Hace 28 años, Bernardo Neustadt y la revista Para Ti revelaban por primera vez un caso de acoso sexual

La víctima, despedida de su trabajo por no ceder a los avances de un jefe, apeló al influyente periodista para denunciar el hecho, cuando se le cerraron otras puertas. Era toda una novedad: pocos en Argentina habían oído la expresión “sexual harassment” antes de ese día

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Abril de 1990. En Tiempo
Abril de 1990. En Tiempo Nuevo, Neustadt recibía el testimonio de Liliana Silvia Rial, despedida por rechazar las insinuaciones de un jefe

Era el mes de abril de 1990 y en una emisión del programa Tiempo Nuevo, que en ese entonces se emitía por Telefé, una abogada de 39 años, Liliana Silvia Rial, se sentaba frente a Bernardo Neustadt para contarle cómo había sido despedida de la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica) porque había rechazado los avances de un superior. Por primera vez se escuchaba en un medio de comunicación la expresión "acoso sexual".

Tiempo Nuevo no sólo era uno de los programas de mayor rating televisivo sino que marcaba agenda. El tema repercutió en otros medios y la sociedad argentina se entregaba a un debate inédito sobre un fenómeno conocido pero que hasta ese momento no había sido calificado ni mucho menos objeto de legislación alguna: el del superior jerárquico que se sirve de su poder para exigir favores sexuales a sus subordinados.

Al darle pantalla a la valiente denuncia de Liliana Silvia Rial, Bernardo Neustadt (fallecido en 2008) se convertía en el insospechado pionero de la defensa de las mujeres que padecían ese tipo de situaciones sin osar denunciarlas en los términos exactos que las definían: extorsión, abuso, chantaje.

"Un tema tabú que por primera vez se descorre públicamente y llegará a la justicia -decía la revista Para Ti que se hacía eco de la denuncia-. Una mujer, acosada sexualmente por su jefe, es despedida de su trabajo por negarse a las proposiciones de éste".

Liliana Silvia Rial en la
Liliana Silvia Rial en la entrevista con Para Ti. Abril de 1990

Para medir el tiempo transcurrido desde entonces pensemos que en 1990 recién aparecían los primeros celulares y que todavía faltaban 4 ó 5 años para la llegada de Internet y algo más para que la web se masificara.

Clara Mariño, la productora de los programas de Bernardo Neustadt, recuerda todavía hoy "la enorme repercusión que tuvo el programa porque en esa época nadie se animaba con el tema".

Aquella misma semana, Para Ti publicaba una investigación sobre el caso y una entrevista a Rial.

La mujer se definía como una "católica practicante". Recibida de abogada 3 años antes, la mujer trabajaba en un estudio jurídico desde hacía seis años. Divorciada y madre de una adolescente de 14, ingresar a la CNEA representó para ella una muy interesante oportunidad. Pero las cosas no resultaron como esperaba. "Es indignante perder lo realizado y la excelente perspectiva laboral que yo creía tener por un funcionario que abusó de su posición de jefe", decía.

"Desde los primeros días, este individuo, que era jefe de mi departamento (Relaciones Laborales), empezó el acoso sexual", contaba Liliana Rial en la entrevista con Para Ti.

A los avances, ella opuso las habituales réplicas: le recordó que era casado, que tenía hijos, "que no correspondía su propuesta".

Él insistía. "Me invitaba continuamente a salir, con distintos pretextos y hasta se agarraba de cuestiones de trabajo". Cuando las cosas empezaron a pasar "de castaño oscuro", ella, abogada al fin, tomó precauciones: grabó un audio y guardó un memo interno que él le envió en el que se expresaba de modo totalmente desubicado.

"En fin, cierto día, en su oficina, se me abalanzó e intentó besarme". Tuvo que frenarlo de modo directo y cortante. Entonces su actitud se volvió "de gran hostilidad", recuerda ella.

“Desde el primer día me
“Desde el primer día me persiguió”: el testimonio de Rial a Para Ti

Cuando Rial comentó el hecho con algunas colegas, supo que era un comportamiento bastante habitual en ese funcionario.

Él finalmente la echó de su empleo. Ella no se resignó: pidió a un superior que se abriese un sumario. No ha lugar, le respondieron. Intentó apelar más arriba: no hubo caso. El organismo, en ese momento, asumió la defensa del funcionario. El acusado reaccionó demandando a la doctora. La CNEA lo patrocinó en ese trámite. Hoy, posiblemente la reacción sería otra. Se ha recorrido un camino, entre otras cosas, gracias al aporte de mujeres como Rial y de quienes le dieron voz.

Al no encontrar respuesta en las autoridades del organismo, Rial apeló al periodista Bernardo Neustadt con quien se encontró de forma casual. No se conocían con anterioridad. Ella le expuso su situación y él la invitó a Tiempo Nuevo y le dio publicidad -"visibilidad", se diría hoy- al caso y a una problemática que padecían tantas mujeres. 

Ella contó que recibía amenazas después de aquella aparición pública. Por teléfono le decían que iban a arrojarle ácido en la cara o le hacían referencias a su hija. "Pero es el precio que tengo que pagar", decía, aunque confesaba no sentirse del todo cómoda con la publicidad del caso. La denuncia la había hecho, indignada por la injusticia cometida y para contribuir a evitar ese tipo de situaciones a otras mujeres.

"Espero que antes de que mi caso pase al olvido haya legislación en materia de acoso sexual", decía entonces la abogada despedida.

"Es muy saludable -concluía la nota de Para Ti- que la luz comience a iluminar un rincón especialmente sombrío de las costumbres argentinas".

De todos modos, en un recuadro, la revista incluía un repaso de la situación legal en otros países, que demostraba que el debate estaba aún en sus inicios.

Pioneros. Hace 28 años, Bernardo
Pioneros. Hace 28 años, Bernardo Neustadt instalaba por primera vez públicamente la problemática del acoso sexual a través del testimonio de Liliana Silvia Rial

Sólo en los Estados Unidos existía en ese entonces la figura específica de sexual harassment y penas que iban desde el despido sin indemnización hasta 3 años de cárcel, mientras que en España, Francia e Italia el asunto estaba en debate. En España, la diputada Carmen Romero, esposa del entonces presidente de gobierno, Felipe González, estaba promoviendo una ley.

En la Argentina, fue a partir de mediados de los 90 que se empezó a incluir normas administrativas en la función pública para penar estas conductas.

Es interesante recordar estos antecedentes, que contrarían una imagen "inaugural" en materia de reivindicaciones femeninas: muchas mujeres rompieron el silencio antes de ahora. Y muchos hombres respaldaron su combate.

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