La propuesta despertó una polémica e indignación instantánea. "¡Para ellas! Si venís con una tanga roja, consumís gratis", rezaba el flyer de un concurso que no llegó a consumarse. Fue publicado y compartido en las redes de la disco Krapson, de la localidad de San Pedro, y fue retirado tras el repudio de sus seguidoras y seguidores.
La cosificación y la violencia hacia las mujeres contenida en el mensaje fue el motivo del escrache público que sufrió el bar boliche que funciona en Pellegrini al 840 y, según los medios locales, lleva en su haber una serie de clausuras por presencia de menores.
Tras varios días sin referirse al tema –Infobae se comunicó con la disco y no quisieron dar declaraciones– publicaron en la cuenta de Krapson en Instagram el "pedido de disculpas" de un hombre llamado Lautaro Monzón, quien trabaja como Relaciones Públicas en el boliche.
"Con respecto al gran debate que se armó en las redes sociales, que si venías a nuestro bar con una tanga roja consumías gratis, quiero decirles a todas las chicas que salieron a defender a su raza: primero felicitarlas y decirles que no es tan así. Podían llevarla atada en la muñeca o donde fuere. Después de las publicaciones que vi, me dio mucha vergüenza de mi parte y de nuestro equipo de trabajo. Porque todos sabemos lo importante que es una mujer en nuestras vidas. Mi familia está formada por 9 personas, 5 de ellas son mujeres y si las veo mostrando la tanga en un boliche se me caería la cara, porque una mujer no puede rebajarse a tanto. Pido perdón y no va a volver a pasar. Gracias por su tiempo", rezaba el mensaje.
Lejos de calmar las aguas, esta nueva publicación se viralizó rápidamente en las redes sociales y las respuestas fueron múltiples, aunque todas con un denominador común: el rechazo.
El movimiento de mujeres Minerva Mirabal, perteneciente a esa localidad bonaerense, había publicado un texto para alertar sobre este tipo de prácticas, alertando "a la población con respecto a la estrategia comunicacional que apoyada en estigmatizaciones ancestrales, ubica a la mujer y a su cuerpo como moneda de intercambio para sus especulaciones económicas. Continúan con la vieja usanza de ofrecer dinero a cambio de sexo a jóvenes concurrentes a espacios nocturnos por el solo hecho de tener un cuerpo de mujer".
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