El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°16 condenó a tres años de prisión en suspenso a los siete jóvenes que atacaron hace un año a Jonathan Castellari, un rugbier que se encontraba junto a un amigo en un local de comidas rápidas. "Te vamos a matar por puto", le dijeron mientras lo golpeaban salvajemente.
Gastón Trotta, Alejandro Trotta, Rodrigo Cardozo, Juan Ignacio Olivieri, Facundo Curto, Juan Bautista Antolini y Jonathan Romero, los integrantes de la patota responsable del ataque homofóbico, habían reconocido su culpabilidad a través de un acuerdo de juicio abreviado firmado con el fiscal Fernando Fisz.
Los jueces María Cristina Bertola, Gustavo González Ferrari e Inés Cantisani consideraron a los siete jóvenes responsables del delito de "lesiones graves calificadas por haber sido cometidas con odio hacia la orientación sexual".
De acuerdo con la resolución, los condenados tendrán que ser monitoreados por la Dirección de Asistencia y Control para Ejecución Penal y deberán realizar 96 horas tareas comunitarias en el Servicio de Endocrinología del Hospital Fernández de esta Ciudad con una carga de 96 horas.
Además, participarán de un curso sobre "Discriminación y Derechos" que dicta el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI).
EL CASO
El 1° de diciembre de 2017, cerca de las 06:30, la víctima se encontraba con un amigo dentro de un local de comidas rápidas ubicado sobre la avenida Córdoba al 3800. En ese momento, ingresaron los imputados y después de mantener un breve diálogo comenzaron a agredirlo por su orientación sexual para luego increparlo.
Cuando ya estaba en el estacionamiento y mientras discutía con él, Trotta lo golpeó desde atrás. Luego, se le abalanzaron el resto de los acusados: le pegaron puñetazos y patadas mientras lo agredían verbalmente. El amigo de la víctima intervino y comenzó a gritar que le iba a rayar el auto a uno de los imputados. Así se distrajeron y Castellari pudo huir.
El joven fue asistido por varias personas y después fue trasladado hasta el Sanatorio Güemes, donde le diagnosticaron traumatismos en ambos ojos; fractura de piso y cara interna de la órbita derecha; rotura y fisura de los dientes centrales; distensión muscular; y excoriaciones y hematomas en el cuerpo. La pesadilla no terminó ese día: tras el episodio comenzó a sufrir ataques de pánico por lo que debió someterse a un tratamiento psiquiátrico y psicológico.
La agresión no sólo fue relatada por la víctima y su amigo sino también por el gerente del local y por una empleada, quienes resaltaron que los imputados insultaban a Castellari por su condición sexual. En sus descargos, los siete habían asegurado que se enteraron de que el joven era gay a través de los medios de comunicación cuando se conoció el hecho.
En la causa también se obtuvo una filmación donde se observa parte de la agresión. A eso se le sumó el audio de uno de los llamados al 911 que se hicieron aquella mañana donde una mujer aseguró: "Vinieron unos chicos alcoholizados y golpearon a dos chicos gay y uno estaba con el ojo grave".