La investigación por la muerte del Lucas Lin, el nene de 5 años que murió ahogado en la pileta de la colonia del colegio Lincoln en La Plata, comienza a tomar fuerza con nuevas medidas de prueba. La novedad más importante es que son tres las personas que la justicia platense tiene en la mira: el guardavidas Martín Arguelle, la coordinadora del lugar y una auxiliar. Si bien formalmente no están imputados, la fiscal de la UFI 15 Cecilia Corfield entiende que son los principales responsables de haber perdido de vista al menor.
El documento más trascendente con el que cuenta la fiscal hasta el momento es el resultado parcial de la autopsia. Los peritos concluyeron que la víctima murió por "asfixia por sumersión". Es decir, se ahogó. Sin embargo, aún restan los resultados definitivos que estarán recién la semana que viene.
Por el momento, las declaraciones de los apuntados no tienen fecha. La fiscal Corfield quiere esperar a tener resultados definitivos de la autopsia y más pruebas para fijar día y hora de declaración indagatoria. Se descarta que es cuestión de días para que sean formalmente imputados por homicidio culposo.
A las 15 de este miércoles, un equipo de especialistas llegó al predio donde ocurrió la tragedia para realizar una inspección ocular. El momento del día elegido no fue al azar. A esa misma hora los responsables de cuidar a los chicos aseguran que perdieron de vista a Lucas. "Fue sólo para tomar imágenes de la pileta a la misma hora del hecho y con la misma luz del sol", reveló una fuente del juzgado. Es que el guardavidas dijo, en su declaración ante la policía, que la luz solar le impedía ver la parte de la pileta en la que supuestamente se encontraba Lucas y que por eso se olvidaron de él cuando sacaron al resto de los menores.
Mientras todas estas novedades comenzaban a sucederse, entre el mediodía y el comienzo de la tarde del miércoles un abultado grupo de personas llegaba a la puerta del supermercado "Don José", en el centro de La Plata. Es el comercio que hace 20 años fundó José Lin, el abuelo de Lucas. La mayoría de quienes llegaban son integrantes de la comunidad china. Los Lin son una de las familias asiáticas más conocidas en la zona. Todos llevaban en la mano pancartas con la foto del chico. El ambiente fue tenso. Cada uno de los presentes sintió la pérdida de Lucas como propia. Todos quisieron hacer oír el reclamo y saludar a los padres. Además, se preparaban para marchar desde ahí hasta el Colegio Lincoln exigiendo respuestas. "Pocas veces la comunidad china se juntó en tanta cantidad para pedir justicia por una muerte. Por lo general son muy reservados con estos temas", dijo uno de los presentes.
En el interior del comercio se encontraba la familia de Lucas. Padres, abuelos y tíos. Lloraron, se abrazaron y consolaron en su idioma. Estaban con las luces apagadas, casi a oscuras. Sólo iluminados por los tímidos rayos de sol que entraban por las ventanas. La noche anterior, en una reunión familiar, habían decidido abrir las puertas del súper como todos los días. Llegaron muy temprano y lo intentaron pero no pudieron. El dolor pudo más y no tuvieron fuerzas para atender a los clientes.
José Lin llegó al país hace 23 años. Primero lo hizo sólo. Luego llegó su único hijo varón, Min, el papá de Lucas. Desde esa época hasta ahora viven de los supermercados que fundaron. Tienen dos. Ambos en la ciudad de La Plata. "Son una familia de clase media. Laburantes. Viven para su trabajo. Incluso ayer era el tercer día que Lucas iba a la Colonia. Lo llevaron porque no podían cuidarlo por la cantidad de horas que le dedican a los supermercados. También, ese mismo día, estaba su otro hijo que es más grande. Por suerte estaba en otro sector y no vio lo que pasó con su hermanito.", señaló Gastón, amigo de la familia y quien ofició de vocero desde que ocurrió la tragedia.
Min es claramente el que más afectado está. Cada tanto salió a la vereda para saludar a las personas que iban llegando. Algunos son vecinos de La Plata, otros vinieron desde capital, algunos de zona norte. Incluso llegó gente de Mar del plata para apoyarlos. Entre lágrimas contó cómo fue el momento en el que se enteró lo que pasó: "Me llamaron y me dijeron ´Hola Papá de Lucas ¿puede venir al campo de deportes?´ Yo no entendía lo que pasaba. Le pregunte qué estaba pasando y me dicen 'vení por favor, está la policía y los médicos'. Cuando llego les pregunté que había pasado con mi hijo y un policía me dijo que Lucas había tragado agua. Me duele, todo esto me duele". El llanto no le permitió seguir.
No es la primera vez que la angustia y la desesperación invaden a esta familia. En julio del año pasado, Lucas estaba en la puerta de uno de los locales de su padre cuando decidió cruzar la calle corriendo. En ese momento un motociclista imprudente lo atropelló y se dio a la fuga. Nunca pudieron encontrarlo. En ese momento el pequeño de sólo 4 años salvó su vida de milagro. "Fueron muchos días de recuperación. Había quedado muy lastimado y asustado. Pensamos que eso era lo peor que nos podía pasar. Nunca imaginamos que podía pasar esto", dijo uno de los familiares del nene en el interior del supermercado.
Cuando el reloj marcó las 15, toda la familia salió del local y se juntó con los vecinos y amigos que llegan casi a 200. Comenzaron a marchar con destino al Colegio Lincoln. Se trata de una escuela con más de 50 años de funcionamiento. Durante el verano se convierte en una colonia para los alumnos. Ayer decidieron cerrar el predio donde está la pileta durante tres días por duelo. Recién 24 horas después de sucedido el hecho se comunicaron con la familia para ponerse a disposición. "Me llamaron para decirme si me podían ayudar en algo. Yo les dije ´¿en qué me podes ayudar? Si me hiciste perder un hijo´", señaló con una mezcla de angustia y enojo Lin.
A medida que la caravana avanzaba pidieron en chino y en español justicia por Lucas. "Queremos que los responsables paguen", se escuchó. El clima fue de una tristeza profunda. En la puerta del colegio nadie los atendió. Nadie los recibió. Se quedaron un tiempo en la puerta haciendo visible la exigencia de respuestas que nunca llegaron.
Ahora será turno de la Justicia investigar quienes fueron los responsables y en qué grado. La fiscal todavía no tiene en claro cómo se sucedieron los hechos. Por eso a partir del viernes comenzarán a tomar distintas declaraciones testimoniales a personas que estuvieron en el lugar y que no estaban afectados directamente al cuidado de los chicos. Lo que se busca develar es si Lucas fue olvidado en la pileta o si se separó del grupo y de alguna forma cayó a la piscina. Esto es clave para poder determinar las distintas responsabilidades en la causa.
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