Tras estar cerrado por más de dos años el Ecoparque reabrirá sus puertas en diciembre. El proyecto de reconversión del viejo zoológico porteño quedará habilitado en diferentes etapas: la primera abarcará el área más próxima a Plaza Italia, donde se encuentra el clásico arco de entrada. El resto quedará para los próximos años y una parte será arancelada.
El nuevo Ecoparque busca alejarse del clásico modelo del zoológico victoriano en el cual los animales era exhibidos en jaulas. Además, ya no apuntará a conservar una variada colección de especies exóticas (como elefantes, leones o jirafas) sino que se concentrará en la fauna local. Los nuevos ejes, según sus autoridades, serán bienestar animal, conservación y patrimonio histórico.
"Está pensado como un espacio público que a su vez tiene postas. Cada posta representa algo educativo, para contar distintos tipos de cuestiones relacionadas a lo ambiental", explicó a Infobae Federico Iglesias, subsecretario del Ecoparque.
Este cambio de paradigma también estuvo acompañado por diferentes denuncias en torno al deterioro del predio y los efectos negativos para los animales de vivir en el medio de una ciudad tan densamente poblada y ruidosa. En junio murieron la rinoceronta Ruth y la jirafa Shaki y tiempo después la Justicia allanó el predio.
Por eso, las autoridades del Ecoparque aseguran que en la medida de los posible los animales grandes serán trasladados a lugares más aptos para su vida. En este proceso, más de 400 ejemplares ya se mudaron a nuevos hogares. Por ejemplo, los tres leones -macho, hembra y cría- que fueron recibidos por un santuario en Estados Unidos.
No obstante, existen impedimentos para completar los traslados: algunos animales son muy viejos o grandes y otros no encuentran un lugar seguro que los reciba. Tal es el caso de las jirafas, cuyo tamaño hace prácticamente imposible la mudanza. Los elefantes, por su parte, se encuentran en medio de un lento en proceso de inscripción para ir a un santuario en el Mato Grosso, Brasil. En el caso de los hipopótamos, los más grandes se irían para África y existe la posibilidad de que el ejemplar pigmeo sea recibido en Chile.
Otro caso complicado es el del rinoceronte Gaspar. "Estamos evaluando si hay alguna alternativa segura porque está en peligro de extinción. De ser posible lo trasladaríamos, pero África está teniendo algunos problemas con cazadores furtivos. Y para hacerlo tenemos que estar seguros que es realmente mejor", explica Iglesias. Mientras tanto, su recinto actual se amplió y convivirá con las ovejas de Somalía para que no esté solo.
Sandra, la orangutana declarada persona no humana por la Justicia, viajaría "casi seguro" a otro santuario en Estados Unidos y los chimpancés se quedarían en un recinto nuevo construido sobre el que actualmente ocupan los tigres.
Qué animales se podrán ver
Según explica Iglesias, en la parte que se inaugurará en diciembre (de unos 26.000 m2) habrá ñandúes y flamencos, es decir, "ejemplares que se relacionan con el pastizal pampeano". Ya no se verán barrotes y jaulas sino que convivirán en recintos de semi-libertad pero sin estar en contacto con los visitantes. También habrá algunos animales "embajadores" -principalmente aves rapaces- rescatados del tráfico de fauna. Se los denomina así porque "cada uno va a contar una historia en relación a su especie". Son animales que perdieron su función biológica y no son capaces de reinsertarse en la naturaleza pero pueden conservar una función educativa. Por ejemplo, un águila que recibió un disparo en el ala y un gavilán mixto rescatado de una feria en Pompeya.
"La idea es que haya menos especies pero que las conservemos y conozcamos mejor", asegura Guillermo Wiemeyer, gerente operativo de Bienestar Animal.
En cuanto a la flora, por ejemplo, unos humedales (zona de tierra que se inunda) actuarán como filtros biológicos para tratar el agua de la laguna de la entrada en forma natural. A su vez, esperan que los árboles y las plantas autóctonas atraigan ejemplares de las especies que ya viven en la ciudad, como "las lechucitas o las comadrejas".
Por otro lado, en el predio hay más de 40 edificaciones que fueron declaradas patrimonio histórico. Unas 15 de ellas serán concesionadas para fines educativos y comerciales. Cuatro de estos estarán en la primera parte habilitada.
La Casa Bagley, ubicada a metros de la entrada, probablemente aloje una café. Mientras que la jaula de los felinos tendrá un museo sobre la historia del zoo en el centro, una cafetería y espacios para actividades culturales a los costados. El palomar y la lorera, por su parte, serán destinados a proyectos educativos. Es probable que la provincia de Corrientes utilice ese espacio para divulgar el trabajo de reinserción de especies amenazadas que hacen en los esteros del Iberá.
Por el momento no está definido el horario en que abrirá al público pero la idea es que sea un acceso controlado -como el Jardín Botánico- y con visitas guiadas a cargo de los educadores del parque. "El objetivo es que no sea una plaza más", señalan.