Hace unos 10 días, Thelma Fardín voló más de 6.000 kilómetros hasta Managua. Una militante feminista nicaragüense que había conocido en un encuentro la había puesto en contacto con María Teresa Blandón, una referente histórica del movimiento de mujeres de ese país.
Fue Teresa -que ahora atiende a Infobae sumergida en otro "día negro" para su país- quien la recibió y pidió apoyo a una reconocida organización de Derechos Humanos. El acompañamiento de ella y de esa ONG terminó siendo clave para que Thelma pudiera iniciar el camino de la búsqueda de justicia a la distancia.
"Esta chavala no tendría ni que haber venido aquí", dice, indignada. "Los delitos sexuales son un problema estructural y lo asombroso es que, a pesar de las leyes que hemos logrado y de que las feministas nos hemos partido la cabeza para sacar estos abusos del silencio, todavía tenemos que hacer estos tránsitos tan difíciles".
Blandón sigue: "El Poder judicial argentino tendría que haber iniciado las averiguaciones pero le dijeron que tenía que hacer la denuncia aquí. ¿Te imaginas lo que fue para esa niña volver al lugar en el que la violaron? El sistema de justicia tendría que ser más comprensivo con las mujeres".
Thelma llegó junto a una amiga y se alojó en un hotel que, según cuenta Teresa, solventó parcialmente el "Programa feminista La corriente", que ella dirige. Teresa la llevó al Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), una organización con 28 años de historia a la que ayer le quitaron la personería jurídica por su defensa acérrima a las víctimas de la represión en las protestas. "En ese contexto de caos -señala la activista- se tomaron el tiempo para atenderla con toda la calidez".
"Hablemos rápido porque la dictadura está sobre nosotros. Hoy nos han eliminado como organización, ya no podremos seguir atendiendo, estamos en una urgencia, vivimos amenazados", explica Gonzalo Carrión, todo de un tirón, del otro lado del teléfono. Carrión es el director jurídico del CENIDH y fue quien le puso el oído, el hombro y acompañó a la joven actriz a recorrer los vericuetos de la justicia extranjera.
"Thelma llegó a un país que no tiene institucionalidad democrática. Está siendo gobernado por una dictadura y el pueblo es víctima de una situación general de violaciones a todos los Derechos Humanos. Aquí todos los derechos constitucionales están suprimidos o limitados, entre ellos el derecho a la verdad y a la justicia. En ese contexto es que llega la ciudadana argentina. Nos contó lo que sufrió y nos pidió apoyo".
El CENIDH intercedió con un fin: "Que la Justicia la oyera", dice Carrión. Es decir, acompañarla y darle un aval para que pudiera presentar la denuncia penal en el Ministerio Público. Funcionó, porque la fiscalía "ya ha abierto una investigación", sigue.
"La intervención de esta Ong en este tipo de casos es fundamental por los problemas graves de institucionalidad que hay en nuestro país", explica a Infobae Reggie Pérez, periodista de Nicaragua. "Si uno pone una denuncia de este tipo sin un contacto o sin tener una pata política, es probable que duerma el sueño de los justos, o que el actor de la violación quede impune, que es lo que ha ocurrido muchas veces. Si no no hay una instancia de Derechos Humanos que vaya registrando la denuncia y dando seguimiento, lo más seguro es que no prospere".
Es el país en el que la hijastra del presidente Daniel Ortega acusó al mandatario de haber abusado sexualmente de ella desde los 11 años: el país en el que un juez desestimó la denuncia con el argumento de que el delito había prescripto. Es el mismo país -destaca Teresa- en el que "cada año entre 1.500 y 1.700 niñas de entre 10 y 14 años salen embarazadas. Es una tragedia que a nadie le importa".
En Argentina, Thelma había tenido el apoyo y asesoramiento de la periodista Luciana Peker durante ocho meses, el del las "Actrices argentinas" (juntaron dinero para los gastos del pasaje y se propusieron no dejarla sola), y en Nicaragua estos dos eslabones le dieron la mano para dar el paso siguiente.
"Le hicieron el examen psicológico para documentar el daño y pudo radicar la denuncia penal. No creas que la respuesta a las niñas aquí suele ser tan ágil", dice Teresa. "Es probable que el fiscal haya querido dar una buena imagen en un contexto en el que el gobierno está siendo denunciado a nivel internacional por la violación a los derechos humanos".
Es como caminar por un sendero que se va desintegrando a cada paso. La Unidad Especializada de delitos contra la Violencia de género en la que Fardín hizo la denuncia "fue desmantelada" por el gobierno: no tiene fondos ni herramientas, denunció ayer otra referente feminista en una entrevista con Infobae.
"El primer paso era lograr que la oyeran, porque hasta los que conocen bien este país sienten el desamparo -cierra Carrión-. Ahora la fiscalía debe investigar y determinar si va a presentar una acusación. Ojalá hagan una investigación a fondo que permita llegar a una decisión bien fundamentada. Nosotros vamos a seguir monitoreando".
En Argentina, la UFEM -la fiscalía especializada en género- está dispuesta a prestar la colaboración que haga falta. Y desde el INAM -el instituto nacional de las Mujeres- Fabiana Túñez confirmó a Infobae que ya está en contacto con la ministra de la Mujer de Nicaragua y con representantes de la Justicia para que el caso se investigue con celeridad.
En estos momentos en una reunión de @ONUMujeres con la Ministra de Nicaragua hablando para articular y ayudar a Thelma
— Fabiana Tuñez (@fabianatunez) 12 de diciembre de 2018
Thelma llegó a Nicaragua un domingo, se quedó cuatro días, también fue a la embajada a anoticiar al embajador de lo que estaba pasando y a que certificaran la denuncia. Volvió a Buenos Aires este fin de semana. Lo que pasó el martes en un teatro de Buenos Aires, una semana exacta después de haber hecho la denuncia, quedará para la historia.
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