Fue una verdadera historia de amor. Tanto que se casaron dos veces. En 2012, tras un año y medio de relación, la modelo y el empresario dieron el sí en una ceremonia bajo las tradiciones judías. Dos años después, pasaron por el Registro Civil y brindaron una gran fiesta en el Palacio Duhau. Pero ahora, ese gran amor llegó a su fin. Y Victoria Vannucci y Matías Garfunkel decidieron separarse.
Una amiga de Vannucci le aseguró a Infobae que la pareja ya lleva varios meses separada, pero mantiene una relación cordial. "Los dos aman a sus hijos", agregó. El divorcio se realizó de acuerdo con las leyes de los Estados Unidos, donde residen desde hace tiempo. El ex dueño de Tiempo Argentino y la ex modelo no tienen previsto regresar a la Argentina. Seguirán viviendo en Estados Unidos, ya que sus hijos van al colegio allí.
El 31 de marzo de 2012 , luego de varias idas y vueltas y dos embarazos perdidos, Vannucci, de 28 años, se casó con Garfunkel, de 37, bajo las costumbres del judaísmo.
La boda se realizó en un campo del empresario, con 120 invitados, entre los que estuvieron Mario Pergolini, Gustavo Yankelevich, Gastón Pauls y Agustina Cherri y Gustavo Mascardi. Hubo un show de Vicentico y fuegos artificiales, en una celebración que duró hasta el amanecer.
Tras los festejos, la modelo habló sobre su casamiento: "Me sorprendió mucho tener un marido como el que tengo. Para mí, Matías es el marido ideal. Me dio tantos gustos y tantas sorpresas, que todavía estoy obnubilada. Me siento una Cenicienta. Esperé tanto este momento, que jamás me dejé invadir por los nervios".
"Después del duro golpe que sufrimos (la pérdida del embarazo), Matías quería casarse rápido. Él más que nada lo hizo por mí", dijo Vannucci. Y reveló que gracias a la ayuda de una wedding planner pudieron ocuparse de todo en tiempo récord. Y gracias a la diseñadora Evangelina Bomparola, pudo lucir hermosa, con un vestido de línea sirena, con encaje bordado a mano siguiendo la línea de su cuerpo, con escote V profundo, íntegramente bordado con 2700 cristales Swarovski. Contó que fue confeccionado durante 15 días y que demandó el trabajo de 14 personas.
Para la ceremonia religiosa, Vannucci tuvo que convertirse al judaísmo. "Necesitaba estar convertida y hace dos semanas aprobé el examen ante un comité rabínico. La ceremonia fue muy especial porque nos casó el mismo rabino que me dio las clases durante todo un año. Imaginate la emoción, que me haya aceptado la comunidad judía es una decisión que es de por vida. Ahora soy judía, pero de corazón me siento judía desde siempre, es como si sintiera que nací con esta religión (…) Miriam es mi nuevo nombre desde que me convertí al judaísmo. Como me llamo María Victoria, me pusieron Miriam, que en hebreo significa María".
Tras la noche de bodas en la estancia "La Celeste", el lunes 2 de abril partieron rumbo a París, el primer destino europeo de los 20 días de luna de miel.
El viaje a París dio sus frutos. Y en marzo de 2013 llegó Indiana, la primera hija del matrimonio. La beba nació en la Clínica Suizo Argentina y pesó 2,5 kilos.
"Pasé por tantas cosas en este embarazo, ¡que no veo la hora de que nazca!", había asegurado días antes la modelo.
Tras dos embarazos perdidos, Vannucci había tenido que mantenerse en cama para cuidar la salud de su beba. "Con el reposo absoluto se hace todo más largo. Pero a cada rato entro al cuarto del bebé, que me transmite mucha paz. Lo tenemos preparado con opciones en rosa y en celeste, por si es nena o nene. En los embarazos que perdí supimos el sexo, por eso en este, por cábala, preferimos la sorpresa".
En mayo de ese 2013, la pareja tuvo un susto grande. Garfunkel se accidentó con su auto en Bariloche. Tuvo que ser asistido con respiración mecánica e inducido en un coma farmacológico. Según los médicos que lo atendieron atravesó un cuadro de "cierta gravedad". Pero se recuperó pronto. Y justo un año más tarde, y con la modelo nuevamente embarazada, Vannucci y Garfunkel volvieron a dar el sí. Esta vez en el Registro Civil de la calle Uruguay, en una ceremonia íntima.
"Todavía me siento igual, no sé mañana, no sé si todo seguirá igual, esperemos que sí", declaró la modelo luciendo su pancita de seis meses en un vestido de encaje negro.
"La verdad que me emocioné mucho. Mi amigo Eduardo, que fue el testigo, dijo unas palabras muy lindas. La verdad que estoy muy contento", sostuvo a su lado el empresario.
Victoria tampoco ocultó su emoción: "Lo viví de la misma manera, rodeada de gente muy nuestra, muy íntima para nosotros, compartiendo este momento tan feliz, así que a disfrutar. Tenemos ganas de disfrutar, de ir a casa, charlar del tema y también de ir hoy a la noche a la fiesta. Vamos a hacer un almuerzo íntimo y a la noche tenemos un festejo".
Sobre la llegada del segundo hijo, comentó: "Estoy de 6 meses y una semana, está enorme y por suerte está todo muy bien. Traté de evitar el tema de los antojos porque hoy tengo que entrar en un vestido blanco, encima diseñado por mí, así que esperemos que las críticas sean suaves. Esperemos que el vestido sea el comienzo de algo muy importante para mí, no solamente de mi etapa de civilmente casada con Matías, sino que también de otras cosas que quiero emprender".
"Sabemos el sexo, sabemos el nombre, pero no lo podemos decir, lo hicimos así con Indiana y lo queremos mantener de la misma manera. Queremos tener muchos hijos, son una bendición, yo tengo ganas de seguir", aseguró ella.
Allí, en la puerta del Registro Civil, la modelo definió a su marido como el amor de su vida, mientras que él dijo que ella le salvó la vida: "Me hace vivir feliz y pleno todos los días".
Por la noche, celebraron su boda en el exclusivo Palacio Duhau. Cacho Castaña cantó algunos temas y Nacha Guevara, personificada como Evita, interpretó "No llores por mí, Argentina". En plena fiesta, Nacha le entregó a Vannucci una famosa joya que perteneció a Eva Perón: un costoso broche de la bandera argentina con zafiros y diamantes que Garfunkel había ganado en una subasta. Se fueron de luna de miel a Miami junto a Indiana.
Meses después, llegó el segundo hijo de la pareja: Jorge Napoléon. Igual que su hermana, nació en la Suizo Argentina y pesó 2,5 kilos. Eran los días más felices del matrimonio.
Pero la vida para la ex modelo había sido mucho más dura. "A mí me mandaron a un hospital cuando tenía 14 años, me pegaban y mi mamá lo aprobaba", contó en 2016 por televisión.
"Yo escucho la palabra puta desde que tenía 10 años. Antes de dar mi primer beso, mi papá me trataba de puta", dijo la modelo, y luego comentó cómo arrancó todo: "Éramos la familia Ingalls. Hasta que mi papá tuvo un problema con su contador y quebró. Entonces empezó con la depresión, con los golpes, nos trataba de putas. A mi hermana la cagó a golpes".
"Yo era la puta que se tomaba el (tren) Sarmiento para trabajar de promotora… Yo soy la que siempre llevaba la plata a casa", aseguró durante la entrevista visiblemente angustiada. "Mi papá siempre me decía que yo era una perdedora, por eso siempre trataba de superarme, de comprarlo, de decir: 'Bueno, a ver si alguna vez vas a estar conmigo'", siguió.
En esa misma entrevista, Vannucci habló de las fotos que se tomó junto a Garfunkel, posando con distintos animales cazados. "Me arrepiento. Estamos todos de acuerdo en que esas fotos son horribles".
El tema no terminó ahí. Ya que a raíz de esas fotos la Municipalidad y el Concejo Deliberante de Ituzaingó, lugar en el que nació y se crió la ex modelo, la declararon "persona no grata". Vannucci presentó una demanda millonaria al sostener que fue "expulsada del país".
Y a través de su abogada Ana Rosenfeld radicó una denuncia en el INADI por considerar a los organismos municipales responsables de un "linchamiento social".
"El daño que le causaron a Victoria fue a nivel nacional. Se expandió de una manera absurda porque además ella ni siquiera vivía en Ituzaingó cuando ellos la consideraron persona no grata", precisó la abogada.
A partir de allí, y con el empresario cada vez más complicado en el frente judicial, la pareja decidió radicarse en Estados Unidos. Y allí siguieron su historia de amor. Esa historia de amor que acaba de terminar.