Desde este miércoles, la parada de taxis del Aeroparque Jorge Newbery de la Ciudad de Buenos Aires tendrá una tarifa prefijada, calculada por tótems instalados en ese lugar, que les permitirán a los usuarios conocer el valor de que les corresponderá pagar por su viaje.
La medida, que se extenderá en el transcurso del mes de marzo a Ezeiza, Buquebus y la Terminal de Omnibus de Retiro, apunta a derribar una injusticia recurrente en desmedro de los pasajeros, especialmente de los turistas extranjeros: las tarifas de los taxis en los viajes desde los aeropuertos, puertos y terminales de ómnibus tuvieron desde hace tiempo una volatilidad prácticamente imposible de controlar y que en la mayoría de los casos perjudicó a los viajantes.
Hasta la actualidad, el costo del viaje en taxi en estas paradas de ascenso masivo se medía con el taxímetro en base a tiempo y distancia. Pero ahora la variable del tiempo se dejará de considerar: el precio resultará sobre la base de una fórmula que calcula la distancia en kilómetros a recorrer, la bajada de bandera (10 fichas reloj) y el bulto adicional (5 fichas reloj por cada bulto adicional).
Al margen, el monto final estará sujeto al factor del horario: las tarifas tendrán un incremento del 20% adicional sobre el valor de la ficha del reloj, en los viajes de la franja nocturna, entre las 22 y las 6. Además, en caso de existir peajes durante el recorrido, estarán a cargo del pasajero y no se incluirán en la tarifa declarada en el ticket.
El paso a paso será sencillo: el usuario deberá indicar su destino exacto en el tótem, la cantidad de pasajeros que subirán y señalar si llevan bultos, y se le imprimirán dos tickets (uno para el taxista y otro para el pasajero), con el monto a pagar.
Finalizado el viaje, el pasajero pagará la tarifa con efectivo o tarjeta, como parte de un plan de modernización que prevé el uso del posnet en los taxis y de al menos una aplicación (APP) para recibir los pedidos por parte de los usuarios.
Juan José Mendez, titular de la secretaría de Transporte porteña, dijo que el nuevo sistema "garantizará un servicio más transparente y una experiencia satisfactoria para vecinos y turistas que lleguen a Capital Federal".
"La iniciativa surge de la mano del plan de modernización que estamos haciendo en aeropuertos de todo el país. El principal objetivo es mejorar la calidad en la experiencia de viaje de los usuarios de transporte y de los turistas y terminar con la discrecionalidad", sostuvo por su lado el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich.
En tanto que Patricio Di Stefano, presidente del Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos, acotó: "Con este trabajo conjunto entre los Ministerios de Transporte de la Nación y de la Ciudad de Buenos Aires, estamos dando respuesta a un reclamo histórico de los pasajeros, que eran víctimas de organizaciones que manejaban las paradas y no permitían que otros taxistas trabajaran".
De acuerdo a un relevamiento de fines de 2017, más de 20.900 taxistas distintos pasaron por el área de ascenso de pasajeros en la zona de arribos nacionales de Aeroparque. Diariamente ingresan 800 taxis diferentes en promedio y se estima que antes del nuevo sistema con la barrera electrónica sólo lo hacían 130 autos.
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