El desafío viral de la semana invitaba a los usuarios de las redes, especialmente de Instagram, a subir una foto de sí mismo en versión 2009 y una actual para comparar los cambios logrados en la última década. Personas y figuras destacadas del mundo se sumaron al reto compartiendo fotos divertidas, familiares, con amigos y hasta desopilantes con las que ganaron miles de comentarios. Sin embargo, durante ese lapso las personas no fuimos las únicas en cambiar: los paisajes del Planeta cambiaron y con él la vida de sus habitantes. ¿Qué animales fueron declarados extintos durante esta década?
En América del Sur son 25 las especies animales desaparecidas y en el mundo 79 especies de mamíferos, 23 de reptiles, 36 de anfibios y 134 de aves están extintas. Actualmente, la existencia de 1.143 mamíferos están amenazadas sobre un total de las 5.506 especies del Planeta, según evaluó la International Union for Conservation of Nature (IUCN). También corren peligro 1.308 aves (de las 10.065) y 1.950 anfibios.
La pregunta obligada es por qué desaparecieron estas especies y por qué otras miles están en peligro de desaparecer. El avance indiscriminado de las topadoras en las selvas y bosques hicieron que los animales de las distintas regiones fueran perdiendo su espacio y con ellos las posibilidades de alimentarse y de sobrevivir. Pero esa no fue la única causa.
El Amazonas perdió cerca de 790.000 hectáreas de bosque entre agosto de 2017 y julio de 2018 a causa del tráfico de animales, del tráfico de armas y del lavado de dinero. Las consecuencias de la deforestación se sufren y mucho: en la década de los 90 la selva absorbía 2.000 millones de toneladas de CO2 y ahora se redujo a la mitad.
En tanto, Argentina perdió 8 millones de hectáreas de bosques nativos. "La deforestación se concentra en el norte del país y Chaco es la provincia donde más bosques se destruyeron durante los últimos tres años. Más de la mitad de la deforestación se realizó en zonas protegidas por la Ley de Bosques: 54.327 de las 103.908 hectáreas desmontadas", aseguran desde Greenpeace.
Las últimas especies declaradas extintas en América
Guacamayo azul
La película animada Río puso en la pantalla grande a la especie en 2011 cuando los productores de 20th Century Fox y Blue Sky Studios contaron sobre el tráfico de aves (uno de los motivos de su fin) y centraron la historia en el único macho de la especie que era buscado para presentarlo con una hembrita que estaba en la ciudad de Río de Janeiro con la intención de que formen una familia para salvar a la especie, cosa que finalmente sucede.
Lamentablemente, el final real no fue feliz. El guacamayo azul fue declarado extinto el 5 de septiembre de 2018 luego de no ver a un solo individuo durante 18 años.
Se estima que el principal factor en la extinción de estas aves endémicas de América del Sur es la deforestación indiscriminada de las selvas donde habitaban. Se cree que el último guacamayo Spix, nombre científico de esta especie, habría muerto en Brasil en el año 2000..
El doctor Stuart Butchart, científico de la organización Birdlife International, aseguró en un informe que el 90% de las extinciones de aves en los últimos años se debe a "la degradación de las regiones continentales por la deforestación y el avance de la agricultura sin regulaciones ha hecho que las especies del resto del mundo comiencen a mostrar señales de su inminente extinción".
Sin embargo, algunos investigadores especializados en conservación se aferran a la idea de que, al igual que en la película, quedan individuos en cautiverio y se ilusionan con la posibilidad de reunirlos para lograr nuevas crías y así intentar recuperar a una de las especies de aves más hermosas.
Tortuga gigante de Pinta
En 2012, el Solitario George, como se conocía al último ejemplar de esta especie de la isla de Pinta en Galápagos, murió. Estiman que tenía más de 100 años.
Los registros de la tortuga gigante en la isla se inician en el siglo XVII y extiende hasta el XIX cuando comenzaron a ser víctimas de la caza indiscriminada por parte de piratas, contrabandistas y marineros. En ese período, se estima, asesinaron a más de 100 mil de ellas.
Su hábitat era la isla de Pinta, ubicada en las islas Galápagos, Ecuador, donde convivía con otras 13 especies de tortugas gigantes endémicas del archipiélago.
La especie fue declarada extinta en 2016 porque no se logró encontrar nuevos ejemplares tras el fallecimiento del Solitario George.
Puma oriental
En enero de 2018 se declaró que el Puma Oriental, Puma del Este, León de montaña o el Gato Fantasma, como se lo conocía popularmente, dejó de existir y fue el primer animal oficialmente declarado extinto por el Servicio de Vida Salvaje y Pesca de Estados Unidos.
En 1973 fue incluido en la lista de especies en peligro de extinción. "En 2015, el Registro Federal publicó una solicitud para excluir al animal de la lista, y finalmente el 23 de enero de 2018 se ha emitido el comunicado donde ha sido declarado oficialmente extinto", informó NatGeo.
Foca monje del Caribe
La foca monje del Caribe medía entre 2,20 y 2,40 metros de longitud y pesaba alrededor de 130 kilos. Su pelaje era castaño en casi la totalidad de su cuerpo, excepto en la barriga que era blanco amarillento. Al nacer las crías eran totalmente negras.
Comenzó a ser cazada por su piel, su grasa y también como alimento hasta acabar con todos los ejemplares. Fue declara extinta en 2008. Su extinción implicó también la de un ácaro que sólo vivía dentro de las fosas nasales de esta foca.
Animales extintos en otras partes del mundo
El Rinoceronte negro de África Occidental, la subespecie más rara del rinoceronte negro, fue declarada extinta en 2009 cuando cazadores mataron a la última hembra de la especie. Su población disminuyó significativamente por culpa de los cazadores a principios del siglo XIX.
En 1930 se tomaron medidas para intentar proteger a estos rinocerontes casi anticipando el trágico futuro. Sin embargo, el incremento de los safaris clandestinos no cesaron y hacia 2000 quedaban apenas 10 ejemplares en el centro oeste del continente.
Otra subespecie víctima de los cazadores fue el Rinoceronte Vietnamita, cazados hasta hacerlos desaparecer. La última fue una hembra que murió en la jungla vietnamita en 2009 y sus restos fueron hallado un año después. Los cazaban para arrancarles los cuernos.
También desapareció el Zampullín, una especie de pato de Madagascar, que perdió su hábitat y fue declarado extinto en 2011.
También desapareció el Murciélago de la Isla de Navidad, especie que vivió casi un millón de años en Australia y que en la década del 80 comenzó a disminuir el número de su población.
Para 2006 quedaban solamente 50 ejemplares y en agosto de 2009 murió el último de la especie.
Deforestación, el mal de la tierra
La ecuación parece lógica: si se destruyen los bosques y selvas, se pone en jaque la vida de los animales que allí habitan y la zona deforestada se inunda porque el suelo no absorbería, por consiguiente, el agua que comenzará a correr a las ciudades y las terminará inundando. Pese a esa lógica, el avance de la mano del hombre sobre las superficies vírgenes del Planeta no se detiene sino que avanza legal o ilegalmente pero de manera indiscriminada generando las consecuencias ya conocidas.
"Las inundaciones cada vez más frecuentes que azotan a la región norte y litoral del país cada verano son una consecuencia directa de la destrucción de bosques nativos y del impacto del cambio climático", dijo a Infobae Noemí Cruz, coordinadora de la Campaña de Bosques de Greenpeace.
En referencia a los cambios en el suelo señaló: "Los bosques, nuestra esponja natural, están siendo destruidos por la industria agropecuaria y la ganadería intensiva que avanza descontroladamente. Tenemos que entender que menos bosques es sinónimo de más inundaciones".
Al momento de establecer una comparación en la absorción de la tierra antes y ahora alertó: "Según el Instituto de Tecnología Agropecuaria una hectárea con bosque chaqueño absorbe en una hora 300 milímetros de agua, mientras que una con pasturas 100 milímetros, y una con soja tan sólo 30 milímetros".
"En los últimos 30 años —advierten desde Greenpeace— Argentina perdió 8 millones de hectáreas de bosques nativos. La deforestación se concentra en el norte del país. El 80% ocurre en Santiago del Estero, Salta, Chaco y Formosa por el avance de la frontera agropecuaria. Gran parte de la producción (soja transgénica y ganadería intensiva) es exportada hacia Europa y China".
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