Video: @HernanMundo
Hace años, los futuros egresados del nivel secundario -y en algunos pocos casos, también de primario- empezaron a organizar festejos antes del arranque del ciclo lectivo. Con ruido, bombas de estruendo, cotillón y bailes, a esa jornada la bautizaron como el "último primer día" (o #UPD), un preanuncio de cómo experimentarán los adolescentes el cierre de esa etapa de sus vidas.
La costumbre se fue extendiendo en todo el país. Este 6 de marzo, día en que comienzan las clases en algunos distritos, amaneció con varios festejos en las calles frente a los colegios, según puede verificarse con los hashtags #UPD o #ultimoprimerdia en las redes sociales como Twitter e Instagram.
Las modalidades pueden ser muy variadas. Al igual que en las fiestas de fin de año de egresados, algunos prefieren alquilar un bus "de fiesta". Otros, reservan quintas o boliches, o bien utilizan alguna propiedad espaciosa de los padres de algún alumno para organizar la juntada.
El concepto del UPD es compartir la noche anterior o el fin de semana previo quienes estén cursando el último año del ciclo lectivo de la escuela secundaria. Se trata del inicio de una lenta despedida que se extenderá a lo largo de todo el año.
La idea es que en la fiesta sea todo excesivo y haya mística carnavalesca: comida abundante, bebidas alcohólicas, color, espuma, cotillón y alguna cuota de "descontrol".
Algunos cursos suman una remera que los identifique, que pueden estar recicladas o intervenidas.
Por lo general, cada curso o grupo de estudiantes designa a responsables de la recolección del dinero, de las compras, de la decoración, y de la contratación del salón y transporte en caso de ser necesario.
Luego de pasar la noche juntos, los adolescentes asisten a las aulas para empezar su último año en el secundario.
En las ciudades y pueblos del país, el "último primer día" se ha vuelto un paisaje corriente en la entrada de los colegios al comienzo de marzo. Pero la tradición vino de la mano de la incomodidad de los vecinos, comerciantes y familias por igual.
"Días de Ultimo Primer Dia, despertarse a la madrugada por ruidos callejeros de batucada", escribía el usuario de Twitter @ArchieCoria con emojis de enojo. "Los odioooo, hace 2hrs que me desperté del quilombo que están haciendo en zona #ParqueRivadavia", completaba la cuenta @Gisela_GSC. "Desde Liniers que me baje del micro pase por 8 #UPD diferentes", describía el usuario @lucascavs.
De la periferia al centro
La moda arrancó con fuerza en el interior del país, siendo pioneras las provincias de Mendoza y San Juan. Justamente en el primer distrito cuyano, -debido a que estos festejos siempre incluyeron pirotecnia, cortes de calle y consumo excesivo de alcohol- se dictó un restrictivo Código de Faltas que sanciona duramente a las familias cuyos hijos cometen contravenciones.
Uno de los objetivos de estas penalidades es aminorar los riesgos de estos eventos para la salud y seguridad de los menores, y que sean los propios padres los que se responsabilicen adoptando medidas de prevención.
En otras ocasiones, los festejos pueden finalizar abruptamente con una intervención policial.
Fue lo que sucedió en las últimas horas en el barrio Siglo XX de Santiago del Estero, cuando la División Prevención y Protección Contra el Alcoholismo de la fuerza provincial desalojó una casa con menores de edad reunidos para celebrar el "UPD" y secuestró una gran cantidad de bebidas alcohólicas.
En varias provincias y municipios implementaron multas para los propietarios que presten o alquilen fincas o viviendas para la organización de este tipo de festejos.
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