La carta de la esposa de un tripulante del ARA San Juan: "Estás donde querías estar, en el mar"

Paola le escribió a su marido, Oscar Vallejos, uno de los 44 marinos fallecidos, tras el hallazgo de la embarcación

Paola escribe en la puerta de la Base Naval de Mar del Plata (Christian Heit)

Paola es la esposa de Celso Oscar Vallejos, sonarista del ARA San Juan. "Mi vida paró ese 15 de noviembre", admitía en enero pasado en una charla informal con Infobae en la puerta de la Base Naval Mar del Plata, reconociendo que su propia historia, como las de los 44 tripulantes, había quedado en pausa tras la desaparición del submarino.

El viernes pasado la joven, que con Oscar tuvo tres hijos de 11, 8 y 2 años, recibió la noticia que menos esperaba. La compañía Ocean Infinity había encontrado a 917 metros de profundidad, a unos 500 kilómetros de Comodoro Rivadavia, al ARA San Juan. La Armada Argentina lo confirmaba a las 20:04 de ese mismo día.

La noticia recorrió el mundo en cuestión de minutos. El submarino volvió a las portadas de los diarios, los rostros de los 44 tripulantes a tener un lugar en las noticias, ese espacio que desde el 15 de noviembre de 2017 habían comenzado a perder progresivamente.

Inclusive la búsqueda pudo haber terminado mucho antes, si no hubiera sido por la insistencia de las familias, que entre muchas otras cosas, acamparon por más de 50 días frente a la Plaza de Mayo. Si alguien es responsable del hallazgo, son ellas.

(Christian Heit)

Celso Oscar Vallejos tenía 38 años en noviembre pasado, había nacido en Resistencia, Chaco, y compartía nombre y profesión con su papá. Aprendió por eso desde muy chico que estar en la Armada significaba también mudarse seguido, a pesar de la familia, de los amigos, de las ganas. Que el mar podía llevarlo a estar ausente durante muchos meses.

Los Vallejos vivieron primero en Punta Alta y luego en Mar del Plata, donde Oscar se enamoró de Paola. Jóvenes, él con 24 y ella con 22, se casaron y tuvieron a sus tres hijos. Él no quiso más mudanzas y fue por eso que decidió hacerse submarinista.

"Él no era submarinista, él estaba en los barcos, pero hizo el curso y quiso entrar porque era una forma de que no lo trasladaran, de quedarse con su familia", le confió Paola a Infobae, aclarando sin embargo que "cuando lo hizo descubrió que era su verdadera vocación".

La Navidad pasada, el día que armaba el arbolito en su casa, sin planearlo, Paola tuvo que enfrentarse a uno de los momentos más difíciles de estos últimos dos meses, el de decirles a sus dos hijas más grandes que su papá no iba a volver: "Para mí particularmente ya había pasado demasiado tiempo, soy realista y sé que es difícil que puedan volver, por eso se los tuve que comunicar, porque ellas seguían esperando al papá".

“Estás donde querías estar, en tu lugar, el mar y yo de ahí no te quiero sacar, porque me lo dijiste a mí y a nuestras hijas que vos querías estar en el mar”

Ahora, se acerca una nueva Navidad. Pero, a diferencia de la anterior, el submarino fue encontrado. Ya no hay dudas de la desaparición, de las pérdidas. Las discusiones empiezan a ser otras. Paola sintió la necesidad de escribirle a su marido.

La carta

Con este abrazo bien apretadito te guardo bien adentro de mi corazón. Fuiste un hombre con todas las letras, me diste los años más hermosos que una mujer puede tener. Me contuviste en el momento más triste cuando perdí a mi papá, siempre me hiciste acordar a él en tu forma de ser, buena persona, excelente papá siempre esforzándote para que no nos falte nada, dispuesto a ayudar a todos aunque a veces no tenías la misma respuesta de los demás no te importaba, llevabas y traías a todos (como un remisero, igual, igual, a mi papá), me elegiste, me respetaste, me amaste, me valoraste (cosa que no todas las mujeres tienen la suerte de que sus esposos sean así).

¡¡¡Nos amamos con tanta fuerza!!! Atravesamos momentos difíciles en la pareja pero a pesar de todo siempre juntos. Lo más importante para los dos éramos nosotros cinco, compartíamos cada segundo que podíamos a full… tantos proyectos nos quedaron en el camino. Y aunque yo ya sabía cómo era todo esto porque me lo hiciste sentir el 8 de diciembre que fue cuando hablé con nuestros hijos, necesitaba encontrarlos para terminar de cerrar. Estás donde querías estar, en tu lugar, el mar y yo de ahí no te quiero sacar, porque me lo dijiste a mí y a nuestras hijas que vos querías estar en el mar.

Te doy gracias por cada momento compartido, por cada beso, cada abrazo, por los tres hermosos hijos que fueron el fruto de nuestro gran amor y me quedo con la tranquilidad que así como vos fuiste conmigo lo fui yo con vos, no me quedó nada por decirte, sé que fuiste feliz a mi lado porque no te cansabas de decírmelo. Hoy te digo 'hasta pronto' porque cuando llegue mi momento nos volveremos a abrazar, a besar , y a estar otra vez juntos para nunca mas separarnos, cuidanos y protegenos como lo hiciste siempre. Volá bien alto mi amor y descansá en paz que yo acá me voy a encargar de cumplir con nuestro principal objetivo, hacer felices a nuestros hijitos.

Te amo, te amo, te amo mi amor, mi héroe. Ayer , hoy y siempre.

Tu mujer

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