(Enviada especial a Trelew) El 33º Encuentro Nacional de Mujeres que se realizó en Trelew, Chubut, este fin de semana largo de octubre tuvo una novedosa propuesta que favoreció a las emprendedoras y emprendedores de la región. Se realizó por primera vez de manera oficial una feria gastronómica que se llamó "¡Al horno el patriarcado!".
"Sabíamos que no iban a dar a basto los restaurantes en Trelew, porque es una ciudad de 100 mil habitantes y este fin de semana se esperaba un 50 por ciento más", contó a Infobae, Florencia Rubilar de la Comisión Organizadora. "Por eso se nos ocurrió esta idea -aunque ya se venía dando en menor medida en otros encuentros-", completó.
Según resaltó, el objetivo fue ampliar la oferta gastronómica, mostrar la producción de las economías regionales, y llegar a un público que quizás nunca hubiese llegado al encuentro. "Cuando convocamos les contamos cuáles eran los pilares del encuentro y su horizontalidad. Esto nos permitió llegar a las vecinas y vecinos desde otro lado", sostuvo Rubilar.
Y cuestionó a "los medios hegemónicos que constantemente estigmatizan al movimiento de mujeres al no contar la esencia del encuentro y sólo decir que cuando marchamos lo único que hacemos es pintar grafittis".
La feria, habilitada por la Municipalidad, se ubicó dentro y fuera del gimnasio municipal número 1, contó con una variada propuesta gastronómica. Adentro se podía comprar dulces, productos veganos y vegetarianos, y también disfrutar de perfomances musicales y teatrales. Por fuera, se encontraba un pequeño patio cervecero y dos calles se habilitaron para que de un costado se ubicaran los foodtrucks. Había de todo, desde fiambre de bondiola hasta tragos con crema, carnes cocinadas durante seis horas al disco, y comida casera. Los precios eran un poco más elevados que lo que se ofrecía del otro lado en la feria de las artesanías, aunque tampoco era muy exagerado. Había relación entre el precio y la calidad. En promedio, las hamburguesas estaban 80 pesos, y los sandwiches 120 pesos (de vacío, ternera, bondiola, pollo). Un agua costaba 25 pesos y el vaso de cerveza artesanal 80. También había cosas más inusuales como un un guiso de lentejas vegetariano, helado tailandés, y bebidas con crema. Las calles estaban cortadas, por lo que fue un verdadero festival en la calle.
Una emprendedora que aprovechó esta oportunidad de un evento tan multitudinario es Andrea Railef. Tiene 28 años y está estudiando para ser chef. Aunque ya lo es en la práctica. Y no sólo eso, se animó a emprender y sumar a toda la familia en su proyecto. Su hermano más chico tiene 10 años y es el "precocinero" según se autodenomina. Siente compromiso con la pyme familiar y además de atender el negocio sale en busca de clientas y clientes. Es de un espíritu desenvuelto y comprador. Mientras toma los pedidos con su madre, se cocinan en las planchetas las verduras, las papas y la carne. Hasta que llega el sandwich de ternera braseada con verduras salteadas y mayonesa de palta, por 130 pesos. Sabroso y abundante. La familia tiene un motorhome y fantasean, quizás más adelante con salir de gira. Aunque primero tiene que terminar de estudiar, y soportar la crisis.
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