"Un amor de verano": el proyecto por el que cientos de personas conversan con desconocidos por correo electrónico

Durante dos meses, más de 600 personas intercambian mails con un "amigo" o "amiga" que les fue asignado al azar. De amistades intensas a romances incipientes, todo cabe en cada uno de los mensajes que componen este proyecto epistolar

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La consigna que se lee
La consigna que se lee en unamordeverano.com

"Me la paso saboteando los finales de cosas que empiezo a escribir porque me aterra que alguien lo vea", le escribe "Sof" a Rocío para explicar por qué se anotó en este intercambio. "Entonces me pareció una gran idea empezar por escribirle cosas sin sentido a un desconocido".

Aunque no se conocen, hace un mes que hablan por correo electrónico, comparten intimidades y secretos inconfesables, hablan del amor y del desamor, buscan gustos en común, se cuentan sobre sus familias. Las dos forman parte de "Un amor de Verano", un proyecto epistolar virtual que se extiende de enero a marzo, donde a cada inscripto le es asignado un "amigo" o "amiga", ante quien abrirse sin miedo. "Sof" dio en el clavo: la esencia del proyecto radica en la escritura, en la revelación de la intimidad a través de las palabras y en la forma en que esta se da cuando quien lee es un extraño.

La idea es de Tamara Talesnik  (24) y Tomás Guarna (24). "Estábamos en un taller de escritura y espontáneamente se nos ocurrió", dice Tomás a Infobae. "Está siendo muy generoso porque la idea fue suya", acota Tamara. "Se le ocurrió hacer una especie de intercambio de mails entre gente de talleres y mi aporte fue decir que lo abriéramos en redes sociales a la gente que nos sigue y a los que siguen a los que nos siguen".

El inicio de uno de
El inicio de uno de los mensajes que aparecen en el último newsletter

"La reacción fue muy rápida", explica Talesnik, que programa cursos y talleres literarios en una librería y es periodista de espectáculos. "La gente se copó y se empezó a anotar. Un día había 50 y al otro pasamos los 100. Yo decía 'cerremos la inscripción' y de repente ya había 500. Tuvimos que poner una lista de espera".

En la página unamordeverano.com la consigna era tan simple como intrigante y la idea se presentaba como un proyecto de "escritura colectiva": "Al inscribirte se te asigna un amigue (sic) por correspondencia con el que intercambiarás mails hablando de lo que sea, durante dos meses". Así de sencillo.

Como requisito había únicamente que enviar una pequeña autobiografía. "Hay gente que escribía 'me gustan los animales' y gente que escribió la historia de su vida", dice Guarna, que trabaja en comunicación digital.

También, para tímidos y voyeurs, está la opción de anotarse a un newsletter, para recibir por correo una selección de "destacados" de entre los miles de textos que se envían.

"Ellos nos mandan las cosas que consideran valiosas, nosotros las curamos, hacemos un recopilado y lo envíamos", explica Tomás, quien aclara nuevamente que quienes aparecen en el newsletter -donde no figuran nombres o direcciones de correo- lo hacen voluntariamente. "Somos muy cuidadosos con eso".

Tomás Guarna y Tamara Talesnik,
Tomás Guarna y Tamara Talesnik, los ideólogos del proyecto

Tamara se sorprendió con el entusiasmo: "Algunos nos mandan la cadena entera, otros solamente un fragmento de sus compañeros, o fragmentos propios. Muchos hicieron una curaduría que me pareció muy llamativa y nos mandaban citas destacadas. Ponían 'me encantó esto que me escribieron', o nos mostraban fotos y dibujos que se enviaban".

A un mes y medio de su inicio, hay 666 participantes -es decir, 333 "amistades" virtuales- y 784 inscriptos en el newsletter. Aunque la gran mayoría están en sus veintitantos y son de Buenos Aires, también hay participantes de todo el país, de Uruguay y hasta de los Estados Unidos. Todos los menores de edad fueron agrupados con otros menores de edad pero hay intercambios donde la brecha es enorme. Hay amistades donde uno tiene 18 años y el otro 50, por ejemplo, y hay personas de hasta 70.

A un mes y medio de su inicio, hay 666 participantes -es decir, 333 “amistades” virtuales- y 784 inscriptos en el newsletter

Además del newsletter, Tomás y Tamara envían un correo que ellos bautizaron como "arenga". "Proponemos temas de discusión e invitamos a que nos contesten cómo la están pasando", explican. "De esa manera nos enteramos de historias muy interesantes e intensas".

Las respuestas, otra vez, los sorprenden: amistades que ya parecen indestructibles entre personas que de otra manera no se hubieran cruzado nunca, algunos romances exitosos, otros fallidos y hasta quienes celebran haberse animado a la escritura a partir de la conversación con su compañero o compañera.

Hay participantes de todas las
Hay participantes de todas las edades, de Buenos Aires, del interior y hasta de Uruguay

"Creo que es una excelente excusa para ponerse a escribir", opina Tamara. "Esto es un proyecto de escritura creativa. Tener una persona que te lee y te hace un feedback está buenísimo y genera una sinergia muy interesante", concuerda Tomás. Sin embargo -y en esto son contundentes- la clave es que termine. "No sabemos todavía si esto se va a repetir. Pero nos parece valioso que sea así. Como un happening, que tiene un principio y un final", opina Tomás. "Si después quedan vínculos y se siguen relacionando toda su vida, buenísimo. Pero esto tiene una duración".

“Hay cosas que suceden en el verano que no suceden después. Es un momento especial en todo sentido”

El condimento estival tampoco es menor. Según reflexiona Tomás, la forma en que cambian los ánimos, los vínculos y las historias en los veranos está estrechamente relacionada con la esencia del proyecto . En el hemisferio Sur más todavía con el cambio de año: "Hay cosas que suceden en el verano que no suceden después. Es un momento especial en todo sentido".

El nombre del proyecto -que alude inevitablemente a una famosa canción de la banda Airbag del año 2006- sin embargo, despertó alguna que otra confusión, admite Tamara. "Había gente que pensaba que era una especie de Tinder analógico y no es así. O gente que se shockeaba porque le tocaba gente del género que no querían. El objetivo no era ese, pero aún así, sí hubieron historias de 'pegué onda, me terminé encontrando y salió bien'".

Rocío le preguntó a “Sof”
Rocío le preguntó a “Sof” por qué se anotó en este proyecto

De todas formas, los dos organizadores instan a que los encuentros, en lo posible, queden para el final de los dos meses y que los participantes no se escriban por WhatsApp. Que todo tipo de comunicación ocurra vía e-mail.

También, aunque en general los vínculos funcionaron bien, hubo algunos casos de personas que no congeniaron. "En el primer mail que mandamos pusimos que si alguien se sentía incómodo, que nos avisaran, porque aunque sea vía email puede haber incomodidad", cuenta Tamara.

"Nos pasó por ejemplo con una persona que nos escribió para avisarnos que no estaba conectando con su compañero. En esos casos se reasigna y nos ha pasado que después nos avisen lo bien que la están pasando con sus nuevos compañeros", agrega.

"Ay qué fuerte, esto no se lo diría a ninguna amiga", se lee en uno de los destacados del newsletter entre dos chicas. En esos recortes es evidente la intimidad que se produce cuando los "amigos" empiezan a conocerse. A Tamara no deja de parecerle increíble: "A mí lo que me llamó mucho la atención es por ejemplo intercambios como el de una chica que escribió un mail interpretando y tirando ideas sobre la situación amorosa de su compañero, una persona que no conoce y que nunca vio en su vida, con un compromiso total. Estaba tratando de ayudarlo de verdad".

“A mí personalmente me parece que no hay nada más interesante que conocer un universo que no es el tuyo”

Ellos mismos, además, también participan. Tamara habla con una chica que está viajando en el Sudeste Asiático y Tomás con un chico a quien, dice, le gusta contarle sobre su vida personal. "A mí personalmente me parece que no hay nada más interesante que conocer un universo que no es el tuyo y conocer cosas que a tu entorno o a vos mismo no te pasan", dice Tomás.

"Con las redes sociales a veces ese tipo de contacto, el de conocer a alguien muy distinto, no pasa", piensa Tamara. "Eso es lo más interesante de todo, poder compartir lo que hace uno, tu universo personal".

María (22) vio la convocatoria en Twitter y le dio curiosidad poder interactuar con alguien de esa forma. "Al estar 'forzado' a entablar un vínculo, siempre lo mejor es hablar de cosas de las que tal vez con tus amigos en otro contexto no hablás. Yo al tercer mail ya le estaba contando de la primera vez que me enamoré", dice. "Al ser el otro un desconocido sentís que no van juzgarte. Te lleva instantáneamente a contarte cosas más profundas o personales. También hablamos de música, libros y mucho de cine". Para Tamara, las historias menos espectaculares que surgieron son también las más fascinantes.

"Muchas parejas nos contaron que quedaron en encontrarse cuando termine el proyecto, pero además nosotros vamos a hacer un encuentro a fin de mes con todos los que quieran participar", revelan. "Ahí vamos a hacer una lectura de los mails y terminar el proyecto con una gran fiesta donde nos veamos las caras". Aunque creen que todos los participantes "posiblemente ya se deben haber recontra stalkeado", están ansiosos por el momento donde todos se verán por primera vez sin teclado de por medio.

Sin dudas, para ellos, la propuesta fue exitosa: "Pensamos que iba a ser algo de 40 personas". "Cuando hicimos el primer mail nos llegaron muchas respuestas de gente temerosa por la diferencia de edad o con miedo a no tener nada en común", cuentan. "Pero el nivel de intimidad que hay y lo auténtico de las emociones que se comparten habla por sí solo", concluye Tamara.

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