Mario Sebastiani: "Con el excelente slogan de las dos vidas votaron la clandestinidad"

En el hospital en el que trabaja recibe hasta 40 consultas por aborto al mes. Quién es y qué piensa el obstetra que pelea por la despenalización desde hace 35 años

Mario Sebastiani, médico de la División Ginecología y Obstetricia del Hospital Italiano de Buenos Aires, tiene más de 40 años de carrera (Gustavo Gavotti)

El muchacho del valet parking del sanatorio Los Arcos grita: "¡Salió! ¡Salió!". Un hombre corpulento y canoso abandona su auto y avanza en la cola para pagar el ticket. Con una sonrisa, el joven le muestra la pantalla de la computadora de la cabina de cobro. En YouTube, la sesión en vivo del Congreso de la Nación dice que son las 9.50 de la mañana del 14 de julio de 2018 y que por 129 votos a favor, 125 en contra y una abstención, la Cámara de Diputados acaba de aprobar la despenalización del aborto en la Argentina. Abrazados, lloran.

Esa mañana Mario Sebastiani había salido de su casa convencido, como cualquiera con nociones básicas de aritmética, de que el aborto no tendría la media sanción en Diputados. Durante las 22 horas que duró la sesión, el rechazo al proyecto estuvo en ventaja la mayor parte de la jornada.

Sebastiani había ido a Los Arcos a "hacer un puerperio", es decir, a chequear a una de sus pacientes después del parto. Tres meses antes había sido uno de los expositores en el plenario de comisiones de Diputados. Obstetra desde hace 45 años (tiene 67) y desde hace 42 en el hospital Italiano, vio el primer aborto durante su residencia en el hospital Raúl Larcade, en San Miguel, provincia de Buenos Aires: "La medicina tiene una estructura militar, jefe de guardia, subjefe. Yo era el último perro. Cuando se hace el cambio de guardia me dicen que una chica, de unos 23 años, se estaba muriendo por un Mondor. El síndrome de Mondor es una falla orgánica hepática renal, y pierde sangre. Pregunto por qué y me dicen 'porque se hizo un aborto'. Se morían todas las que tenían las complicaciones del aborto. Pregunté cuál era el problema de abortar".

En la casa de los Sebastiani se leían los diarios italianos. En Italia el aborto se legalizó en 1978. "Mis papás lo habían leído. Ellos no eran anticlericales, pero tampoco clericales y les parecía gracioso que estando el Vaticano se hubiera legalizado el aborto. Cuando venía algún amigo italiano que era muy católico había una compulsa, pero graciosa", recuerda.

Aquella mujer de 23 años se había puesto una sonda. Al entrar en contacto con el cuello de útero pero también con la vagina (donde hay bacterias) se produce una infección. "Y el útero, cuando se infecta, produce contracciones. Y se produce el aborto. Una de cada 10 de estas infecciones es muy grave. Y mueren. Y ella murió. Me pregunté qué hubiese pasado si ella viviera en Italia", cuenta. Fue entonces cuando Sebastiani aprendió "que la legalidad no trae problemas en el aborto. Que la pobreza traía el problema del aborto peligroso. La mujer rica, independientemente de las leyes, tiene un aborto seguro. Si tenés plata no te pasa nada. Hoy el escenario es de pastillas. ¿Quién queda? La que no tiene 4 lucas para comprarlas. Esa es la que se interna. En 2016 hubo 47 mil internaciones por complicaciones del aborto. En el (hospital) Italiano jamás vi una muerte ni una complicación del aborto. No llegan."

-¿Por qué no llegan?
-Porque tienen plata. La que tiene plata tiene un aborto seguro. La que tenía plata e iba a un abortero a que le hiciera el raspado en un consultorio no tenía problemas: había anestesista, aunque fuera una casa, una casucha.

-¿Alguna vez una mujer se te acercó para pedirte que le practicaras un aborto?
-Cientos de veces. Es un evento frecuente de la ginecología y de la obstetricia. He hecho abortos legales en el hospital (mujeres recientemente trasplantadas, graves, neurológicas que han quedado embarazadas). Hoy no existe más que yo te hago el raspado. Hoy vos te hacés el aborto con las pastillas. Nosotros, entre los servicios de Medicina familiar (que es una nueva especialidad) , Ginecología y Obstetricia asesoramos entre 30 y 40 mujeres por mes. Asesoramos en cuanto a qué le pasará, qué pastillas hay que tomar, compralas en Internet y cuando tengas el aborto vení a la guardia que te vamos a revisar para ver si fue completo o incompleto. No te vamos a denunciar. Todas están tranquilas, protegidas, se sienten bien.

La vigilia fuera del Congreso durante la sesión en la Cámara de Diputados

-¿Te preguntan si es legal lo que están haciendo?
-Saben todas que es ilegal, pero los circuitos hacen que la gente vaya a los hospitales amigos y a los profesionales amigos de esta situación. No hice abortos, tampoco estoy haciendo ahora. Yo tengo la obligación como médico, de poner mi conocimiento sobre la mesa. Más siendo de la UBA. A mí el Estado me formó, yo le tengo que devolver. Mi conocimiento no está prohibido. Mi conocimiento dice que tenés que tratar de tener un aborto lo más seguro posible. Y yo sé cuáles son las maneras de tener un aborto más seguro. El médico que hoy hace una objeción de conciencia y dice "anda a verlo a Mario" no es un personaje al que respete mucho. No veo dónde está el problema de decirles "así es cómo se hace el aborto". Está en Internet. El sabe que en el Italiano ni en el Fernández ni en ningún lugar la van a denunciar. En la facultad te metían ficha de que era asesinato. Cómplice de asesinato. Es una discusión en la cátedra de medicina legal que hoy subsiste. Como si te asesorara a asesinar, robar o para que vos te crees una Molotov. ¡Si pongo en Internet y sé cómo se hace la Molotov!

Si gana el no, ¿quien gana? Los embriones no. Está demostrado porque tenemos más abortos que en los países en los que está despenalizado. Las mujeres tampoco, porque no van a tener dignidad, porque van a ir a la clandestinidad y a la muerte

"Les pregunto: si gana el no, ¿quien gana? Los embriones no. Está demostrado porque tenemos más abortos que en los países en los que está despenalizado. Las mujeres tampoco, porque no van a tener dignidad, porque van a ir a la clandestinidad y a la muerte. Por favor, reflexionen". Así cerró Sebastiani su exposición ante los diputados en el plenario que duró más de dos meses, en mayo de 2018. No era la primera vez que los legisladores lo convocaban para dar su opinión en temas de salud. En 2006, cuando el proyecto para que la ligadura de trompas de Falopio y vasectomía fuera gratuita, un diputado lo llamó a su casa.

"'Mañana se vota ligadura tubaria y vasectomía', me dijo (Federico) Pinedo, '¿me da su relato, cómo es?' Le expliqué y votó a favor. Estaba en contra y votaron a favor. Esta vez (aborto) no hubo manera de darlos vuelta", recuerda.

La plaza celeste, la noche de la sanción en Diputados (Nicolás Aboaf)

-¿Qué le dijiste?
-Que no era obligatorio para nadie, que había gente que necesitaba tener esta práctica porque no quería tener más hijos y que lo que estaba pasando era que esta práctica se cobraba. ¿Quién podía tener una ligadura? Las ricas. La misma estética que el aborto.

-Cuándo eras estudiante de Medicina, ¿qué veías sobre aborto?
-Cero. Que era prohibido. 'Cuidado porque vas a terminar preso, vos médico, vos estudiante'. La bajada de línea era que es un asesinato.

-¿Hablabas de aborto con tus compañeros?
-Poquito y nada. Si no estabas embocado con un aborto, nadie hablaba nada. Y lo políticamente correcto no era tampoco ventilarlo.

Manifestaciones durante el debate en el Congreso por la ley de interrupción voluntaria del embarazo (Julieta Ferrario)

Padre de tres mujeres y un varón (36, 34, 18 y 17 años), a Sebastiani las pacientes le reclaman que no mira a los bebés. "'No me mirás al bebé', me dicen. Entonces lo miro. Siempre les digo 'mujer no te enojes, yo hago obstetricia no porque me gusten los bebés, mi paciente sos vos. Después es un problema neonatológico. Me da vergüenza decirlo, pero no los miro a los bebés", asegura.

-¿Cómo supiste que no querías atender a chicos?
-Cuando era practicante y ayudé al pediatra me parecía algo muy desordenado: pañales, olor a caca… sentí que no había comunicación con el paciente. Pero claro, el pediatra no tiene comunicación con el paciente, tiene comunicación con los padres. O la madre, fundamentalmente.

Sebastiani tiene 67 años y desde hace 45 es obstetra (Gustavo Gavotti)

-¿Ya eras papá?
No. No tengo un enorme amor por los chicos tampoco. Me han gustado mis hijos; los hijos de los demás no me han gustado mucho. Uno no es papá ni bueno ni malo para toda la vida, va pasando por picos y valles. Claramente soy mejor papá de mis hijos adolescentes que cuando eran chicos. No he sido un tipo que me se ha tirado fácilmente al suelo.

-¿Te arrepentís de eso?
-No, para nada

Me han gustado mis hijos; los hijos de los demás no me han gustado mucho. Uno no es papá ni bueno ni malo para toda la vida, va pasando por picos y valles.

-¿Te lo reclaman?
-Para nada. No tengo una visión romántica de mí y de los demás tampoco, aunque me la quieran vender. Puedo comprender que me quieran vender las buenas paternidades y buenas maternidades. La buena maternidad casi siempre es porque no hay otra. Cuando vos tenés hijos, vos, mujer, te metiste un tatuaje. Nosotros la vamos llevando de taquito. Es más: el hombre aprende lo que es tener hijos cuando se separa. Cuando te separás tenés al chico 12 horas, 3 veces por semana. Eso es ser papá. Ahí aprendés y te aprendés lo que es el tatuaje. Fui un separado obstetra. He llevado a mis hijas de 9 y 7 años a las 3 de la mañana, en mi auto, al hospital. Las metía en las camas cuchetas vacías de la residencia, hacía el parto, las agarraba y volvíamos al departamentito para despertarlas a las 7 e ir al colegio. Eso para una madre es ley, es todos los días. Si quiere ir al chino y en auto tiene que armar toda esa situación con los chicos.

Una obsesión de Sebastiani: las muestras gratis

-¿Es verdad que de chiquito te fascinaban las muestras gratis?
-Es verdad. La figura que tengo es el guardapolvos blanco del cardiólogo de mi viejo, la lapicera en el bolsillo, las muestras gratis.

-¿Te encantaban las cajitas?
-Aún hoy. Si vos me decís que necesitás tal cosa lo voy a guardar para vos. Odio que se tiren. Se me vencen y es un problema matrimonial. Mi mujer dice que la tengo harta de varias cosas inclusive de mi afición por juntar muestra gratis. El baúl del auto parece de visitador médico.

Sebastiani es autor de libros como “Aborto legal y seguro” y “¿Por qué tenemos hijos?” (Gustavo Gavotti)

-¿Las tenés ordenadas?
-Sí. Andrea [su esposa] las ordenó en tres cajas: Mario (lo que tomo yo), analgésicos-antibióticos y cremas. Le doy al vigilador de la cuadra, al que me vende bolsas de basura. Odio que la muestras gratis vaya a la basura. Es un dineral. Un visitador que me deja 10 anticonceptivos me está dejando 1000 pesos. De costo. Pero él sabe que atrás de eso viene la receta.

-¿Qué te gustaba de las cajas?
-Los colores. Y la otra cosa era dar inyecciones. Iba con mi viejo a la farmacia. Un día le dije al farmacéutico, con su chaqueta blanca, mangas cortas, lapiceras: "yo voy a hacer medicina". Y me enseñó a darle las inyecciones a mi papá.

-Escribiste el libro ¿Por qué tenemos hijos? Tenemos hijos porque…
-Uno de los motivos por los que se tienen hijos es por los abuelos, la insistencia. Otro es porque los amigos empiezan a tener hijos; si no tenés te vas quedando fuera de la charla de pañales. "Los hijos son por amor", dicen. No: son por distintas cosas. Por el deseo. No decimos "quiero tener un hijo porque no tengo dónde ubicar tanto amor, me sobra". Tenés ganas de tener el capítulo que tienen los demás. Por supuesto que te puede dar ternura una escena familiar.

-¿Escuchaste a alguien que se haya arrepentido de su maternidad?
-Estas cosas requieren de alguna intimidad. No estamos acostumbrados a sentir frases políticamente incorrectas. Una cosa es lo que pensamos y otra la que decimos. El arrepentimiento no es blanco o negro, pero digamos que los efectos colaterales de tener hijos sí suelen ser mencionados. No es con el hijo el tema. Es con tu trabajo, con quién carajo lo cuida, con tu vida, con tu pareja. A vos, mujer, te afanan la libertad.

No es con el hijo el tema. Es con tu trabajo, con quién carajo lo cuida, con tu vida, con tu pareja. A vos, mujer, te afanan la libertad.

-Hace unos años decías que no tener hijos era un pasaporte a la censura popular. ¿Eso cambió?
-Sí. Antes la mujer era gestación, crianza, cuidado de la casa, preparar la comida, ocuparse de la limpieza. Era un evento bíblico. La mujer estaba vacía si no tenía hijos. Hoy la mujer está laburando. La bisagra fue la pastilla, hace 50 años. Luego vino el "lo pospongo". Cuando comencé en la obstetricia, las pacientes eran todas chiquilinas. Hoy no hay ninguna y son todas mujeres de más de 30 años. Mi mujer, que hace laparoscopía, recibe al menos 3 mujeres al año que, con 21 años, quieren ligarse las Trompas. Y va in crescendo. Cada vez hay más mujeres que no quieren tener hijos.

El objetivo de Sebastiani era lograr que cuando sus hijas fueran mayores de edad el aborto estuviese legalizado. "No lo logré. Soy un fracasado".

Escarapelas y objetos de color celeste, durante el debate parlamentario (Julieta Ferrario)

-¿Creés que se logrará la despenalización?
-No cerca. Pero tiene que salir porque se trata de la dignidad de las mujeres. Para no tener embarazo no deseado hay que tener educación, educación sexual y anticoncepción. En la provincia de Buenos Aires hay 50% de deserción en el secundario, que es donde empezamos a coger. Educación sexual integral no hay nada. Anticoncepción nos va bien: tanto la administración anterior (Cristina Fernández) como la actual (Mauricio Macri) compran un montón. ¿Abastece a todos? No sé. Lo que yo te cobraría 15 mil pesos para el método más caro, que es el Mirena (dispositivo intrauterino hormonal), te lo ponen gratis en cualquier hospital del país. Eso es para no tener un embarazo no deseado. Pero, cuando lo tengo, ¿qué hay que hacer? O la dejo como está ahora en la clandestinidad o lo resuelvo. Después tengo una obligación integral, es darle la prevención para que no vuelva más. Si viene a mi consultorio, al hospital y se hace el aborto legal. Si está en la clandestinidad no llega. Alguien dijo "démoslo en adopción". Hay 8 mil parejas registradas. ¿Cuántos abortos tenemos? La cifra más baja es de 300 mil. Por ley, me obligan Pinedo, Michetti, la Iglesia, a que te diga, "Emilse, ¿no querés darlo en adopción?"

-¿Eso es lo que tendrías que hacer?
-Lo que yo tendría que hacer. ¿Querés? Te presento a la asistente social, para que te explique. Te favorezco todo. No creo que haya que preguntar el motivo. A menos que quieras saberlo como país, entonces sí: "¿te molestaría decirme el motivo por el cuál tenés un aborto?" "Porque no tengo plata, porque me pega mi marido, porque tengo 7 hijos". En la clandestinidad no sucede nada de eso. Ahí no sé cómo te llamás, me importa un huevo tu edad, dame la guita y tomatelá. ¿Qué votaron? Con el excelente slogan de las dos vidas votaron la clandestinidad. Hay que dar el aborto y hay que darlo mejor.

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