Hacia 1900, fueron muchas las familias aristocráticas de la sociedad argentina que eligieron Mar del Plata como destino para pasar los meses de verano.
Tentados por la belleza natural de la ciudad, con la creación del casino y una fastuosa rambla -hoy desaparecida-, la aristocracia local comenzó a construir imponentes villas y residencias en la ciudad balnearia, a la que año tras año viajaban para disfrutar de la temporada.
Aunque son muchas construcciones las que con el paso de los años se fueron perdiendo, algunas de aquellas casonas se mantienen en pie y en algunos casos se pueden visitar.
Aquí, un recorrido por algunas de esas fastuosas las mansiones de comienzos del siglo XX, verdaderas joyas arquitectónicas.
Villa Victoria (1912)
Dirección: Matheu 1851
Construida a comienzos de siglo, la villa inicialmente pertenecía a Francisca Ocampo de Ocampo, tía abuela y madrina de la célebre escritora Victoria Ocampo, quien hereda la propiedad y la convierte en un lugar de encuentro para grandes intelectuales de su época. Por sus salones pasaron, entre otros, Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Gabriela Mistral y Enrique Pezzoni.
Para su construcción se convocó a la empresa británica Boulton & Paul que envió los materiales -principalmente madera y hierro- desde Europa hasta Mar del Plata.
El predio, que originalmente tenía dos hectáreas, alberga un conjunto de tres espacios de características bien distintas: la casa principal, de estilo inglés, la casa de los caseros, en estilo francés, y una tercera construcción que sirvió como garage doble.
Poco antes de morir Ocampo donó el lugar a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), tal como lo hizo con su otra residencia en la localidad bonaerense de Beccar.
En 1981, la residencia fue adquirida por la Municipalidad de General Pueyrredón. En la actualidad, en Villa Victoria funciona el Centro Cultural Victoria Ocampo que ofrece una gran cantidad de actividades durante el verano. Además, hay visitas guiadas para conocer más sobre su historia.
Villa Ortiz Basualdo (1909)
Avenida Colón 1159
Ubicada en lo alto de la Loma Stella Maris, una zona tradicional de Mar del Plata, la Villa Ortiz Basualdo fue propiedad del hacendado Manuel Florentino Ortiz Basualdo y Dorrego y su familia, que veraneaba todos los años en la ciudad balnearia.
Los expertos definen a la residencia como "uno de los grandes hitos del pintoresquismo" de comienzos del siglo XX en el país.
Con cinco niveles, el edificio fue proyectado en 1909 por los arquitectos Luis Dubois y Pablo Pater y fue construido siguiendo las corrientes estilísticas inspiradas en los castillos del río Loire, en Francia.
Por su gran valor para el patrimonio arquitectónico para la ciudad, la municipalidad se hizo cargo de mantener la residencia, en la que en la actualidad funciona el Museo Municipal de Arte Juan Carlos Castagnino.
Villa Normandy (1918)
Viamonte 2216
Otra de las residencias salientes de la Loma Stella Maris es la casona conocida como Villa Normandy. Según señalan los historiadores locales, la casa fue en sus comienzos el lugar de veraneo de Félix Delor y su familia.
El propietario, un inmigrante francés adinerado, quiso que en ese lugar se imitara el estilo de las típicas casas de la campiña normanda, al norte de Francia, y lo consiguió al contratar al arquitecto Gastón Mallet.
La construcción, en cuatro plantas, se destaca por su imponente fachada, que además cuenta con gárgolas y faldones.
En los últimos años, el predio pasó por distintas manos. Entre otros, funcionó en el lugar el Consulado de Italia. En la actualidad, la Villa Normandy alberga oficinas públicas.
Villa Mitre (1930)
Lamadrid 3870
Los expertos definen su estilo como neocolonial. Emplazada en 1930, la residencia conocida como Villa Mitre fue uno de los grandes chalets de Mar del Plata. En las primeras décadas del siglo XX hacia el sur de la ciudad se multiplicaban las quintas de este estilo, con varias hectáreas de terreno.
Villa Mitre perteneció a Angiolina Astengo de Mitre, viuda del ingeniero Emilio Mitre, hijo, a su vez, del general Bartolomé Mitre.
En sus inicios, el terreno tenía más de ocho manzanas, rodeadas por las calles Tucumán, Sarmiento, Matheu y Almafuerte.
La casa principal, de forma compacta y forma de "L", cuenta con dos plantas.
A fines de los años '70 el predio fue donado al municipio por la única heredera del lugar. Allí hoy funciona el Museo Histórico Municipal, que se puede visitar y conserva documentación sobre la historia de la ciudad.
Villa Blaquier (1905)
Alvear 2132
Es una de las primeras casonas ubicadas también en la Loma Stella Maris, propiedad de Marta Unzué y Adolfo Blaquier.
Para la construcción se trajeron especialmente materiales desde Francia. Los arquitectos decidieron establecer las habitaciones principales sobre la avenida Alvear, mientras que los cuartos de servicio quedaron dispuestos en el contrafrente.
Pese a que el lugar tuvo algunas reformas entre 1914 y 1920, el lugar mantiene sus características originales, a excepción de las tejas francesas, que fueron reemplazadas por las originales.
Residencia Magnasco (1926)
Güemes 2308
Fue construida en 1926, para los hermanos Luis y Juan Magnasco, dueños de una importante firma dedicada a la comercialización de productos derivados de la leche, considerada por los expertos como la primera empresa láctea del país.
Inicialmente, la residencia, ubicada en la esquina de Güemes y Brown, estaba proyectada para dar lugar a dos viviendas.
Por su impronta y su buen nivel de preservación, la propiedad fue declarada de "interés patrimonial" por el municipio.
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