El alcohol es la principal causa de muerte en accidentes de tránsito durante las Fiestas. Su consumo embota los sentidos, altera la percepción y disminuye la capacidad de atención. Además, alarga los tiempos de reacción, afecta la visión y genera una falsa sensación de seguridad.
Es por eso que la madrugada del 25 de diciembre, luego del brindis por la Navidad, el gobierno porteño realizó un operativo especial en el que reforzó los controles de alcoholemia. Las reacciones de los automovilistas que no superaron el test (más de 0,5 gr/l de alcohol en sangre) fueron dispares, pero con un denominador común: la mayoría intentó mediante pedidos y argumentos extravagantes evitar que le retiraran el auto.
La primera reacción de la mayoría de los infractores es comprometerse a no continuar manejando y ceder el control del auto a otro pasajero sobrio, algo que no está permitido en la Ciudad de Buenos Aires desde 2009. Hay otros conductores que pidieron permiso para ir al baño y orinar antes del test y otros buscaron un tratamiento especial porque tenían el baúl lleno de regalos, tenían que llevarse el vitel toné de la suegra o simplemente porque era una fecha especial.
Hubo un caso pintoresco que quedó registrado por las cámaras del gobierno porteño. Fue el de un matrimonio que volvía a su casa luego de la cena de Nochebuena. El hombre que manejaba el auto dio positivo y su esposa descargó su furia contra él. "Me hubiera dejado manejar a mí, el pelotudo este", repitió. "Encima es colectivero, debería saber que no tiene que tomar", contó.
En su afán de evitar ser multadas, las personas que manejaban luego de haber consumido alcohol pusieron en práctica todo tipo de argumentos para demostrar que estaban en condiciones de seguir a cargo del auto. Ese fue el caso de un conductor que comenzó diciendo que el resultado positivo era de un postre "borracho" que comió durante la cena y terminó haciendo "el 4" sobre avenida Sarmiento para demostrarles a los inspectores que no perdía el equilibrio a pesar de haber superado el máximo permitido de alcohol en sangre.
Los conductores que se niegan a realizar el control o directamente se den a la fuga con el vehículo enfrentan multas que van desde los 5 mil hasta los 10 mil pesos. Pese a eso, no son pocos los que se escapan a toda velocidad incluso dejando sus documentos en poder de los oficiales de tránsito. Durante la madrugada de Navidad, uno de los infractores no sólo se escapó, sino que sorprendió a los oficiales de tránsito al "abandonar" a la mujer que lo acompañaba en el puesto de control. La acompañante intentó convencer al conductor para que regresara, pero finalmente desistió y se fue caminando.
Durante la noche del 24 y la madrugada de Navidad, se realizaron más de 1.200 controles de transito y el 5,5% de los casos fueron positivos, superando los resultados del año pasado, cuando el 1,4% de las pruebas realizadas habían sido positivas.