Son adolescentes, fueron trasplantados y ahora se preparan para un gran desafío deportivo

Jennifer, Mateo y Matías entrenan para competir en los Juegos de Deportistas Trasplantados que se disputarán del 30 de octubre al 4 de noviembre en Salta

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La delegación argentina será presentada este martes en el Hospital Garrahan. Partirán a la competencia el próximo lunes 29.
La delegación argentina será presentada este martes en el Hospital Garrahan. Partirán a la competencia el próximo lunes 29.

El diagnóstico que decía que tenían enfermedades graves y que dependían de un trasplante para seguir con vida les llegó cuando eran niños. Pero gracias a la donación de órganos que recibieron tuvieron una segunda oportunidad y el presente para ellos es bueno: llevan una vida normal, practican deportes y entrenan porque en pocos días partirán a Salta para participar de los XII Juegos Argentinos y XI Latinoamericanos para Deportistas Trasplantados. 

Jennifer Lópes tiene 19 años y la voz muy suave. Pero del otro lado del teléfono se nota la fuerza en su espíritu cuando cuenta que estuvo enferma, que le hicieron diálisis y que estuvo en lista de espera para recibir un riñón porque el suyo había dejado de funcionar. Al igual que sus compañeros de delegación, se prepara para competir en el norte argentino y para demostrar, una vez más, por qué es una campeona.

"Todo empezó cuando tenía 10 años: mi riñón no funcionaba bien, después estuve durante dos años con diálisis hasta que me trasplantaron", resume Jennifer a Infobae y recuerda que, finalmente, el órgano que esperaba llegó el 9 de mayo de 2015 y con él su nueva vida.

“En esta foto se puede ver mi cara de felicidad”, asegura Jennifer, la joven que fue trasplantada de un riñón en 2015.
“En esta foto se puede ver mi cara de felicidad”, asegura Jennifer, la joven que fue trasplantada de un riñón en 2015.

"Cuando tenía 10 años me hinché toda y me llevaron al hospital para saber por qué y me diagnosticaron insuficiencia renal crónica. Dijeron que era eso lo que hacía que se acumulara liquido en mi cuerpo y además tenía presión alta", recuerda la joven que aspira a llevarse nuevas medallas de Salta.

"Llegué a la guardia con un cuadro nefrótico nefrítico—detalla Jennifer—. Estuve tres años soportando mi propio riñón y después estuve otros dos dializando en el Hospital Garrahan".

La joven quedó internada en el hospital, donde le dieron todo lo necesario para mantenerla bien. "Me dijeron cuánto tiempo podrían llegar a durar mis riñones porque tenía un porcentaje para que sigan funcionando, pero se iban a ir deteriorando con el tiempo", relata.

“A los 10 años llegué a la guardia con un cuadro nefrótico nefrítico y supe que tenía insuficiencia renal crónica”
Jennifer competirá en natación: “Tengo una vida normal, solo tengo que cuidarme”.
Jennifer competirá en natación: “Tengo una vida normal, solo tengo que cuidarme”.

En 2013 Jennifer entró a diálisis y de ahí directamente pasó a lista de espera. "Me hicieron todos los estudios para ver la compatibilidad y saber cuál era la prioridad entre quienes también estaban esperando. Estuve en diálisis hasta el 9 de mayo de 2015, el día que llegó el riñón y me trasplantaron", afirma. Ese día volvió a nacer. Se recuperó y pronto inició su actividad deportiva.

—¿Cómo llegás a practicar deportes?

—Mientras me estaban haciendo diálisis en el Garrahan los propios médicos me dijeron que sería bueno hacer deportes. Hacía bicicleta y pesas mientras, pero después del trasplante, y durante la recuperación que lleva entre seis meses y un año me dijeron que podía empezar a practicar un deporte en serio y me hablaron de los juegos de Mendoza de 2016. Recuerdo que empecé a correr cuando estaba apta para hacerlo y también iba al gimnasio, pero no hacía un deporte puntual.

Cuando estuvo en Mendoza se anotó en varias disciplinas, entre ellas atletismo y natación, pero se quedó con esta última porque un problema en sus huesos le impidieron seguir corriendo luego de casi dos años de entrenamiento intenso. "Llegué a competir en un club y en lugares donde no hay otros trasplantados", recuerda la joven que vive en Don Orione y competirá en los 50 metros de espalda y 50 libres.

—¿Qué recaudos especiales tenés antes y durante la competencia?

—En lo que consiste al trasplante es tomar la medicación y cuidarme para no enfermarme o no estar en lugares muy expuestas. Yo soy muy cuidadosa y lo estoy llevando muy bien. Ya pasaron tres años y cinco meses y no decaí. Tengo buena salud y una vida normal, por suerte estoy bien.

Jennifer se reencontrará en Salta con los amigos que hizo en Mendoza y también con los que compartió sus días en la internación. "La amistad con mis amigos trasplantados es diferente porque se crea una relación más fuerte; es más comprensiva porque pasaron lo mismo y entienden mejor que otras personas. Al superar lo mismo hace que la relación sea diferente", concluye.

Mateo y Matías, dos chicos que hacen del deporte su fuente de inspiración y ejemplo

Mateo Cocaro (13) recibió un trasplante de médula ósea en 2014 y ahora  entrena cuatro horas de cara a los Juegos donde competirá en atletismo y natación. "Tengo muy buenas expectativas para esta competencia", dice entusiasmado.

“A los 9 años me hicieron análisis y vieron que casi no tenía glóbulos rojos y ahí nos enteramos de lo que tenía”
“Recibí parte de la médula de mi hermano”, contó Mateo que posa junto a Juan David, su donante.
“Recibí parte de la médula de mi hermano”, contó Mateo que posa junto a Juan David, su donante.

A diferencia de Jennifer, Mateo no tenía muchos síntomas. A veces notaba que ante el mínimo roce le salían moretones y que cuando practicaba fútbol o rugby su cuerpo quedaba marcado por los roces. Pasó un tiempo hasta que recibió su diagnóstico.

Y fue una angina la que reveló que las cosas no estaban bien. "Me dieron remedios para tratarla, pasó, pero a la semana me volvió a agarrar y cuando fui al medico y me hicieron análisis vieron que casi no tenía glóbulos rojos y ahí nos enteramos de lo que tenía", recuerda.

Ese diagnóstico fue "aplasia medular severa" y, sin tratamiento de por medio, entró directamente a la lista de espera de un donante. "Primero se fijaron entre los familiares: empezaron por mis papás, pero con ellos tenía menos probabilidades. Luego siguieron con mis hermanos y mi hermano salió con 97 % y mi hermana un 80 %", señala. Así empezó el tratamiento con Juan David, su hermano mayor y donante, que entonces tenía 18 años.

Tras la intervención, Mateo logró recuperarse, afianzó el vínculo con su hermano y ahora se prepara para un nuevo desafío.

Por su parte, Matías Cano (16) supo que su riñón había dejado de funcionar cuando tenía 12 años. También recibió diálisis y fue trasplantado hace cuatro años. Mientras se prepara para competir en Salta hace planes para su futuro: quiere estudiar música y seguir practicando deportes.

Hoy, de cara a la competencia que viene, hace un repaso por sus malos momentos: "Los días del trasplante fueron infernales", afirma Matías sobre los días previos y posteriores a recibir el órgano que salvó su vida y agrega: "Estaba todo el día en el hospital y la pasé muy mal. Por suerte me acompañaron mis padres, que me cuidaron durante el mes que duró la internación".

Mateo y Matías junto a sus profesores.
Mateo y Matías junto a sus profesores.

"Me hicieron diálisis tres veces por semana durante tres años. A eso se sumaba el viaje desde Longchamps para llegar al hospital. Me despertaba temprano para ir y la pasaba mal porque me sentía mal, me bajaba la presión. No tenía una vida normal y no podía ir a la escuela", recuerda.

Matías finalmente recibió el riñón el 28 de diciembre de 2013. "Para mí ese día es como un nuevo cumpleaños. Me pongo feliz por eso", asegura y dijo que hoy lo recuerda como un día muy especial, pero quiso resaltar cómo fue su vida antes de recibir el órgano.

La ausencia en el aula durante tanto tiempo no lo alejó de sus compañeros, todo lo contrario. "Mis amigos siempre estuvieron conmigo, fueron unos capos, y hasta hoy nos seguimos viendo", cuenta.

Después del mes que estuvo internado pasaron otros cinco meses hasta que pudo regresar al colegio. "En esos meses de ausencia tuve maestra domiciliaria. Después de ese tiempo retomé las clases en la escuela y mis amigos me veían mejor", contó el chico que competirá en natación, deporte al que también llegó por consejo médico.

"Mi médica me aconsejó hacer natación porque decía que era bueno para el cuerpo y me enganché. Me gusta mucho", sostiene.

La delegación argentina en los Juegos Mendoza 2016.
La delegación argentina en los Juegos Mendoza 2016.

Matías ya tiene experiencia en competencia. Antes participó en los Juegos de Mendoza y en Mar del Plata: "Gané tres medallas en natación".

"En los anteriores torneos me divertí mucho e hice varias amistades en las competencias que ahora por suerte los volveré a ver. Es muy emocionante volver a encontrarnos", finaliza.

El próximo lunes 29 de octubre la delegación conformada por 17 deportistas trasplantados partirá a Salta y allí competirá hasta 4 de noviembre. Además, irán los médicos de los chicos y algunos familiares. En caso que una urgencia lo requiera irán al hospital mas cercano.

Sobre la competencia que une a los niños y adolescentes trasplantados

Durante el año pasado 1900 personas recibieron un trasplante de órganos en Argentina, cifra que representa un récord histórico a nivel local. A diferencia de lo que suele creerse, una persona trasplantada de un órgano no tiene impedimentos para practicar deportes.

Este año, la Secretaría de Deportes de la Nación, el INCUCAI, y ADETRA (Asociación Argentina de Deportistas Trasplantados) organizaron en Salta la XII edición de los Juegos Nacionales y XI Latinoamericanos para Deportistas Trasplantados donde participarán 400 deportistas de Argentina y Latinoamérica. Ese evento es una forma de homenajear a sus donantes y a las familias donantes.

En tanto, la Fundación Pediátrica Argentina (FuPeA) será la encargada de llevar a la delegación más grande de Argentina conformada por niños y adolescentes de entre 5 y 17 años. Todos fueron trasplantados en el Hospital Garrahan y forman parte del PAFINAGA (Programa de Actividad Física para Niños y Adolescentes con Garra) que lleva cinco años de actividad en ese nosocomio.

Este año, participarán deportistas trasplantados renales, cardíacos, medulares, hepáticos, intestinal, pulmonares y pancreático representando, además de la Argentina, a los países de México, España, Colombia, Venezuela, Chile, Uruguay, Paraguay y Brasil.

Los deportes que se practicarán en estos juegos son atletismo, natación, ciclismo, tenis, paddle, voley, beach voley, bowling, ajedrez, squash, tenis de mesa, bádminton, golf, petanque, ball throw, mini maratón 5k y triatlón virtual.

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