Los números en términos de desocupación en Villa Soldati y Villa Lugano son opuestos en la comparación con Belgrano y Núñez. Por otra parte, el bajo nivel de ingreso per cápita en La Boca y Nueva Pompeya difiere ampliamente con el poder adquisitivo de los ciudadanos de Palermo. En tanto que la elevada tasa de homicidios en Montserrat y Constitución se contrapone de manera significativa a lo registrado en Colegiales y Recoleta.
Estos son algunos de los contrastes que se evidencian en un análisis a cargo del Instituto I-Ciudad de Políticas Públicas para Buenos Aires en el que se evaluaron las condiciones materiales y ambientales, y el acceso a bienes y servicios tanto públicos como privados en las 15 comunas de la Ciudad.
El informe, presentado como el primer Índice de Bienestar Urbano (IBU), se efectuó sobre la base de cuatro categorías: Económico y Social, Seguridad, Desarrollo Urbano y Ambiente. Estas, a su vez, se desagregaron en otros indicadores.
Para la evaluación se tomaron datos oficiales provenientes de la Dirección General de Estadísticas y Censos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires correspondientes a 2016. El trabajo tiene como fin brindar un panorama fehaciente que contribuya al debate de políticas públicas.
Para la categoría Económico y Social, el estudio se dividió en cuatro enfoques: ingreso per cápita, nivel de desocupación, acceso a la educación obligatoria y tasa de mortalidad infantil. En ese sentido, el IBU reflejó una ciudad diferenciada en tres sectores.
En el mapa de color se muestra que hacia el norte se encuentran las comunas con indicadores positivos o muy positivos, en el centro y oeste, se ubica la banda media y en el sur y sureste, las condiciones socio económicas evidencian indicadores negativos o muy negativos.
De tal modo se advierte que "el corredor norte porteño que va desde Callao hasta la General Paz y de Córdoba hacia el Río de La Plata, junto con Caballito (comuna 6), tienen un mejor bienestar económico y social", explican los autores.
En contraposición, se encuentran las comunas 4 y 8, en las que la tasa de desocupación coincide y es la más alta de la Capital Federal (13,7%).
Por otra parte, en materia de seguridad las estadísticas arrojaron una mirada preocupante: ninguna comuna obtiene una clasificación positiva o muy positiva en cada uno de los indicadores mensurados. Las 1, 7 y 4 registran una situación de epidemia porque presentaron tasas por encima de los 10 homicidios cada 100.000 habitantes.
Un dato relevante que se desprende de la investigación: cinco de las quince comunas (1, 7, 4, 8 y 3) concentraron el 72% de los homicidios de 2016.
Además de ello se analizó la "conflictividad vecinal" (problemas relacionados a trapitos, alcoholemia, ruidos molestos, entre otros) y la cantidad de comisarías por cada habitante: en este punto sobresalieron negativamente las comunas 7 y 11, ya que la primera no llegó a registrar 1 comisaría cada 100.000 habitantes (0,83) y la segunda apenas 1,05.
Cinco de las quince comunas (1, 7, 4, 8 y 3) concentraron el 72% de los homicidios de 2016
A la vez, también se presentaron los resultados sobre el desarrollo urbano. "Las comunas 1 y 3 están bien posicionadas debido a su buena infraestructura de movilidad (una distancia promedio de 300 metros hasta la estación de subte, tren o metrobús más cercana), abundante oferta cultural y baja cantidad de reclamos por deficiencias en la vía pública", se lee en el informe.
Por el contrario, las comunas 9 y 10 se ubican en el último escalón de esta categoría, ya que están integradas por barrios donde sus habitantes reclaman activamente por fallas en el espacio público. Además de las tres facetas de evaluación mencionadas, también se trató el valor de la propiedad, siendo las mejores ponderadas en este aspecto la 3, 5, 6, 11 y 15 (franja media de la Ciudad).
Ambiente es la última de las cuatro categorías. En este caso las comunas con mejor calidad ambiental resultaron la 14 y la 10, principalmente debido al arbolado lineal (en la 10 se registró una tasa de 20.118 ejemplares) y los bajos índices de hacinamiento.
En la vereda opuesta quedaron las comunas 1 (sólo contabiliza 12.908 árboles con una población de 252.053 personas) y 8, a pesar de que cuentan con dos de los espacios verdes más grandes del distrito, la Reserva Ecológica y el Parque Indoamericano, respectivamente.
Sobre la relación inversa entre valor del metro cuadrado y arbolado lineal, "el trabajo indica que son más arbolados los barrios con menor valor de la propiedad inmueble, lo cual hablaría del poco cuidado del espacio público y el ambiente, en los barrios más caros, tanto por parte del estado como del mercado", apuntan los investigadores.
Hablando de hacinamiento, las comunas 1 y 8 contabilizan 4,4% y 3,8% de sus hogares con tres o más personas viviendo en un ambiente. Cabe señalar que en estos barrios emergen los asentamientos y villas más grandes del distrito: la 21-24, la 31 y 31 bis, a las que se suman la villa 20 y la Rodrigo Bueno.
Las conclusiones y sus argumentos
El estudio muestra que si bien ninguna comuna se posicionó en la banda positiva o muy positiva en cada una de las cuatro categorías analizadas, la 13, formada por los barrios de Belgrano, Núñez y Colegiales, ocupa el primer puesto del IBU.
En estas locaciones se apreció una mejor relación matrícula escolar por cada 100.000 habitantes, el más bajo nivel de desocupación de la Ciudad y alto ingreso per cápita. Por su parte, en relación con la seguridad, no se produjeron muertes violentas en 2016, habiendo una baja tasa en materia de robos y hurtos. Tampoco se registró hacinamiento.
No obstante, en la misma comuna hubo parámetros negativos como el alto costo del metro cuadrado, la escasa cantidad de comisarías por habitante y el alto nivel de conflictividad vecinal.
En el otro extremo del IBU figura la comuna 4, integrada por los barrios de La Boca, Nueva Pompeya, Barracas y Parque Patricios. Esa zona tiene la más alta tasa de mortalidad infantil y de desocupación de la Ciudad, así como una baja matrícula escolar en relación a su población y el ingreso per cápita de sus habitantes se halla muy por debajo de la banda media.
También fueron desfavorables los indicadores que miden el acceso a transporte público urbano, el nivel de conflictividad vecinal, la tasa de homicidios, y el hacinamiento. El único parámetro muy positivo correspondió a la alta cantidad de comisarías en relación con el número de habitantes.
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