"El anuncio que busca ya finalizó", se lee desde está mañana en ebay, una de las tiendas de internet más famosas del mundo. La oferta que ponía a la venta el casco de un soldado argentino de la guerra de Malvinas, ya no está online.
El casco, perforado por las esquirlas de un mortero, lleva el nombre de quien fue su dueño en 1982: Jorge "Beto"Altieri. La publicación aclaraba que el soldado estaba vivo, y que su precio era de 10.500 libras esterlinas, un poco más de 13.000 dólares o medio millón de pesos argentinos.
Pero la venta se suspendió. El vendedor, de nombre Bruce o blackrottie, según su user de coleccionista, la eliminó 36 minutos antes de dar por finalizada la subasta. Veterano de otras guerras y coleccionista de objetos bélicos, el británico recibió infinidad de mensajes intimidatorios y amenazas que lo hicieron tomar esa decisión.
Ayer Infobae publicó la historia de Jorge "Beto" Altieri, el soldado del Regimiento 7 que combatió y fue herido en el Monte Longdon. El héroe contaba que deseaba "recuperar ese casco tan importante en mi historia".
"Para mí era y es muy importante tenerlo. Es el casco que me salvó la vida, que me permitió formar una familia, que me permitió caminar por el país hablando con cada uno de los que estuvo en Malvinas", le confesó con emoción a este medio.
Esta mañana, a las nueve en punto -cuando faltaba una hora para el cierre de la subasta-, el veterano argentino se sentó frente a la computadora para ver qué ocurría con su casco. No tenía la plata para comprarlo, pero necesitaba saber el destino final de ese objeto que en la guerra lo había salvado de una muerte segura. Grande fue su sorpresa cuando se dio cuenta de que ya nadie podía ofertar: la publicación había sido eliminada.
"No sé qué habrá pasado. Esperé 37 años para recuperarlo, puedo esperar un poco más. Yo soñaba con tenerlo entre mis manos, mostrárselo a mis hijos, e ir hasta Corrientes para hablar con el gobernador y decirle que esto hicimos nosotros en la guerra y que las familias de los caídos en su provincia no cobran la pensión provincial", dijo a Infobae.
La nota de Infobae hizo que su historia tomara estado público y que muchos lo llamaran para solidarizarse: "Me ofrecieron hacer colectas para que comprara el casco, pero sentí que no podía pedir tanto", confesó.
Al mirar las fotos señala cada una de las heridas que tiene su casco. Rememora cómo las esquirlas de un mortero británico lo lanzaron hacia atrás en la cima del monte. "Sentí la sangre que corría por mi cara, me agarré la cabeza porque el dolor era insoportable, quise pararme pero no pude", le relató a Infobae.
Cuando se cumplieron 30 años de la guerra, Altieri descubrió por primera vez que su casco estaba en una venta online.
"Me llamó un muchachito y me dijo que estaba siendo rematado en Londres. 'Tiene su nombre, es su casco', me dijo. Cuando vi la foto, lo reconocí inmediatamente: tenía marcado el impacto. Quise comprarlo en el remate y, faltando un minuto para cerrar la venta, un hombre inglés ofreció mucha más plata y me ganó", recordó.
El británico Bruce fue quien compró el trofeo de guerra aquella vez hace casi siete años. Y es el mismo hombre que lo había puesto en venta en ebay hasta esta mañana. El inglés dice que es propietario de otros cascos, que tienen un valor que oscila entre las 5 mil y 6 mil libras."Pero este casco tiene además la perforación de los impactos que provocaron las graves heridas al soldado, y eso lo hace una pieza única", le dijo a Infobae mientras lo tuvo a la venta.
Para el inglés el casco era un objeto de valor para sumarlo a su selección de pertrechos bélicos, aseguran quienes conocen su pasión de coleccionista. Cuando lo vio por primera vez supo que era una pieza importante y comenzó a investigar en la web. Encontró en Wikipedia y en otros sitios, notas sobre la batalla del Monte Longdon y entrevistas a Beto Altieri. Reunió toda la información y, junto con las fotos del casco, la compartió online con otros coleccionistas y entusiastas, incluido el sitio argentino 1982 Militaria Forum. "No estoy solo en esta pasión de buscar objetos bélicos. Los argentinos no solo recolectan artículos argentinos -cascos y otros elementos- sino también artículos británicos", le contó Bruce a un conocido cuando obtuvo el preciado casco de la guerra de Malvinas.
La decisión de eliminar la publicación la tomó después de recibir más de 12 mensajes con insultos y amenazas que comenzaron desde que se conoció la noticia. El inglés aseguró que esta no es la primera vez que su usuario de la tienda online -y hasta en su teléfono móvil- es destinatario de mensajes agraviantes con relación al casco de Altieri.
"Un casco de la Segunda Guerra mundial por sí solo, sin nombre, se ha rematado hace poco tiempo en 55 mil libras", le había dicho ayer a Infobae como explicación a la venta del casco de Malvinas. "Las militarias u objetos de colección de la guerra de Malvinas tienen un precio infinitamente menor, pero este caso es especial. Combina la historia del soldado, el hecho de que esté vivo y tenga su nombre, y que la batalla de Monte Longdon haya sido la más importante para el Regimiento De Paracaidistas III británico", aseguró.
La publicación de Bruce invitaba a los compradores a ofertar: "Una rara oportunidad de poseer una pieza impresionante de la historia militar de la infame y sangrienta Batalla de Monte Longdon, que tuvo lugar los días 11 y 12 de junio de 1982, durante la Guerra de Malvinas. VGM Jorge Beto Altieri, recibió severas lesiones en la cabeza causadas por la metralla de los morteros británicos". Y debajo, el precio de 10.500 libras.
"Ahora ya nadie lo va a comprar, y esta es una nueva oportunidad para mí", se ilusionó Altieri frente a este medio.
Lleva su chaqueta militar con las medallas que ganó combatiendo en la guerra. "Defendiendo mi Patria", dice. Cuando regresó al continente la gravedad de las heridas hizo que fuera operado en el Hospital Regional de Comodoro Rivadavia, donde durante su recuperación se fotografió junto a su padre.
"Esa foto se convirtió en un símbolo: es la que me recuerda cada día el milagro de estar vivo", confiesa.
Las secuelas del impacto de aquellas esquirlas que perforaron su casco, aún hoy pueden verse. Beto no puede mover su brazo y pierna derecha, perdió su ojo izquierdo y perdió parte de la audición. "Es como si estuviera bajo el agua", explica.
"Malvinas está presente todos los días en mi vida, porque cuando me levanto me tengo que vestir con una mano, atarme la zapatilla con una mano, limpiarme el ojo, con una mano. Me miro al espejo y veo Malvinas. A pesar de las terribles secuelas que enfrento a diario sé que sin ese casco yo no estaría vivo. Y por eso sueño con volver a tenerlo conmigo", concluye.
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