Dicen que toda duda es una deuda con el saber. Y si esa duda tiene que ver con la propia historia familiar, la deuda se vuelve aún más grande. Por eso, a sus 52 años, Nora Acosta no bajó los brazos. Y el resultado superó las expectativas.
Cuando tenía dos años, su mamá Ofelia Clara Llanos (72) se marchó junto con su hermana Miryan, que era una bebita recién nacida. Nora quedó al cuidado de sus abuelos, que se hicieron cargo de su crianza. Sus abuelos murieron cuando ella tenía 11 años y fueron sus tíos los que continuaron con su educación.
A raíz del abandono que sufrió de tan chica, Nora siempre quiso saber qué había sucedido con su mamá y su hermana menor. Lo que nunca imaginó es que la respuesta a ese interrogante llegaría de la manera menos pensada.
Tras haber transitado el duelo por la muerte de su marido, que falleció en 2013, Nora decidió que ya era tiempo de hacer lo que siempre quiso: reencontrarse con su propia historia. "Cuando tuvieron edad suficiente les dije a mis hijos que sabía que tenía una hermana a la que no había conocido. Hace un año, Lucía, mi hija menor, me incitó a hacer este recorrido", detalló emocionada a Infobae.
Nora trabaja como auxiliar de una escuela rural de General La Madrid, en el oeste de la provincia de Buenos Aires. En septiembre de 2018 viajó a Olavarría para iniciar un juicio por filiación. Néstor Acosta, la entonces pareja de su mamá que le dio su apellido, no es su padre biológico. En esa ciudad se dirigió la Defensoría Pública n°1, a cargo del doctor Juan Lucas. Le aconsejaron que consultara en el Centro de Acceso a la Justicia (CAJ), oficina que depende del Ministerio de Justicia de la Nación, si la podían ayudar a encontrar a algún familiar que le permitiese hacerse un examen de ADN.
Con las indicaciones del defensor, Nora se acercó al CAJ de Olavarría y su primer contacto fue con el administrativo José Araze. Conmovidos por el relato, todo el equipo que coordina la doctora Paola Alberdi se dispuso a trabajar en el caso. Para sorpresa de Nora, en menos de un mes hubo novedades.
Según consta en una sentencia de un juzgado de primera instancia de Dolores, Miryan, la hermana que Nora buscaba, había sido dada en adopción en 1975 a una familia y desde entonces su apellido es Vallejos. Un dato llevó a otro y mediante una llamado a la Municipalidad de Castelli obtuvieron el paradero y el teléfono.
Esa hermana a la que tanto había deseado conocer vivía a menos de 400 kilómetros de distancia. "La gente del CAJ me cambió la vida. Se involucraron tanto en mi caso que en dos semanas supe dónde vivía Miryan, me contacté con ella y festejé mi cumpleaños con ella en Castelli", relata.
Había localizado a su hermana, pero aún no sabía nada de su mamá. Por trámites vinculados al juicio de filiación, que aún se encuentra en curso, Nora tuvo que volver a viajar a Olavarría. De regreso en esa ciudad, se acercó al CAJ para agradecerles por el asesoramiento brindado y para compartir su experiencia. Ese nuevo encuentro fue el puntapié para una alegría mayor. Mediante una consulta en su sistema informático, supo que en la oficina de Río Gallegos una persona había hecho un requerimiento de asistencia social para una persona que se llamaba como su mamá.
A través de mails y llamados telefónicos, el personal que la asesoró supo que efectivamente el último domicilio declarado de la mamá de Nora era Río Gallegos. Y había más: su madre biológica había tenido otros dos hijos, que también viven en la capital santacruceña. Sin perder un segundo, ella se contactó telefónicamente con sus hermanos Andrea Salbai (44) y Pablo Percaz (42).
Desde ese primer contacto, desde ese 'hola' hubo una química inmediata: hablan casi todos los días. "Cada vez que hablamos, Andrea me dice 'hermanita, no sabés las ganas que tengo de abrazarte'", relata.
Ese abrazo que su hermana de la Patagonia le promete en cada llamado está muy cerca de concretarse. Con la compañía de su prima hermana Patricia Barceló y su marido, Nora emprenderá un viaje a Río Gallegos a mediados de febrero. En camioneta, los tres recorrerán los 2.100 kilómetros en un itinerario bien calculado: será en dos tramos, ya que harán noche en Trelew.
Luego de haber transitado toda la reconstrucción de su identidad, Nora busca ser una entre miles, un ejemplo de lo que se puede lograr con voluntad, el acompañamiento de las personas indicadas y la tecnología. "Me gustaría que las personas que están en mi situación se animen a buscar quiénes son. Hay que vencer los miedos, dejar de lado los prejuicios. Es muy impresionante que haya descubierto que tengo tres hermanos y que sus familias me acepten. No me puedo perder de disfrutar todo esto", concluyó.