Un proyecto que lleva la firma del diputado Alejandro Echegaray, con media sanción en la Cámara Baja, ingresó a su etapa final y sería tratado próximamente en las comisiones de Legislación General y Ciencia y Tecnología del Senado: hoy no hubo quórum para avanzar con la propuesta que pide regular el uso de los animales dentro de los laboratorios y bioterios. Algunas asociaciones y grupos animalistas denunciaron que "se trata de un proyecto para proteger intereses económicos de los laboratorios que pone a los animales en serio riesgo de tortura y muerte".
Tras el rápido tratamiento en Diputados la propuesta recibió media sanción el 22 de junio de 2017 y pasó a la Cámara Alta.
En qué consiste la nueva normativa
La propuesta es encabezada por el diputado Echegaray (UCR) pero lleva otras seis firmas, entre ellas las de Marcelo Weschler y Gabriela Troiano. Echegaray aseguró que el texto surgió tras varias reuniones con grupos de científicos que veían "necesario regular la utilización de animales en laboratorios y bioterios".
Además, el legislador aseguró que el proyecto copia el modelo vigente en Brasil y Uruguay, y que se sostiene en la normativa de las Tres Erres (reducción, refinamiento y reemplazo) utilizado en Europa.
"Fue la comunidad científica la que pidió ser auditada", dijo a Infobae Echegaray consultado sobre los motivos que lo llevaron a encabezar el proyecto que despertó polémicas antes de obtener la media sanción en Diputados y que tras meses de silencio llega ahora a las comisiones de Legislación General y de Ciencia y Tecnología del Senado.
Actualmente los laboratorios y bioterios utilizan ratas y ratones, conejos, perros, gatos y peces. Algunos usan caballos, ovejas, vacas y animales autóctonos sacados de su hábitat natural.
En dialogo con Infobae, el diputado sostuvo que "los investigadores están interesados en que la ciencia de explicaciones sobre el uso que hace con los animales" ya que en Argentina "existen bioterios desde tiempos inmemoriales" que nunca antes fueron controlados.
Los cuestionamientos por parte de los defensores de los derechos de los animales apuntan a las dudas sobre si en este siglo, de grandes innovaciones y avances científicos, no es viable experimentar sin usar animales sabiendo el daño que se les ocasiona.
Convencidos de que hay otros métodos posibles, como los utilizados en parte de Europa, los grupos animalistas manifiestan su disconformidad. Daniel Candehore, miembro de Acción Animalista en Argentina, señaló que "los legisladores hicieron lobby en nombre del avance de la ciencia y en la protección de los animales, pero todo es mentira y se trata de dinero".
Además, aseguró que amparados en ese proyecto "intentarán que los laboratorios hagan en Argentina lo que está prohibido en la Unión Europea y el control del trato ético hacia los animales estará en manos de las mismas empresas" que experimentarán sobre ellos.
Diversos sectores animalistas y ambientalistas repudiaron el tratamiento exprés del proyecto al que califican como "poco transparente" y contra el que acusan: "Bajo un falso título de protección de animales podría encubrir tortura y muerte innecesarias de animales".
Seguí leyendo: ¿Se puede hacer ciencia sin experimentar en animales?
En el mismo sentido Elda Cibeles, activista por los derechos de los animales, resaltó que "es inaudito que una ley que pretende proteger a los animales otorgue autonomía a los laboratorios, bioterios y que estos auto aprueben sus protocolos. Este proyecto contrasta con la legislación más avanzada en esta materia, que proviene de la Unión Europea y que va en dirección contraria".
Actualmente en Argentina los laboratorios y bioterios utilizan ratas y ratones; conejos, perros, gatos y peces. Algunos usan caballos, ovejas, vacas y animales autóctonos sacados de su hábitat natural. La elección de la especie "depende de qué se esté investigando", señaló Silvina Diaz, veterinaria especializada en animales de laboratorio, científica del Conicet y miembro del equipo que asesoró al diputado Echegaray.
"Más que hablar de animales hablamos de modelos animales. Entonces cada profesional elige qué estudiará y buscará la especie que más se acerque a lo que se quiere estudiar", explicó.
Seguí leyendo