Ushuaia dejará de ostentar formalmente el título de "la ciudad más austral del mundo" a partir del mes de marzo. Con el apoyo del gobierno de Sebastián Piñera, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de Chile resolvió elevar a rango de ciudad a Puerto Williams, una localidad que hasta ahora era considerada como un "poblado".
Según la prensa chilena, el organismo estadístico catalogará como ciudad a los centros urbanos que "cuenten con más de 5.000 habitantes, con excepción de aquellos que cumplan con la característica político-administrativa de capital regional o provincial". Entre esas excepciones figura Puerto Williams, ubicado en la ribera norte de la isla Navarino, en la orilla al sur del canal del Beagle.
Los funcionarios chilenos que apoyaron la iniciativa basaron su criterio a la "Convención de Praga" del año 1966, la cual califica como ciudad a los centros urbanos que sean capital administrativa y tengan entre 2 mil y 10 mil habitantes, entre otras características.
En el caso de Puerto Williams, un censo realizado en 2017 por Chile arrojó que el sitio tiene 2.063 habitantes. Si bien no alcanza el umbral mínimo de 5.000 residentes, el que sea la cabecera de una gobernación, cuente con una municipalidad, bomberos, estación policial y hospital -entre otros servicios elementales- y no tenga una población rural mayoritaria, le permite cuadrar el rótulo de "ciudad".
Antes de que se produjera el cambio de denominación, Ushuaia esgrimía eltítulo de "ciudad más austral". Con una población fija de cerca de 80 mil habitantes, hacía gala de esa condición pese a a estar más al norte del mencionado "ex poblado" chileno. No obstante, lo cierto es que cada país puede adoptar una definición diferente sobre lo que define como "ciudad" en su territorio soberano.
Señales de alerta
El anuncio de Chile generó una reacción dispar en la provincia de Tierra del Fuego. Desde un punto de vista turístico, la emblemática ciudad patagónica ya había dejado en el tiempo la apuesta comercial de ser el punto "más austral" del globo. En su lugar, buscó promocionar lo que los fueguinos llaman "marca Ushuaia". Así lo volvió a recordar esta semana su intendente, Walter Vuoto, en la apertura de las sesiones ordinarias en el Concejo Deliberante local.
Sin embargo, desde la gobernación no dudaron en marcar algunas señales de alerta. "A mí no me preocupa lo que haga Chile, sino lo que no hacemos nosotros como país. Seguimos teniendo ventajas, pero ellos están avanzando y nosotros seguimos estancados, tanto en Tierra del Fuego como en otras regiones turísticas del país", señaló a Infobae el vicegobernador Juan Carlos Arcando.
"No hay una visión de desarrollo en el gobierno nacional. Está faltando una mayor difusión en el exterior y es un trabajo que deben hacer las embajadas y los consulados argentinos", planteó Arcando, quien además propuso un "trabajo conjunto" entre la patagonia chilena y argentina para promover la región.
El presidente del Instituto Fueguino de Turismo, Luis Castelli reconoció que no hay mucho para discutir sobre la cuestión geográfica y las nuevas definiciones del INE chileno. Pero manifestó que esa particularidad solo "se trata de un atributo" entre otros y reinvidicó la "marca Ushuaia".
"Nosotros tenemos otros atributos como la infraestructura, el aeropuerto, el puerto, la calidad de los servicios o la diversidad de la oferta turística. Todo esto apuntala nuestra marca. Probablemente dejemos de ser la ciudad más austral del mundo, pero el sello de ser el fin del mundo sigue siendo identitario de Ushuaia y de Tierra del Fuego", opinó Castelli ante un medio local.
Más allá de las discusiones geográficas y de política exterior, lo cierto es que Ushuaia logró un desempeño positivo esta temporada. Después del extraño "veranito" de enero, donde hubo días que se alcanzaron temperaturas superiores a los 30 grados, el centro turístico registró picos de ocupación hotelera del 90% en sus 6.500 camas disponibles.
El secretario municipal de Turismo, José Luis Recchia, explicó que el fenómeno se debe a varios factores, como la llegada de cruceros a la isla y la apreciación cambiaria del dólar, que atrajo más turistas argentinos a los destinos locales.
"Están llegando muchos visitantes. El turismo nacional, que durante los últimos años miraba para afuera, este año miró hacia adentro para tomarse las vacaciones. Y la actividad de cruceros creció entre un 25 y un 28%, lo que también favorece el movimiento económico", resaltó Recchia a la prensa local. "El fin de semana pasado llegaron más de 7 mil cruceristas. Estuvieron 12 horas en Ushuaia pero cada uno realiza un gasto. Van al Parque Nacional, hacen un city tour, compran en el centro y almuerzan o meriendan. Todo eso nos favorece", agregó.
Festejos en el país vecino
En el otro lado de la Cordillera de los Andes, la noticia fue celebrada por las autoridades y operadores del sector turístico. El director de la Cámara de Turismo local, José Soto, resaltó en el diario El Mercurio que antes eran "un pueblo, y se veía chiquitito al competir con Ushuaia. De aquí en adelante vamos a posicionarnos con este tremendo título que se veía lejano e inalcanzable".
El intendente de Magallanes y de la Antártica Chilena, José Fernández, señaló que la recategorización "traerá un sinnúmero de beneficios a sus habitantes". Y subrayó: "Con esta nueva categoría se podrá acceder a otro tipo de proyectos de infraestructura estatal".
"Esto tiene una tremenda importancia, marca un antes y un después. Todos sabemos que hay muchos turistas que les gusta llegar a los lugares icónicos, y obviamente llegar a la ciudad más austral del mundo es un punto especial que hace que quieran llegar a este punto geográfico", insistió el gobernador la provincia Antártica Chilena, Juan José Arcos, uno de los principales entuasiastas del cambio de categoría.
El sur patagónico es un foco de atención creciente de parte de las más altas autoridades chilenas. En enero, el presidente Piñera jerarquizó la zona con un viaje institucional hasta Puerto Williams a raíz del 40° aniversario del conflicto por el Canal del Beagle, que dejó en 1979 a Argentina y al país vecino al borde de la guerra. El mandatario chileno hizo de anfitrión de una ceremonia en la que condecoró a unos 30 veteranos que revestían entonces en las fuerzas armadas. Síntomas de que las disputas del pasado pueden reaparecer, aunque afortunadamente bajo formas más amables.
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