Algo pasa entre Pinamar y la máquina. El culto al motor transformó con el paso de los años este bosque de pinos y dunas. Camionetas estacionadas en la orilla, stands de marcas de coches sobre las avenidas y la exhibición (este sábado anduvo dando vueltas una Ferrari por Avenida del Mar) del vehículo como signo de escala(da) social. Por eso no extrañó a nadie que en la noche de ayer la clásica avenida Bunge se haya transformado en un circuito por el que se divirtieron algunos de los mejores pilotos argentinos y el ex crack del tenis David Nalbandian, cordobés(otro territorio de cultura fierrera), devenido en piloto.
Desde las 20 hasta avanzada la medianoche automovilistas de clase alta como Federico Villagra, Norberto Fontana, Marcos Ligato, Hernán Kin y otros deslumbraron a miles de personas que se prendieron a las vallas alrededor del circuito improvisado, entre otros veraneantes que cenaban y veían pasar a los autos del rally cross por la ventana y algunos que se quejaban por la contaminación auditiva.
Los chillidos de los coches retumbaron por media Pinamar, es cierto, pero nadie le quitará a Nehuen, un chico de Ostende, la chance de haber visto por primera vez un auto de carrera de cerca, agarrando enloquecido la rotonda de la avenida del Mar.
Fontana, ex piloto de Formula 1, fue uno de quienes más aplausos cosechó, con movimientos arriesgados, al límite de la física y una última vuelta que hizo casi a ciegas, ya que se le levantó la tapa del motor y le bloqueó la visión a traés del parabrisas.
Pero el más requerido y vitoreado fue Villagra, considerado el mejor de todos en todos los subgéneros del rally. "Vinimos a hacer algunas piruetas, a que la gente se divierta", comentó el piloto a Infobae, mientras debatía con uno de sus mecánicos cuánta presión ponerle a las cubiertas antes de su segunda aparición en público: "Cuanto más le metés, más se desliza, y acá queremos eso porque suma al show".
"Aunque venimos a pasarla bien y acá no hay competencia por tiempo algunas partes del circuito son difíciles, hay una donita angosta que es bastante jodida", comentó Villagra.
A dos metros, en los boxes, el piloto Claudio Robustelli coincidía con su colega. "Pero para mí es más difícil porque el auto de Villagra tiene turbo y más potencia para doblar en esa zona angosta", comentó.
Los pilotos corrieron algunas vueltas con invitados VIP, entre quienes estuvo el intendente de Pinamar, Martín Yeza, quien hizo de copiloto de Marcos Ligato. Antes de subirse el jefe comunal preguntó a sus seguidores de Instagram si debía animarse o no. Los votos abundaron en la positiva.
"Al principio tuve un poco de miedo, pero fue bestial, un cirujano, sentía que iba arriba de un auto pero conducido por un torero, extraordinario", contó a este medio Yeza, todavía con la adrenalina corriendo por sus venas. En los 300 metros de extensión que tenía la recta sobre Bunge los autos alcanzaron los 120 kilómetros por hora.
"Muy lindo ver a Villagra, a Fontana, a esos tipos es un placer observarlos manejar como lo hacen", comentó Isabelino, un pinamarense que veía por primera vez un espectáculo semejante, en el momento exacto en que pasaba a alta velocidad David Nalbandian y un cordobés le gritaba: "¡David, estás para ser campeón de saltos ornamentales, te hacés pelota en todos lados!"
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