"Me ahogué, me quedé sin palabras", atinó a responder Omar Tabarez, el trompeta del Regimiento 25 cuando se enteró que sería parte del contingente de familiares que viajará a las Islas Malvinas el 13 de marzo.
Es que la de Tabarez es una historia que lleva casi 37 años. Como Cabo primero músico del Regimiento 25 fue a las islas como trompeta. Si bien estaba armado, su principal tarea en el esquema de la guerra moderna, en los ataques aéreos ingleses al aeropuerto de Puerto Argentino, fue la de insuflar épica y tocar "a la carga" y así darle ánimos a sus compañeros.
También fue el fiel custodia de la bandera del regimiento, cuyo sol con los sables de algunos de los oficiales de esa unidad quedaron enterrados en las islas, tal como reveló Infobae.
Llegada la rendición, un soldado escocés de nombre Tony Banks, se quedó con su trompeta. Terminaría en una vitrina en un museo privado en las islas británicas. Casi 30 años después, ese mismo soldado, devenido en exitoso empresario, lo buscó para devolvérsela. Y así una fría tarde del 14 de junio de 2010, Tony Banks tocó timbre en la casa de Moreno donde vive Tabarez y sólo le dijo: "Ahora puedo morirme en paz".
Pero esa parábola de la vida del ex suboficial, hoy profesor de Historia -profesión que eligió especialmente para encontrar respuestas a los miles de interrogantes que plantea la cuestión Malvinas- todavía no tiene un fin. Pero sí un por qué.
El Negro Guanes
Sandra Aguirre, la esposa de Tabarez, es la directora de la Escuela 42 de Paso del Rey, donde él mismo también es docente. En el 2017, se decidió ponerle nombre a la escuela y para ello los alumnos votaron entre tres candidatos: René Favaloro, Crucero General Belgrano y Héctor Guanes, un soldado veterano del Regimiento 6 que murió en las islas. Y ganó Guanes.
Pero, ¿quién es Guanes?
Héctor Antonio Guanes vivía en Moreno, era hijo de madre soltera y -fiel a su ascendencia paraguaya- devoto de la Virgen de Caacupé. El Negro Guanes era de pocas palabras, tranquilo, "de mirar más que hablar", según su superior, el hoy coronel Esteban La Madrid, un joven subteniente en Malvinas. Refieren que era un morocho de pelo duro muy querido en el grupo. Integraba una sección de tiradores de la Compañía B del Regimiento 6 de Mercedes.
En la noche del 12 de junio, el Comando 45 de Royal Marines atacó sus posiciones en el Monte Dos Hermanas. Primero hubo un bombardeo muy intenso, luego se combatió y por último, se ordenó repliegue hacia Monte Tumbledown, maniobra que ya habían practicado.
En el momento en que se estaban replegando, cayó un proyectil inglés que hirió gravemente en las piernas a Guanes, que formaba parte de la retaguardia de combate. Como perdía mucha sangre, le hicieron un torniquete y el soldado Walter Goñi le aplicó morfina.
Con los ingleses a escasos 100 metros, Guanes fue cubierto con una sábana blanca, que era el método de identificar a los heridos. Cuando horas después algunos soldados argentinos se infiltraron en territorio que ya dominaban los ingleses en búsqueda de víveres, vieron la sábana pero Guanes ya no estaba. Sus compañeros creyeron que quizás haya sido atendido por los ingleses.
De regreso al continente en El Bahía Paraíso, pensaron que verían a Guanes en la enfermería. Pero no fue así. Había fallecido. Y cuando llegaron a puerto, no tuvieron el valor que habían desplegado en las islas: nadie se animó a decirle a la madre de Guanes la verdad.
El doble mandato de Tabarez
Tabarez viaja ahora, por primera vez a las islas con un doble mandato. Acompañará a los familiares de los caídos y tocará el minuto de silencio y así se reemplazará el sonido de las gaitas que venía acompañando estas ceremonias. La iniciativa partió de la Comisión de Familiares, que le propuso a la embajada británica la posibilidad de llevar a un trompeta, y que el candidato con todos los votos era Tabarez.
Pero también llevará los homenajes que los propios alumnos de la Escuela 42 ya le están preparando a Guanes: un rosario, junto a imágenes de la escuela con su nombre, que Tabarez dejará en la tumba del soldado.
Tabarez está emocionado. Le dijo a Infobae que este viaje será como "acariciar el alma de los caídos". No para de agradecerle a su hijo que hace un tiempo logró que sacase el pasaporte junto a su DNI.
Habló del viaje con su psiquiatra. "Estoy bien, estoy preparado. Sé que los compañeros que quedaron en las islas me van a acompañar", afirmó y se permitió un momento para distenderse, cuando comentó: "Quién le dice que haga un toque a la carga". Pero enseguida aclaró que era una broma.
Igual, Tabarez no se conforma. "Sería lindo poder recorrer todos los lugares donde estuve, especialmente Puerto Argentino", apuntó.
Dice que le gustaría visitar el lugar donde habían sido enterrados, el 3 de junio de 1982, el teniente Dachary, el sargento primero Blanco y los soldados Lamas y Diarte, muertos durante un bombardeo, y donde él fue requerido para homenajearlos. Pero sabe que éste será un viaje en que las emociones se comprimirán en un día, aunque queden guardadas en el alma para siempre.
En la escuela, que desde el 6 de octubre de 2017 lleva el nombre de Guanes, se guardan sus medallas. Tenía un hermano, pero hace tiempo que le perdieron el rastro. Su mamá ya falleció.
Y Tabarez, nuevamente con su trompeta a cuestas, pisará Malvinas después de 37 años. Qué mejor oportunidad para contarle a Guanes, en la fría turba de Darwin, que hay una escuela que lleva su nombre y que no fue olvidado. Que no es poco decir.
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