Francisco Giovanoli (31) fue diagnosticado con epilepsia a los seis años y a los 10 empezó a sufrir convulsiones. A los 19, después de haber pasado toda su vida medicado con fármacos que le producían numerosos efectos adversos, conoció la marihuana medicinal, se sintió mejor nunca y abandonó el tratamiento convencional para volcarse de lleno al autocultivo de la planta para producir su propio aceite de cannabis.
Un tribunal podría condenarlo por el uso terapéutico de marihuana a una pena de hasta 15 años de prisión por el artículo 5 de la Ley 23.737 por la siembra, el cultivo de planta y la guarda de semillas.
Pero el periplo judicial contra Francisco empezó hace cinco años, cuando la Policía Federal allanó su casa en Puerto Madryn donde cultivaba sus plantas para abastecerse del aceite que utiliza para aplacar su enfermedad, y estuvo detenido una semana.
"En el año 2014 por una supuesta denuncia anónima le producen un allanamiento por orden de un fiscal y un juez y le encuentran poco más de 40 plantas, la mayoría sin floración -lo que se conoce como plantines- que necesitaba para todo el año", explicó Mariano Fusero, abogado penalista, presidente de la ONG Reset, a Infobae. "Las personas que la usan con fines terapéuticos necesitan una cantidad considerable de plantas", agregó.
"Le empezaron un proceso penal, lo procesaron y ya van cinco años de indefinición del futuro de Francisco, si será la libertad o el encierro. Hoy un tribunal federal lo va a juzgar y la condena que le podría llegar a corresponder es de 4 a 15 años que, para tener una consideración de la desproporción punitiva, es el máximo para un delito de violación", resaltó Fusero.
En 2012 Francisco se cansó de vivir con las reacciones adversas de sus medicamentos prescritos de los que dependía, como náuseas, adormecimiento, el riesgo constante de una insuficiencia hepática fatal, problemas de metabolismo, pérdidas de concentración y la sensación de vivir dopado. Por eso empezó a buscar terapias alternativas y la que más lo convenció fue el uso del cannabis medicinal.
"Fue un cambio de autonomía, volví a trabajar", dijo Francisco en una entrevista con la Radio 100.1 de Comodoro Rivadavia. "Podía pensar más rápido, tenía lecturas sostenidas, podía interrelacionar y hacer relaciones de conceptos de hechos sociales y políticos; todo eso con la medicación no pasaba". "Yo sé que eso me estaba haciendo bien, me guié por el principio de autodeterminación. Dejé de tener crisis hasta el día que me allanaron", contó.
Reset, la organización de política de drogas y derechos humanos que preside Mariano Fusero, no sólo acompaña, informa y asesora a la defensa pública de Giovanoli (a través de las abogadas Marianela Holm y Florencia Savariano) sino que también se presentó como amicus curiae ("amigos del Tribunal"), para "brindar información al jurado sobre una cantidad de casos con mayor cantidad de plantas en los cuales las personas fueron sobreseídas y un análisis crítico de lo que sería la legislación actual de fines medicinales".
"La retórica de la ley -explicó Fusero sobre la normativa aprobada en 2017– buscaba impedir el autocultivo para que no se direccione al mercado ilegal, y está pasando todo lo contrario". La ley y un decreto posterior que la modifica, según él, "lo que hacen es condenar a las personas a la clandestinidad, direccionar la demanda hacia el mercado ilegal".
"Así vemos cómo crece la venta clandestina en foros de aceite de cannabis, en donde por ejemplo llegan a cobrar por unos pocos mililitros hasta 6 mil pesos", agregó el especialista, ex integrante de la Sedronar.
"La ley estableció un programa de investigación al que solo pueden entrar pacientes niños y jóvenes adultos con epilepsia refractaria por considerar que es en torno a la que hay mayor evidencia científica internacional de su efectividad", señaló. "Después dos años recién está el primero en el Hospital Garrahan con 21 casos de niños con epilepsia refractaria que usan aceite importado canadiense. Es decir, el programa empieza a investigar en torno a la enfermedad para la que afirman que ya hay suficiente evidencia. No tiene sentido".
De esta manera, Francisco no tiene forma de acceso legal a la sustancia. "Como el autocultivo sigue siendo penado y ven como agravante la cantidad, a pesar de que no hay un solo indicio o prueba de venta, el proceso sigue", indicó Fusero.
"A 10 años del emblemático fallo Arriola de la Corte Suprema [por el cual se dejó sin efecto una condena un caso de tenencia para consumo personal de marihuana] todavía no se modificó la ley a pesar de que hay 25 proyectos para despenalizar la figura de tenencia para consumo", sostuvo el letrado. "Así los consumidores son retenidos, requisados y procesados por la Justicia en un dispendio de recursos desmedido".
"Esto ya fue analizado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación y otros tribunales menores", insistió Fusero. "Hubo personas que fueron sobreseídas mucho antes por lo mismo. Incluso en Madryn, la misma jurisdicción, un juez autorizó a una mujer a cultivar 25 plantas para proveerse de la misma sustancia con fines terapéuticos".
A las 17, el Tribunal Oral y Federal de Comodoro Rivadavia, presidido por Enrique Jorge Guanziroli e integrado por la jueza Nora Cabrera de Monella y Alejandro Ruggero, dará inicio al juicio contra Francisco donde sus defensores intentarán probar que el joven necesita el aceite de cannabis para esta bien y no perjudica a terceros con su autocultivo.
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