Se cumplen 27 años del atentado a la Embajada de Israel en Buenos Aires: una herida abierta y varios interrogantes

El ataque terrorista dejó 22 muertos. Los familiares de las víctimas aún siguen reclamando justicia. La causa fue declarada "imprescriptible" en 2006

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Eran las 14.45 del martes 17 de marzo de 1992 cuando el ruido inundó el aire del barrio porteño de Retiro y se escuchó a kilómetros de distancia. De inmediato, una densa nube de polvo invadió el ambiente, el sonido de las sirenas de las ambulancias copó el centro porteño y hubo mucho desconcierto. Se hablaba de un derrumbe, un incendio, un terremoto, una explosión; hasta que finalmente se comprobó que se trataba del primer atentado terrorista que sufría nuestro país.

El blanco fue la Embajada de Israel, situada en la esquina de Arroyo y Suipacha. Una camioneta conducida por un atacante suicida y repleta de explosivos chocaba contra la entrada de ese edificio. Causó 22 muertos y 242 heridos.

El impacto no sólo destruyó por completo la Embajada, sino que dañó de forma considerable a una iglesia y una escuela ubicada en un edificio cercano.

El blanco fue la Embajada de Israel, situada en la esquina de Arroyo y Suipacha. Una camioneta conducida por un atacante suicida y repleta de explosivos chocaba contra la entrada de ese edificio. Causó 22 muertos y 242 heridos

Entre los fallecidos -además de argentinos e israelíes- hubo  ciudadanos bolivianos, un uruguayo y otro italiano. También unas ancianas alojadas en un geriátrico ubicado enfrente de la sede diplomática, ocasionales peatones y hasta un sacerdote.

Este domingo se conmemoran 27 años de ese ataque terrorista, que tuvo muchas denuncias y conspiraciones, pocas investigaciones y ningún culpable. Lo único que se sabe con certeza es que fue perpetrado por el grupo terrorista Jihad Islámica, brazo armado del Hezbollah.

Tras la explosión del coche-bomba frente a la Embajada de Israel murieron 22 personas (NA)
Tras la explosión del coche-bomba frente a la Embajada de Israel murieron 22 personas (NA)

Por ese hecho, la Corte Suprema pidió -recién en octubre de 2005- la captura internacional del agente de Hezbollah, Hussein Mohamad Ibrahim Suleiman, que hasta el momento sigue vigente y nunca se concretó. Está acusado de haber ingresado al país, a principios de 1992, los explosivos que fueron utilizados en el coche-bomba que detonó frente a la sede diplomática israelí.

La investigación, que quedó a cargo del Máximo Tribunal por tratarse de una representación extranjera, también determinó que el atentado fue en represalia por el asesinato del secretario de la organización, Abbas Musawi, un mes antes.

A partir de esa conclusión, la Corte había procesado y pedido la captura internacional de Imad Mughniyah, responsable de la Jihad Islámica y del aparato de seguridad central y exterior de Hezbollah al momento de cometerse el atentado; pero luego constató que había muerto en un atentado en Damasco, en febrero de 2008.

La investigación, que quedó a cargo del Máximo Tribunal por tratarse de una representación extranjera, también determinó que el atentado fue en represalia por el asesinato del secretario de la organización, Abbas Musawi, un mes antes

La búsqueda de la verdad tuvo varios altibajos y pasó por muchos intentos de "cajonear" la causa o adjudicar la explosión a un "autoatentado" o a la presencia de un nunca probado "arsenal" supuestamente escondido en el sótano de la Embajada.

El atentado terrorista ocurrió el 17 de marzo de 1992 (NA)
El atentado terrorista ocurrió el 17 de marzo de 1992 (NA)

Inicialmente, el caso estuvo a cargo del presidente del Máximo Tribunal durante el gobierno de Carlos Menem, Ricardo Levene (h), quien recién cinco años más tarde delegó la causa en el secretario penal de la Corte, Esteban Canevari. Este decidió dar un paso elemental: contar las víctimas. En 1999, Canevari estableció que los muertos fueron 22 y no 29, como se había difundido en los primeros años.

La investigación fue tan irregular, según señalaron en más de una ocasión los familiares de las víctimas, que tardaron siete años en contar los fallecidos. También pasó por situaciones asombrosas, como la ocurrida en 2015 cuando el entonces presidente de la Corte, Horacio Lorenzetti, respondió con un error a una de las críticas de la entonces presidenta de la Nación, Cristina Kirchner, por el poco avance de la investigación.

"¿Alguien le puede informar a esta Presidenta cuál es el resultado de esta investigación que llevó adelante la Corte del atentado de la Embajada de Israel? ¿Quiénes son los condenados? ¿Cuáles son los procesados? ¿Qué fue lo que pasó? ¿Y me puede informar por qué el Estado de Israel no reclama por la embajada y sí por la AMIA?", se había preguntado CFK. A lo que el magistrado le respondió: "Hubo fallo y es cosa juzgada".

Estas declaraciones despertaron un fuerte rechazo no solo de familiares de las víctimas sino también del arco político ya que "sólo hay cosa juzgada cuando hay una sentencia firme que cierra el proceso con una condena o una absolución" aseguraron. Y en la causa no pasaron ninguna de estas dos cosas.

Familiares de las víctimas del atentando, en uno de los actos homenaje
Familiares de las víctimas del atentando, en uno de los actos homenaje

Con el traslado de la Embajada de Israel al décimo piso de la Torre La Buenos Aires, en la Avenida de Mayo, hoy en esa esquina de Arroyo y Suipacha emerge una plaza de la memoria. Allí se preserva una parte del muro original del edificio y se exhiben las placas con los los nombres de los fallecidos. Y como cada 17 de marzo, a las 15 horas, suena el sonido de la sirena de una ambulancia para recordar a las víctimas que dejó el terrorismo religioso en el país. 

Conmemoración oficial

A 27 años del atentado, la Embajada de Israel lanzó una campaña de concientización con el objetivo de compartir vivencias y experiencias personales junto a un grupo de jóvenes nacidos luego de la fecha en la que ocurrió el ataque terrorista.

Las piezas de comunicación de la Embajada de Israel también llegaron al subte
Las piezas de comunicación de la Embajada de Israel también llegaron al subte

En diferentes lugares de la Ciudad de Buenos Aires se colocaron carteles con la leyenda "Y le contarás a tu hijo que al terrorismo lo vimos así de cerca". En cada cartel se puede observar una imagen en la que se percibe estar presente en una escena que muestra al edificio de la embajada destruido instantes después del estallido. En la foto se ve el humo saliente y se percibe ópticamente que el observador es parte de la escena.

En sintonía con el lema de campaña, en el Congreso de la Nación y en la estación 9 de julio de la línea D de subterráneos se instalaron piezas en acrílico diseñadas por FWK Argentina. Cada una de ellas contiene escombros, una menorá, una cruz, una mochila y un osito de peluche, entre otros objetos de la vida cotidiana de los lugares donde el atentado dejó su huella, aludiendo, todos ellos, a la sede diplomática israelí, a la iglesia, al colegio, y a los peatones que fueron alcanzados por la onda expansiva al momento del estallido.

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