"¿Por qué te tengo que terminar cagando a palos?", se escucha en la grabación. "Callate. No te quiero escuchar más. Vas a seguir comiendo como que me llamo Yanina", sigue y es una de las partes más leves de todo el audio. La que habla es Yanina Gogonza, una de las cinco acusadas por maltratos a menores en el Jardín de infantes Tribilín, en San Isidro, que hoy llegó a juicio oral.
Gogonza, junto con Mariana Buchniv, Vanina Diap, Noemí Núñez y Noelia Gallardo son las dos docentes y tres auxiliares imputadas por "presunto abandono de persona, amenazas y lesiones" a niños de entre 3 y 5 años que tenían a su cargo. Todas llegan al juicio en libertad.
La investigación, que se inició a principios de 2013, comenzó a partir de estas grabaciones, con las cuales los padres comprobaron lo que ya muchos sospechaban: dentro del jardín, sus hijos recibían insultos, gritos, amenazas y zamarreos y que, en algunos casos, el castigo para los que se portaban mal era que les metieran la cabeza en la pileta o les cortaran mechones de pelo.
Algunos contaban episodios confusos en sus casas, otros manifestaban cambios de comportamiento o actitudes de rechazo con el jardín. Algunos se hacían pis en la puerta, otros directamente salían corriendo despavoridos y algunos lloraban en sus casas cuando los bañaban y les mojaban la cabeza, aterrados por el castigo que recibían de sus maestras. También hubo vecinos que empezaron a decir lo que escuchaban a través de las paredes.
Diego Hernayes, padre de una niña que iba al jardín y había decidido con su mujer cambiarla de colegio, se enteró por una maestra de esta nueva institución que había trabajado en el jardín de San Isidro que ahí adentro había maltratos.
Así fue que, antes de cambiarla, la enviaron un día con un iPod en la mochila. El resultado: cuatro horas y media escalofriantes de grabación en las que se escuchan los gritos y los improperios de las maestras, en medio de los llantos desconsolados de los niños y hasta ruidos que aparentan ser golpes.
"¿Podés sacar el cuaderno en vez de ponerte a boludear? Dejá de gritar, callate. ¿Querés ir a la pileta? Bueno, callate. ¡Callate!", le dice en el audio Yanina a uno de los menores. "Harta me tienen con los escándalos. ¿Por qué te los desatás? ¿Querés ir al baño? ¡Bueno, cerrá la boca!".
"Callate C…, callate. Guay que vayas a decir cualquier huevada a tu casa. ¿Escuchaste?", la amenazan a otra. "Ponete a guardar, enfermo mental", dice otra voz.
En el momento de la comida, las docentes perdieron la paciencia con los chicos. "Comé vos. Abrí la boquita. Guay que vomites", le grita a la nena que llora del susto. "Decime por qué vomitaste. ¿Por qué vomitaste, pendeja de mierda? Por tu bien que hayas tragado, mogólica". Y sigue, iracunda: "¿Estás loca, nena? Tragate lo que te puse en la boca porque vos ya me cansaste".
En las grabaciones también se escucha que hablan entre ellas. "Es mi último día pero los voy a terminar cagando a palos con unas ganas a todos…", comenta una. "Ponete a comer porque si te doy yo no te levantás de ahí, pendejo de mierda", lo desafía al menor y hasta hace una insinuación sexual: "Odio cuando te hacés el tarado. Sos el último en terminar de comer todos los p… días. ¿Querés mirarme la cajeta? Te la muestro. ¡Ponete a comer!".
"Dejá de babear, querida", dice una de las docentes hastiada en otro momento. "Sentate acá, enferma. Sentate acá", sigue. "No le hice nada, boluda. Si me decís que yo la estaba obligando…", se comentan. Gracias a ese audio que fue ampliamente difundido, se inició una investigación a cargo del fiscal Franco Servidio que terminó con la imputación de las cinco educadoras.
Entre pedidos de "suspensión del juicio a prueba", diversas apelaciones y recursos, el juicio que iba a iniciarse a fines de 2016 se postergó dos años. Finalmente hoy, el Tribunal Oral Criminal N° 4 de San Isidro, integrado por los jueces Federico Ecke, Hernán San Martín y María Coelho, comienza con la primera de siete audiencias del juicio oral, que culminarán el 18 de octubre.
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