe. Responde que nada que ver y se va. No llega a explicar el por qué de su outfit.
Los pañuelos siguen paseándose por el Lolla, incluso algunas banderas, vinchas de pelo. Todos de amarillo. ¿Tiene que ver con el sol? ¿Con el oro? Los chicos escuchan las preguntas como si fuera un chiste. ¿Quién es aquel que llega al Lollapalooza sin entender de qué se tratan las tendencias que en él afloran?
La respuesta al misterio está en una de las bandas estrella de esta edición: Twenty One Pilots. La banda suele adoptar un concepto y un color para cada disco y en el último, Trench, el color elegido es el amarillo.
El dúo musical norteamericano conformado por el vocalista Tyler Joseph y el baterista Josh Dun fue el gran espectáculo de la primera fecha y uno de los más convocantes. Los fanáticos, en homenaje a la estética del último disco, llegaron vestidos con infinitos accesorios amarillos.
Este es el video oficial de "Jumpsuit", una de las canciones de Trench. En él se puede ver a Tyler Joseph vestido como el público del Lollapalooza.
(Video Twenty One Pilots – "Jumpsuit")
La tendencia no fue solo una cuestión adolescente. "Era obvio que íbamos a venir lookeadas", dice Natalia (46), madre de Lola (13). Es la cuarta vez que vienen juntas al Lolla. Según la madre, es ella la que promueve el programa, y está actualizada con las bandas como su hija. "Son lo más fuerte de este año, y siempre venimos vestidas para la ocasión", explica, mientras muestra los detalles amarillos de su vestuario.
Paz Aoki (16 años) también vino vestida pensando en la banda, pero con otra referencia en la cabeza: la canción "Nico and the Niners", donde aparecen unos monjes de rojo como los que ella emula con su capa.
Pero los vestuarios excéntricos no terminan ahí. La banda fue solo responsable por la ola amarilla. Hubo, además, todo tipo de rarezas. Es que el Lollapalooza es un festival hecho para el juego y el desprejuicio.
Abraham y Ronaldo, por ejemplo, son paraguayos y llegaron con máscaras de Anonymous, el villano/héroe de la película V de Venganza. Su idea no tiene que ver con las ideas anarquistas del personaje de todos modos sino con que los chicos (que dieron nombres falsos para esta nota) no quieren ser reconocidos. "Su novia no puede saber que él está acá", confiesa el tal Ronaldo.
Los pijamas también son moneda corriente en el festival, y ni hablar del glitter. Pero hay una tendencia paralela que es romper todo tipo de movimiento y ponerse lo que sea que se cruza por la mente. Así lo hizo Damián, de 19 años, que para el viernes eligió vestirse de rey. "Hoy soy el Rey Damián", dice. Para el sábado y para el domingo está pensando dos vestuarios diferentes, pero todavía no los definió. "Depende de cómo me levanto, pero es probable que el sábado sea una cebra. Estoy tentado con eso", explicó.
Ignacio tiene 17 años y es argentino, pero su familia es de Escocia. Según cuenta, perdió una apuesta con un primo y el precio que tuvo que pagar fue llegar al festival vestido con la típica pollera escocesa. "No me da nada de vergüenza, ya la he usado muchas veces. Lo que sí, me tuve que traer una riñonera también porque no tienen bolsillos las polleras, no sé cómo hacen las minas", dice.
Por supuesto, esto tan solo fue un día. Hoy y mañana llegará el grueso del público que, al tener más tiempo libre por ser fin de semana, seguramente saque a relucir sus mejores ropas. O las más extrañas. De eso se trata esto en realidad: sacar a relucir no el estatus sino la locura. Ir con el desprejuicio al frente, con el personaje más extraño en la piel para decir al mundo lo que parece repetir silenciosamente la generación del Lollapalooza: lo único que importa es la libertad.
SEGUÍ LEYENDO