Así como la Ciudad de Buenos Aires tiene al Rosedal de Palermo, el Jardín Japonés, el Teatro Colón o la esquina Homero Manzi, la provincia de Buenos Aires también cuenta con "lugares emblemáticos" en donde los vecinos pueden celebrar su boda. La Rambla de Ostende, en Pinamar, fue el escenario elegido para que cinco parejas bonaerenses puedan sellar su amor durante este verano y decir "sí quiero" frente al mar.
Siguiendo la iniciativa porteña, surgida en 2016, el gobierno provincial también invita a contraer matrimonio fuera del tradicional registro civil utilizando escenarios simbólicos con gran trascendencia cultural e histórica.
Los interesados pueden inscribirse en la web de Dirección Provincial del Registro de las Personas hasta hoy ya que mañana se realizará el sorteo que consagrará a los novios ganadores.
La Casa de la Cultura de Tandil, el Parque Laguna de Gómez en Junín, la antigua casona donde funciona la Secretaría de Turismo de San Pedro, el Museo Fangio de Balcarce, el Complejo Histórico de Chivilcoy y la Casa de la Cultura de Tigre también se encuentran disponibles, además de la rambla.
Entre los requisitos para participar se encuentra que los novios sean mayores de 18 años y entre las novedades introducidas este año es que ya no hace falta que alguno de los dos tenga domicilio radicado en el partido donde se ubica la opción seleccionada. Solo alcanza con que en el DNI figure que viven en la provincia de Buenos Aires.
A los ganadores se les informará por correo electrónico los pasos a seguir, la documentación a presentar y el horario y el lugar al que deberán concurrir. La utilización de estos espacios públicos es gratuita y las cinco parejas elegidas se casarán el mismo día.
La antigua Rambla Sur, que fue testigo del origen de Ostende allá por el 1900 y aún mantiene sus 40 metros originales, fue declarada "Sitio Histórico Municipal" en 1995 por el Honorable Concejo Deliberante local debido a su imponente arquitectura y particular supervivencia.
Se trata de una obra monumental que fue llevada adelante hace más de 100 años por la iniciativa de un grupo de belgas deseosos de promover un balneario de características europeas en ese encantador lugar rodeado de pinos, médanos sin interrupciones y playas.
Su construcción empezó en 1920, cuando empezaron a llegar desde el Viejo Continente todos los materiales necesarios para materializar el proyecto: una majestuosa costanera con largas escalinatas que llegarían hasta la playa y un innovador trazado de calles para conectar a ese balneario con los demás.
Pero la irrupción de la Primera Guerra Mundial desvaneció su planificación y truncó los sueños de sus paisajistas, que debieron suspender la obra y con el tiempo quedó erosionada y enterrada bajo la arena.
El viento, el avance del mar y la formación de las dunas sepultaron su pasarela de líneas góticas y adornos piramidales de gran altura dejando imperceptibe la obra.
Pero como sus habitantes no quisieron que esa importante iniciativa quedara en la historia, antes de que terminara el siglo XX la municipalidad decidió realizar trabajos de excavación hasta recuperar lo que hoy en día se puede ver: parte del armazón, algunos escalones y dos puntas piramidales de sus pináculos.
Es allí, sobre los restos de esa emblemática construcción, donde próximamente se celebrarán las bodas al aire libre y con el sonido de las olas como música nupcial.
Según informaron las autoridades, en la provincia de Buenos Aires se realizan unos 48.100 casamientos al año y los meses donde más uniones se producen son enero, febrero, noviembre y diciembre.
En esta temporada, Pinamar sumará a su agenda de shows, eventos y actividades playeras un acontecimiento inédito: casamientos emblemáticos en la Rambla de Ostende.
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